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Estacione el auto justo cuando la policía se estaba yendo. JingYi miro la camioneta confundido, así que le expliqué lo que sucedió. No dijo nada, pero su rostro se llenó de culpa.

Su mano se aferró a la mía de nuevo. Mire la entrada, la puerta se abrió y contuve la respiración. Había jurado nunca volver a esta casa, nunca volver a involucrarme con esta familia, pero aquí estaba hoy. Buscando proteger a mi hijo.

JingYi apretó mi mano, esa fue la fuerza suficiente que necesitaba para comenzar a caminar.

Antes de poder tocar la puerta, está se abrió con fuerza. Un preocupado Wei Ying tiro de nosotros, abrazándonos a pesar de estar mojados.

–¡Son odiosos!– Grito, aún así no se veía enojado– ¿Cómo se les ocurre irse sin decir nada?, ¡JingYi, ¿Que pensabas?!

–Cállate y busca una toalla para secarlo– Dije empujandolo un poco

En ese momento llegó Yanli, entregándonos las toallas.

–Estaba tan preocupada– Tomo la toalla y comenzó a secar el cabello de JingYi, que seguía mirando el suelo

Un silencioso Lan Zhan se acercó a mi. No había cambiado para nada, solo tal vez algunas arrugas alrededor de sus ojos, pero seguía igual de serio.

–Te ves bien– Dije tratando de sonreír, y el, contrario a lo que imaginé, asintió hacia mi

–Me alegra verte bien– Respondió, tal vez si había cambiado un poco

–¡JingYi!– SiZhui llegó corriendo, abrazando a su amigo– ¿Por qué no me llamaste?

–¿Para que querías que te llamará?– Pregunto Wei Ying regañandolo– ¡Ni se te ocurra hacer algo parecido!

–No lo digo por eso, estaba preocupado– Se defendió SiZhui

–¿Qué está pasando aquí?– Era la voz del hombre que quería ver– ¡Tú!, ¡¿Qué haces aquí?!

Todos lo miraron, el silencio lleno la habitación y JingYi dio un paso hacia mi. El movimiento no paso desapercibido, el hombre comenzó a caminar furioso hacia nosotros, estaba a punto de gritar

–¡¿Te das cuenta de lo que hiciste?!– Odiaba tanto su voz

Caminé hacia el, había esperado este momento por años

Mi mano se levanto y cayó de nuevo sobre su todo su rostro, con tanta fuerza que tropezó y cayó al suelo. Escuché el grito de mi hermana y el jadeo sorprendió de Wei Ying. JingYi y SiZhui gritaron mi nombre, pero eso no iba a detener lo que estaba haciendo

–Tu, pedazo de mierda– Dije con los dientes apretados– No sabes cuántas ganas tenía de hacer esto, llevo años esperándolo

–¡Ya basta Jiang Cheng!– Dijo Yanli con fuerza

–No, este idiota tiene que aprender– Dije con voz fuerte– Este maldito enano de mierda, hizo que JingYi se fuera, ¿Sabes lo que le dijo?, ¿Sabes por qué JingYi quería irse?

–¡Estás loco!– Me grito, mientras sus ojos se enrrojecían llenos de enojo

–¡Le dijiste a JingYi que era un bastardo!

–¡Eso no es cierto!– Dijo desde el suelo, aún sosteniendo su mejilla inflamada

–¡Deja de mentir!– Dije de vuelta– Tu eres el único culpable de lo que sucedió, tu y tu estúpida boca. Siempre lo has hecho, siempre arruinas todo, ¡No dejas a nadie ser feliz!

–¡No tienes ningún derecho a decir nada!– Me grito de vuelta, por fin poniéndose de pie– ¡No deberías estar aquí!

–¡Tú tampoco deberías!– Y sin poder resistirlo, de nuevo levanté la mano y golpee su otra mejilla

Una Noche Donde viven las historias. Descúbrelo ahora