capítulo IXX

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(Narra Hyoga)

Ya tengo la carta. La verdad exagere en la hora para despertarne, pues desde las seis de la mañana estoy despierto, llevo dos horas escribiendo la carta y creo que al fin me quedo.

Ya es hora de que Shun se despierte, así que mejor preparó el desayuno y hago como que aquí nada esta pasando...

Termine de hacer el desayuno, lo puse sobre la mesa y espere a Shun.

No tardo mucho en bajar. Todo el día transcurrió normal, hasta que tuve que entrar a ducharme.

Deje la nota sobre la cama de Shun sin que este se diera cuenta, entre a bañarme y después me fui rápido, prefería que si iba a ser rechazado fuera antes de regresar y verle la cara, eso me mataría de vergüenza.

Tome mis cosas para irme las cinco de la tarde, pues tenía que llegar a hacer varias cosas antes de que se abriera el antro a las ocho.

Aún me queda una hora, pero tengo todo fríamente calculado. Aquí viene el plan que Shiryu me dió, así que... espero que Shun no me mate después de lo que hoy a hacer.

(Fin de su narración)

(Narrador)

Hyoga bajo a la sala donde se encontraba Shun viendo uno de sus programas favoritos y comiendo.

Shun:Hyoga, ¿ya te vas?, ¿no es muy temprano aún?.

Hyoga:es que... tengo que hacer muchas cosas, releer el menú... preparar cócteles de prueba, ya sabes, esas cosas jeje -los nervios se apoderaban de el-.

Shun noto que Hyoga esta muy nervioso, así que se paro del sofá y se acercó a el.

Shun:¿que pasa?, ¿te sientes bién? -dijo tocando su frente ya que Hyoga estaba muy rojo-.

Hyoga:Shun, yo...

Shun:¿tú que?... Hyoga te ves mal, no creo que debas ir a trabajar hoy.

Para Hyoga eran sentimientos encontrados, pues estaba a centímetros de la cara de Shun al parecer el peli-verde no se había percatado de ese detalle.

Sin seguir pensando mucho, Hyoga jalo a Shun hacia el, y unió sus labios con los del peli-verde.

Por parte de Shun era un beso torpe, pues este no sabía besar. Pero igual estaba en shock, pues no se espera eso.

Hyoga tampoco se apartó, su misión ahora era no dejar ir los labios del contrario, lo apegaba más y más a su cuerpo, mientras lo tomaba de la cintura.

Cuando Shun pudo reaccionar no se lajeo, agarro a Hyoga de los hombros y se dejó llevar por la sensación que ese momento le hacia sentir.

Hyoga se separó del beso, el al igual que Shun estaban muy rojos. Volvió a acercarse a la cara del peli-verde y le susurro al oído -deje algo en tu cama para ti...-.

Y con esas palabras se fué, no volteo en ningún momento a ver a Shun, pues tenía miedo de su reacción; por ende, tampoco dejó que le respondiera. Y así Hyoga se fue, pero no por mucho, llegaría al rededor de las seis o siete de la mañana.

Por su parte Shun estaba sin emitir palabra alguna, lo que hizo Hyoga lo tomó desprevenido.

Era un mar de sensaciones, al parecer... se había enamorado del chico que cuidaba de el esa semana.

Cuando por fin pudo reaccionar, subió a su cierto y encima de la cama pudo notar una hoja de papel doblada. La tomó e tres sus manos y comenzó a leer:

¿Como llegué a esto?... No lo se, lo que se es que tus hermosos ojos verdes me enamoraron.
Esos ojos cuyo color me recuerda a un hermoso bosque cuando los miro. De echo, cada parte de ti me enamoró, todo en ti es perfecto.
Tu pelo que hace juego con tus ojos, tu linda y hermosa cintura, esa cintura que me vuelve loco y a la que no dudaría ni un minuto en toca y apretar cada que pueda. Tus hermosas piernas que me encantaría tener como collar por las tardes y ocupar como almohada por las noches.
Tus labios, aquellos que quiero probar pero son como un fruto prohibido o como una hermosa rosa con espinas.
Así puedo describir cada parte de tí, pero en realidad esta carta es para decirte mis sentimientos.
Shun, estoy enamorado de tí, creo que eso ya quedó claro con los puntos anteriores, pero igual.
Quiero ser tu esclavo, tu perro fiel, tu amado y si es que lo necesitas ser tu marioneta.
Si es que no me correspondes solo saca mis cosas de tu casa, pero por favor, no te alejes de mi.
Espero ser correspondido, y espero que no se termine nada de nuestra amistad aquí.

Shun... Te quiero y quiero ser todo lo que ocupes en tu día a día, así tenga que humillarme para hacerte feliz, lo haré. Lo prometo.

Así término la carta. Shun tenía una tormenta en su cabeza, eran muchas cosas que procesar en tan poco tiempo, pero ya sabía que iba a hacer, tendría que despertar muy temprano para ver a Hyoga...

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