capítulo XXIII

201 14 5
                                    

(Narrador)

A la madrugada del siguiente día llegó Hyoga, como a eso de las cuatro y media de la madrugada.

Entró intentando no hacer ruido pero se sorprendió al ver a Shun en el sofá.

Hyoga:¿que haces aquí tan tarde?.

Shun:te estaba esperando, quería asegurarme que llegaras bien -su voz era tierna y en ella se notaba lo cansado-.

Hyoga:ven, vamos a dormir.

Hyoga tomó la mano de Shun y lo llevó a su cuarto, se dio una ducha rápida y se puso su pijama. Cuando entro de nuevo a la habitación vio a Shun acostado boca arriba y con las piernas separadas, haciendole señas al rubio de que se acostara sobre él.

Hyoga no lo pensó mucho y se acostó sobre Shun abrazandolo, Shun los tapó a ambos y le comenzo a dar mimos a Hyoga mientras ambos se quedaban dormidos.

Ese mismo día ya más tarde el primero en despertar, como casí siempre, fue Shun.

Quizo levantarse olvidando que el rubio estaba sobre el, esta vez no quizo despertarlo así que se quedó acariciando su cabello, mientras los recuerdos del día anterior.

Ya de por si había pensado todo el día anterior en ese momento y ahora que veía a Hyoga le daba más vergüenza, pero igual ese recuerdo era... lindo para él. Fue su primer contacto sexual con su primer novio, y eso que apenas llevaban días de salir.

El rubio comenzo a abrir los ojos y vio a Shun, sonrojado y con la mirada perdida en el techo.

Hyoga:¿en qué piensas?.

Shun:uhh, nada importante y buenis días.

Hyoga:buenos días -se levantó un poco para darle un beso en la comisura de los labios a Shun- ahora dime en qué tanto piensas.

Shun:ya te dije, no es nada.

Hyoga:o me dices por las buenas o me dices por las malas.

Shun:¿y cómo piensas hacerlo por las malas?.

Hyoga:mmm... no se, veamos; dejaré una muy evidente marca de mordida en tu cuello y le diré a tu hermano que fue una chica.

Shun:¿a si?, ¿y cómo es la chica?.

Hyoga:rubia, alta, súper sexy y no se, hasta el amor de tu vida podría ser -dijo acercando mucho su cara a la de Shun-.

Shun:n-no crees que te vas a delatar...

Hyoga:pero aún así, no me tientes. Ahora, dime.

Shun:me da... pena...

Hyoga:vamos, hay confianza entre nosostros.

Shun:bu-bueno pues, pensaba en lo que... paso ayer... en la ducha...

Hyoga:¿te lastime?, ¿hice algo que tú no querías? -dijo preocupado-.

Shun:no, no es eso, te hubiera dicho si es que no quería hacerlo.

Hyoga:¿no te gusto?.

Shun:s-si... -tenía un gran rojo por toda su cara y estaba notoriamente avergonzado- lo que pasa es que... nunca había sentido algo así de... bien...

Hyoga:y eso no es nada mi niño, -se acercó al oído de Shun- podría llevarte hasta la luna con otra cosa que no sean mis manos -dijo en tono pícaro para después besar a Shun-.

A Shun se le cortaba la respiración, esto era demasiado para él. Se aferró a la espalda de Hyoga y se dejó llevar.

Un par de segundos más y se despegaron.

Shun:mejor deberíamos ir a comer, ya es un poco tarde para estar en la cama.

Hyoga:apenas son las doce de la tarde.

Shun:y eso para mí ya es muy tarde, anda, vamos.

Hyoga:adelantate, en un momento bajo.

Shun:okay, pero no te tardes.

Shun bajo y comenzó a preparar el desayuno, mientras picaba unas cuantas cosas sintió como un par de manos lo tomaban por la cintura y una boca recorría su cuello.

Hyoga:tu cuello es muy adictivo, si pudiera hacer una sola cosa el resto de mi vida, esa sería besar tu cuello.

Shun:me haces cosquillas -dijo riendo- mejor me apresuró a preparar la comida antes de que te comas mí cuello.

Hyoga:yo te ayudó.

Prepararon la comida, después hicieron algunas otras cosas y Hyoga se fue a trabajar, aunque esta vez llegaría más temprano.

Eres TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora