This Is My Desire

29. La Puerta

Pasaron otros dos días en ese lugar. Al mediodía del segundo día, tomaron la decisión de regresar, esperando que el tiempo transcurrido hubiera sido suficiente.

—¡Ha despertado! —exclamó Mingi con una amplia sonrisa, su rostro se veía un poco hinchado lleno de lágrimas secas, y Jongho tampoco lucía mucho mejor, aunque ahora ambos poseían una sonrisa.

—Qué alivio —suspiro Yeosang mirando cómo Yunho estaba siendo sostenido por sus lunas. Había temido que en verdad no despertaría.

—No vuelvas a asustarnos de esa manera —se quejó el Omega menor, aún tembloroso, como si temiera que todo fuera solo un sueño.

—Siento haberlos preocupado —murmuró sintiéndose apenado.

se había sentido desorientado al parpadear y de repente encontrarse con Mingi y Jongho llorando hizo que su instinto fuera tratar de levantarse, recibió un gruñido de su Alfa por la acción por lo que termino quedándose quieto.

Fue que recordó todo lo que había pasado, la sangre y la preocupación en sus lunas lo hizo tocar el lugar de su herida, bajo la fina tela de su camisa, Yunho podía sentir su herida. 

La piel alrededor estaba sensible y la costura se percibía a través de la tela, una pequeña elevación que marcaba el camino de la cicatriz. Aunque estaba protegida por la tela, la herida aún emanaba calor, señal de que seguía sanando.

Cada movimiento, incluso el más leve, le recordaba su vulnerabilidad y lo cerca que estuvo de perderlo todo.

No quería volver a experimentar eso.

—Debes muchas disculpas —gruñó el Omega mientras se acercaba con lentitud al Alfa— tendrás que hacer muchas cosas para mí y para Mingi, solo así te perdonaré —mostró una sonrisa cuando Yunho asintió.

—Haré todo lo que quieran —dijo Yunho, mirando al Alfa, cuyos ojos aún estaban humedecidos.

—Primero descansa —Mingi le sonrió— te traeré algo para tomar —añadió.

—Ve con él —San le dijo a su hermano y aunque esté se quejó, terminó por levantarse

—Prepara algo fuerte —le pidió Yunho con una sonrisa. Mingi asintió y salió del cuarto siendo seguido por Jongho, sabían que Yeosang debía revisar la herida y era mejor no verla.

Además, necesitaban un poco de aire, tener tantas emociones en tan poco tiempo nunca era bueno.

Estando en la cocina los dos prepararon algo especial para su Alfa, no podían hacer mucho con las provisiones del barco, pero querían hacer lo mejor.

—¿Estás bien? —Mingi miró a Jongho y este asintió, le pasó el tarro al menor solo para ver como sus mejillas se teñían de un color rojo.

—Sí, solo... Estaba asustado —murmuró, había sido bastante doloroso pensar que podrían quedarse sin Yunho, miro a Mingi moverse en la cocina, estaba bastante concentrado— solo eso... —bajo su vista a su vientre sin saber en realidad lo que estaba sintiendo.

—Yo también —le sonrió mientras terminaba de acomodar el plato— bien, vayamos con Yunho, seguro le va a gustar lo que preparamos.

—Y aunque no le guste, se lo comerá —rio el menor y Mingi asintió con una pequeña sonrisa, emocionado de ver que todo volvería a la normalidad.

Ingresaron a la habitación cuando Yeosang salió, este les dio una serie de instrucciones para Yunho, el que hubiera despertado no significaba que estaba fuera de peligro.

—Se recupera bastante bien —les dijo y ellos le agradecieron— tampoco se descuiden, sus heridas cerraron, pero eso no significa que pueden hacerse otras —les dijo, dirigiendo su mirada hacía Jongho en específico, sabía que el Omega menor solía restarles importancia a sus propias heridas solo para poder seguir ayudando.