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— ¡Necesitamos fósforos! ¡Yoongi, te lo dije un millón de veces antes de venir aquí! —chilló Hyungsik—

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— ¡Necesitamos fósforos! ¡Yoongi, te lo dije un millón de veces antes de venir aquí! —chilló Hyungsik—. ¡Voy a congelarme!

«¿Por qué?, ¿por qué?, ¿por qué?», me preguntaba mientras rogaba por su silencio.

Para ese punto estaba aturdido, peor aún, me había hartado de la presencia del otro neurocirujano a los pocos minutos que emprendimos nuestro viaje hacia las colinas de Gapyeong, un lugar precioso que acostumbraba a visitar en mis días libres desde los últimos dos años.

—Apenas es otoño, no exageres —respondí con ambas cejas juntas mientras intentaba mantener aquella chispa que me ayudaría a encender una fogata.

Lo conseguí con mucha dificultad y dolor de tímpano a causa de la irritante voz de mi colega, pero lo importante era que finalmente había obtenido llamas perfectas y Hyungsik había cerrado su trasero.

Gruñí por lo bajo.

Qué puto fastidio. ¡No lo entendía!

Era la época del año perfecta para acampar porque las temperaturas se mantenían en la fina línea entre lo cálido y lo frío, ambos combinaban de maravilla a opinión personal. Durante el día podía utilizar camisetas de manga corta y, por otro lado, en las noches las combinaba con camisas a cuadros.

¡Era el clima ideal en Seúl! ¿Cómo osaba Hyungsik quejarse? Aunque, pensándolo mejor, qué podía esperar de un hombre que prefería las altas temperaturas del verano en lugar de una época en la que combinar los vestuarios resultaba una tarea mucho más sencilla. ¡También estaba la nieve! Yo amaba hacer ángeles de nieve con Taehyung y Hoseok, también crear una guerra de nieve con Jungkook o hacer a un lado la cortina oscura que cubría la ventana de mi habitación para poder admirar los copos de nieve cayendo durante las tormentas que se producían. No obstante, el café caliente y humeante que acompañaba mis días administrativos y todas esas tardes al volver a mi departamento, definitivamente era de las mejores cosas que podía disfrutar en mi día.

Aun así, esa mañana no pude contentarme como realmente lo deseaba y todo era culpa de Hyungsik.

Jodido y tonto Hyungsik.

No podía creer que conviviría en un mismo sitio con el hombre que se encargó de molestarme durante toda mi estancia en la secundaria.

La vida y el destino se burlaban de mí, estaba completamente seguro de aquello.

Tan pronto encendí el auto, comencé a sufrir las consecuencias de aquella estúpida idea de llevar a Hyunsik a mi campamento con el propósito de verlo menos alterado y bajo presión.

A pesar de la experiencia que Hyungsik poseía y que me constaba tras trabajar a su lado, Jin no había sido piadoso con él. Nunca le dio el permiso de relajarse y lo trataba como un residente con la excusa de que aún debía ascender aún más «porque el hospital número uno del país contrataba a los mejores de los mejores», lo cual fue totalmente ridículo e irónico, si me lo preguntaban.

The Way I Loved You | YoonMin (Serie Only, 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora