11; Stigma.

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Si mis lágrimas caen en mi universo, se convierte en un nuevo mundo.
Es hora de encontrar mi camino de vuelta a casa.
Mil años han pasado y ya no siento nada.
Tú eres a quien anhelo.
Ahora es momento de irme.
Floto como una estrella.”

—Star by Colde.

Una serie de maullidos me recibieron al ingresar al departamento, cada uno de ellos provenientes de Chloe que se entrometió entre mis piernas mientras yo intentaba llegar hacia la habitación para poder finalizar mi extensa y agotadora guardia en e...

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Una serie de maullidos me recibieron al ingresar al departamento, cada uno de ellos provenientes de Chloe que se entrometió entre mis piernas mientras yo intentaba llegar hacia la habitación para poder finalizar mi extensa y agotadora guardia en el hospital.

Al abrir la puerta de la habitación, los maullidos continuaron y no cesaron hasta que tomé asiento sobre el borde de la cama y sostuve en sus brazos a mi mascota. Esta ladeó su pequeña cabecita sin comprender, suponía yo, el por qué su amo la alzaba por los aires. Le sonreí en su dirección y un nuevo maullido se escuchó por la habitación, la luz hacía relucir su pelaje de una manera muy bonita.

—Qué tierna, Chloe —comenté a la par que me recostaba con ella mirándome en todo momento—. ¿Quieres un consejo? Nunca te enamores de un hombre de tu misma especie. Los hombres apestan, te apagan tu brillo, es un consejo sabio de alguien que te quiere mucho —le dije en un tono dulce y ligeramente agudo que utilizaba para hablarle la mayor parte del tiempo—. ¿Cómo ha estado tu día? —quise saber, como si ella fuera a responderme—. ¿Es estresante estar aquí, verdad? Quizás deba permitir que la vecina cuide de ti —bufé y la gata maulló de nueva cuenta, y seguido a ello soltó un ronroneo producto del placer que Chloe parecía sentir al acomodarse sobre mi abdomen.

Cuidadosamente deslicé su mano por el lomo de la gata hasta la punta de su cola que se balanceaba de un lado al otro, recibiendo un nuevo ronroneo en su dirección que me hizo sonreír aún más. Y le hubiera obsequiado más mimos y caricias suaves a Chloe de no ser porque ella no era un animal que disfrutara que la molestaran de esa forma durante mucho tiempo, podía tolerar los actos de amor de su amo hasta que fuera excedido el límite invisible que aún intentaba descifrar.

Desde mi punto de vista, la convivencia entre un ser humano como yo con un lenguaje de amor basado en el contacto físico y una gata que apenas toleraba ese amor unos cuantos minutos, era complicado, sobretodo porque la característica que más resaltaba en los momentos donde me sobrepasaba su límite de contacto y Chloe no dudaba en hacérmelo saber mediante la producción de un sonido ronco y gutural a la par que enseñaba sus colmillos.

Toda una gruñona, y lamentaba aquello.

No obstante, a mí me solía producir ternura sus sonidos y gruñidos, también una felicidad que sólo pocos entendían. Siendo su primera mascota en muchos años, apenas podía controlarme cuando la veía actuando de manera bonita con aquellos ojos saltones y orejas pequeñas que tardarían en crecer porque apenas había cumplido cinco meses la semana anterior a mi viaje de vuelta a Seúl.

The Way I Loved You | YoonMin (Serie Only, 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora