“Todos mis amigos dicen que saben
todo lo que estoy pasando.
Conduzco por diferentes caminos,
pero todos conducen a ti.”
—The very first night - Taylor Swift.
Era normal que los ojos se me llenaran de lágrimas al contemplar el hospital, al visitar cada rincón del área de pediatría; sentir nostalgia era más que normal, me hacía sentir un ser humano.
Podían decir lo que quisieran de este lugar, pero sólo quienes nos dedicábamos a la labor de la salud podíamos estar de acuerdo en afirmar que tenía su encanto, no en todo momento, por supuesto. Las noticias tristes volaban, las felices podían lograr que saltaras de alegría y te olvidaras de cómo se sentía esa sensación de estar siendo derrotado en la guerra entre la vida y la muerte.
La guerra entre la vida y la muerte, era cursi, casi poético pensarlo de esa manera, pero así se veía la vida en un hospital. Hacíamos lo que podíamos con las herramientas avanzadas con las que disponíamos gracias al avance de la ciencia, aún así eso a veces no era suficiente. Luchábamos constantemente por un objetivo: salvarle la vida a nuestro paciente, por más complicado que pudiera transformarse a medida que los meses pasaban.
Nosotros teníamos que estar ahí, junto a ellos. No podíamos fallarles o nos fallábamos a nosotros mismos.
Recorrí pediatría durante media hora y me detuve al encontrarme con la sala expuesta de neonatología, donde algunos adultos como yo también apreciaban a esos diminutos seres humanos que luchaban por sobrevivir o que le prestaban una curiosa atención a aquellos bebés que lloraban demasiado fuerte, escandalizando a sus cuidadoras y al resto pequeños que también estaban allí.
Siempre teníamos un dicho: “Neonatología recarga nuestra serotonina”. Casi todo el tiempo era verdad, los médicos pasábamos la mayoría de nuestro tiempo libre detrás del mirador, ojeando sus mejoras, sus movimientos imprecisos, sus sonrisas contagiosas. Los mirábamos con dulzura.
También, quizás otros los miraban con un anhelo escondido en las profundidades de sus corazones.
Poco antes de irme a Boston, me llevé el encuentro más bonito con Jisoo siendo partícipe. Estaba despidiéndome, en medio del pasillo, de un niño que había ingresado a oncología infantil días antes. Cuando él se fue, mi mirada no pudo evitar ver a Jisoo y me pregunté qué hacía en el área. Aunque eso lo supe minutos después, cuando identifiqué que estaba admirando a los bebés de neonatología mientras curiosamente sus manos descansaban sobre su abdomen bajo. No comprendí el motivo, nunca pude preguntárselo, pero su expresión no la olvidaría jamás...
A Jisoo le brillaban los ojos, su pequeña sonrisa se desmoronaba y sus manos permanecían puestas sobre su vientre.
Fue un momento extraño, pero no era la primera vez que veía a una mujer con sus manos acariciando su vientre frente a la sala de aquellos recién nacidos. Para mi, lo particular fue que no había anhelo o deseo en su expresión, era, más bien, miedo o tristeza.
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The Way I Loved You | YoonMin (Serie Only, 2)
Fanfiction[ 𝐒𝐄𝐆𝐔𝐍𝐃𝐎 𝐋𝐈𝐁𝐑𝐎 𝐃𝐄 𝐋𝐀 𝐒𝐀𝐆𝐀 '𝐎𝐍𝐋𝐘' ] «La forma en que te amé.» • • • Él era un alma sensible, un ser increíble engullido en el romanticismo más profundo. Como un príncipe con armadura, Hyungsik irradiaba encanto y simpatía, p...