[ 𝐒𝐄𝐆𝐔𝐍𝐃𝐎 𝐋𝐈𝐁𝐑𝐎 𝐃𝐄 𝐋𝐀 𝐒𝐀𝐆𝐀 '𝐎𝐍𝐋𝐘' ]
«La forma en que te amé.»
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Él era un alma sensible, un ser increíble engullido en el romanticismo más profundo. Como un príncipe con armadura, Hyungsik irradiaba encanto y simpatía, p...
“Cuando las luces están apagadas, ¿puedes ser el alivio que no puedo encontrar?”
— Yours - Maye.
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Era mediodía y mi estómago rugía con fuerza, siendo demasiado evidente mientras realizaba consultas y cumplía lentamente con mis rondas. Resultaba incómodo que mis pacientes me observaran e intentaran ocultar alguna risa tras oír mi estómago al menos unas cinco veces, dando cuenta de que estaba hambriento.
Mi imagen profesional era un chiste ese día.
— ¿Cómo se encuentra todo, doctor Min? —me preguntó una voz preocupada y decidí tomarme unos segundos más para verificar su estado.
Quité mis ojos de la pantalla de mi computadora, le presté especial atención a sus acciones y me di cuenta de que estaba muy nerviosa e inquieta por mi respuesta, entonces le obsequié una sonrisa sin mostrar mis dientes para que dejara de sobrepensar como sospechaba que lo estaba haciendo.
—Nada fuera de lo normal, eso es una buena noticia. Tus estudios están perfectos al igual que tu salud. ¿Las terapias físicas te han sido de ayuda con respecto a tu mano? —Yeji asintió efusivamente y me alivié.
—Recuperé más del ochenta por ciento de la fuerza y el movimiento —recordó sonriéndome—. Sólo debo ser cuidadosa al momento de practicar deportes.
—Exactamente —suspiré—. Llevo tres años diciéndote esto, pero aún lamento que-.
—No es necesario, doctor coletas —me apodó entre risitas. Desde antes de ser dada de alta, debido a mi insistencia para que me enseñara a realizarme las coletas en mi cabello aún cuando estaba demasiado corto, Yeji me bautizó con aquel nombre absurdo que siempre me hacía sonrojar—. Creo haberle dicho infinidad de veces que era algo que podía pasar, me sometí a ese riesgo. De no ser por ti, no habría conocido al amor de mi vida.
Negué luego de colocar mis ojos en blanco.
— ¿Todavía te gusta el doctor Kim? —indagué un poco preocupado a esas alturas porque Namjoon era, como dirían las películas que Pixar producía continuamente, papa casada. Agregando también que jamás se fijaría en una joven a la cual le llevaba doce o trece años de diferencia, era patético.
—Namjoonie es especial, pero jamás me ha gustado —aclaró con los ojos mirando a todas partes y alcé una de mis cejas porque era evidente que estaba mintiendo y Yeji lo supo—. Es mi crush, solo un poquito —añadió con las mejillas teñidas de rosa—. Lo respeto mucho, es una excelente persona -finalizó diciendo tan tímidamente que sentí ternura por ella.
—De acuerdo —me levanté de mi asiento y caminamos hacia la puerta, la enfrenté y revolví sus cabellos—, te veo en seis meses. Pronto se tomarán los exámenes de ingreso a la universidad, ¿finalmente te has decidido por una?
