El pincel

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La alarma me despertó de un susto al sonar tan fuerte, quise quedarme un rato más en cama, pero vi que se me hacía tarde y me levanté rápidamente, comencé a vestirme esta vez usaría ropa ancha de nuevo después del problema de ayer no volveré a usar vestidos.

Acabé de cambiarme y corrí hacia afuera, me subí a la limosina y me asusté al ver a Colombus sentada enfrente de mí, tenía las piernas medias abierta y con el brazo recargado en el asiento, esta traía una camisa beige con dos botones desabotonados y un pantalón negro a un lado traía comida china en una bolsa.

--Hey—
--H-hey—
--Traje comida—me entregó la bolsa después de sacar su comida, comenzó a comer y yo igual, cuando llegamos al edificio salimos de la limosina y dejamos la basura en los asientos, Colombus le dijo al chofer que lo tirara por favor y el asintió. Subimos hasta su departamento y entramos rápidamente, Colombus parecía apurada tanto que ni saludó a la mucama. Una vez arriba comenzó a quitarme la blusa delicadamente y yo lo hacía con los pantalones, me puso en la misma posición del día anterior y se separó para agarrar el óleo y comenzar a pintar.

--¿Por qué el apuro? —
--El evento es en dos días, lo cambiaron de último momento así que solo tenemos hoy y mañana y hay que apurarnos—

--De acuerdo—vi como su mano se movía de un lado a otro haciendo trazos ligeros pero apurados, de nuevo puso aquel pincel en su boca, pero esta vez su lengua estaba lamiéndolo de forma lenta, mi mente comenzó a imaginar demasiadas cosas haciendo que me pusiera nerviosa de nuevo y me moviera sin querer. Colombus lo notó y paró el movimiento para luego acercarse a mí y ponerme de nuevo en la posición en la que estaba.

Pasaron varias horas y Colombus me ofreció un café mientras descansaba, bajó hasta la cocina y regresó con dos tazas en sus manos, me entregó una y se alejó de mi para poner la canción Into it de Chase Atlantic.

Terminamos nuestros cafés y regresamos adentro del estudio, siguió pintando y viéndome detalladamente, la canción terminó y se cambió a Swim de Chase Atlantic, se concentraba un poco más con música, la luna se comenzó a ver por la venta y paró para voltear a verla.

--La luna está bastante linda hoy—
--Si—
Después de unos minutos siguió pintando, volvió a hacer lo mismo con el pincel y la lengua, estaba bastante nerviosa como para hablar y decirle que ya era tarde. Sus ojos se conectaron con los míos y habló.

--¿Qué pasa? —
--¿De qué? –fue la única respuesta que llegó a mi cabeza en ese momento.
--Tu cara, está roja y te ves algo ida—
--¿E-enserio? —
--Si—se quitó el pincel de la boca para comenzar a agitarlo. –¿Esto es lo qué te pone nerviosa?
--No—levantó sus cejas y puso una sonrisa algo orgullosa.

--¿Te han dicho que no sabes mentir? —
--Muchas veces—se río y paró de pintar para acercarse a mí.

--Ya fue suficiente por hoy—me estiró la mano y yo se la tomé para bajarme, me puse mi ropa y salimos de estudio.

Bajamos hasta el lobi, se despidió dándome un beso de mejilla a mejilla. –Si algo te incomoda de mí no dudes en decirlo—

--N-no no todo está genial—
--De acuerdo, pero si pasa dímelo y no lo volveré a hacer—asentí y salí hacia la limosina, me subí y vi que Colombus dio una pequeña sonrisa para después subir por las escaleras.

Llegué a mi departamento e hice mi rutina diaria, me tumbé en mi cama e intenté dormir, esa imagen de su lengua lamiendo suavemente su pincel me volvió loca e hizo que me desvelara por pensar en eso toda la noche.

Un pequeño secreto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora