Pelo teñido

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Colombus había salido por algo de comer, me metí a bañar y me cambié de nuevo.

Veía fotos en mis redes sociales de algunas chicas que se teñían de rojo.

Le escribí a Emily y le conté la idea de pintármelo, ella dijo que me vería muy bien.

Seguimos platicando de todo y ella me dijo que me traería el tinte, esperé a que llegara al departamento y fui a abrirle rápidamente.

—¿No está Colombus?
—No, salió por comida, quiero sorprenderla, hay que apurarnos
—De acuerdo, no serán ni dos horas, esto te teñirá en unos veinte o treinta minutos
—Genial, hagámoslo

Subimos a mi estudio y cerré la puerta, preparamos la mezcla y Emily comenzó a pintarme el cabello, me dió la idea de hacerlo con mis cejas y asentí.

Terminó de pintarlo y esperamos unos treinta minutos, me metí a bañar de nuevo, notamos que faltaban algunos lugares por teñir y lo volvió a pintar.

—Cariño
Gritó Colombus desde abajo y solté un mierda.

—¿Si?
—Ya ven a comer
—Ya voy, ¿trajiste mi jugo?
Dije sin pensar, si no había traído nada de tomar saldría de nuevo y me daría tiempo.

—No, voy por uno
—Ok
Colombus volvió a salir del departamento.

—Mierda
—Estuvo cerca
—Si, deberíamos apurarnos
—Ya casi
Esperamos a que dieran cuarenta minutos.

Sonó la alarma y me levanté rápidamente para ir a bañarme.

Salí con los ojos cerrados y entré al estudio como pude.

—No quiero ver
—Wow
—¿Se ve feo?
—No no, se ve genial en ti
Abrí los ojos lentamente y me vi al espejo.

Tapé mi boca rápidamente.

—Dios
—Ves
—¿Qué acabo de hacer?
—¿Qué?
—Se ve genial, pero, ¿y si no le gusta a Colombus?
—Claro que le va a gustar, solo mírate
Me senté en la silla sorprendida.

Pasar de un castaño oscuro a un rojo fuerte había sido un gran cambio.

—Vete antes de que llegue Colombus
—Al menos un gracias
—Gracias, en serio gracias
La abracé y le di un beso en la frente, ella sonrió y bajamos para abrir la puerta.

Emily se topó a Colombus en la entrada, me escondí rápidamente detrás de la puerta y Emily se despidió de ella rápidamente para después salir nerviosa.

—¿Me estás engañando con tu mejor amiga?
—¿Qué? no
Dije sin salir de detrás de la puerta.

—¿No me vas a saludar?
—Ajá
Colombus entró y cerré la puerta.

Levantó las cejas y abrió los ojos como platos.

—April
—¿Si?
—¿Esto lo hiciste en lo que me fui?
—Si
—Dios, te dejo un minuto y ya estás pelirroja
—¿No te gusta?
—No, si, claro que si, que tonta estoy, es solo, wow
Colombus se veía sorprendida, dejó el vaso en la barra de la cocina y se acercó a mi.

—Te ves...tan diferente
—¿Para bien o para mal?
—Para bien, te ves tan...perfecta
Colombus estaba boquiabierta.

—Emm
—Estoy procesando cariño, perdón
—Está bien
—¿También tus cejas?
—Si
Frunció el ceño.

—Wow
Guardé silencio y esperé a que dijera algo más.

—Podría cogerte en estos momentos solo para tener más cerca tu pelo sabes
Reí levemente.

—Tu solo piensas en sexo
—Yo te dije que así era yo
Le di un golpe en el hombro.

—Primero comamos mejor
Asintió rápidamente.

—Te emocionaste
—Si, cállate y come
—Si patrona
Acabamos de comer, Colombus se quedó un rato viéndome fijamente.

—Si no te gustó pudiste haberlo dicho
Colombus se levantó de su silla y se acercó a mi.

Agarró mi mandíbula y chocó mis labios con los suyos, puse mis manos en sus caderas, el beso duró unos segundos hasta que me separé de ella.

—Tranquila
—Shhh, déjate llevar
Volvió a chocar sus labios con los míos y comenzó a jugar con mi lengua.

Le seguí el beso por un rato, se separó de mi y me hizo bajar de mi silla.

—Se mi musa
—¿Ahorita?
—Si, quiero tener un retrato tuyo con este color de pelo
Colombus puso mi cabello detrás de mi oreja, subimos a su estudio y cerró la puerta detrás de ella.

—¿Por qué la cierras?
—Por si acaso
—¿Por si acaso?
Colombus me atrajo a ella por la cintura.

—No sé que pueda pasar mientras te pinto
—No creo que mucho
—Yo creo que bastante
Colombus sonrió levemente y se separó de mí para quitarme la blusa.

Sonrió al ver que no traía brasier puesto y bajó mis panties lentamente dejándolos caer la piso.

—Siéntate en el sillón
—¿En el rojo?
—Si, no se vería mal
—De acuerdo

Fui hasta el sillón y me senté lentamente.

Ella se acercó a mi para acomodarme, puso mis manos en el respaldo y dejó mis piernas medio abiertas.

Recargó mi cabeza hacia atrás y se separó de mi.

Fue por un óleo y sacó sus pinturas y pinceles.

Comenzó a hacer el boceto para después dar pequeñas pasadas con uno de los pinceles más delgados.

Levanté mi cabeza levemente para ver si hacía lo del pincel, noté que puso su pincel en su boca en cuanto volteé y reí levemente.

—¿Es en serio?
—¿Qué?
—¿Solo lo haces para molestarme?
—Si, y porque en realidad quiero tener sexo contigo así que
Reí y bajé mis brazos subí mi pierna al sillón y me acomodé.

—¿Qué haces?
—Ayudándote
Colombus frunció el ceño.

Abrí las piernas y Colombus rió nerviosa.

—Quieres que te coja justo ahora
—Si, por algo me acomodé
Colombus soltó sus pinceles y los puso en la mesa a un lado de ella.

Quitó el pincel de su boca y se acercó a mi.

Se puso en cuclillas y acarició mis muslos lentamente.

—¿Realmente quieres hacerlo?
—Si
Colombus se acercó a mi cuello y plantó un caliente beso, fue subiendo por mi mandíbula.

Solté varios jadeos por las sensaciones que daban sus besos.

Se acercó a mi oído y agarró mi mandíbula para mover mi cabeza levemente.

Susurró en mi oído "entonces ponte en cuatro" haciendo que mi piel se erizara.

Asentí y se movió para que pudiera levantarme.

Un pequeño secreto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora