El museo

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Escuchaba desde el baño la voz de Colombus hablando con alguien del museo, parecía que hablaban sobre las pinturas de Colombus.

Salí del baño y vi a Colombus sentada en la silla recargada al respaldo y moviéndose de un lado a otro, dibujaba algo en una libreta con ese pequeño lápiz rojo.

Me acerqué a ella por detrás y me recargué en la silla acostándola hacia mi, bajé mis manos a su cuello y luego bajé por su pecho, moví levemente la silla hacia mi y acerqué mi cara a su cuello.

Puse mis manos en los brazos de la silla dejando mi espalda y trasero hacia atrás, quería provocarla un poco durante su llamada.

Besé lentamente su cuello y ella aclaró su garganta, me acerqué a su oído y susurré algo poniéndola completamente roja y nerviosa, jugó con el lápiz en sus dedos y puso en alta voz la llamada.

Dejó el celular y el lápiz en la mesa, se levantó bruscamente de la silla y agarró mis caderas fuertemente juntándolas a su cuerpo.

Solté un pequeño jadeo, Colombus puso su dedo índice en sus labios en seña de silencio, me volteó bruscamente y me recargó en la mesa dejando mi trasero pegado a sus caderas.

Agarró el celular y contestó una de las preguntas que le hizo el dueño del museo, estaba en panties y con una blusa grande de Colombus puesta.

Colombus puso el teléfono en su hombro y lo dejó en alta voz mientras subía la blusa y me acomodaba, los pequeños espejos arriba del escritorio reflejaban a Colombus por completo.

Rompió mis panties haciendo que abriera la boca, solté un suspiro, tiró los panties a un lado y agarró mis caderas.

—¿Mi pintura estará en el mueble...
—En el mueble 1 a un lado estará el de Isis
—Bien
—¿Vas a querer esa sala libre?

Colombus volteó a verme por el espejo, hicimos contacto visual por un momento, introdujo ambos dedos de en medio en mi intimidad.

Solté otro suspiro y cerré mis ojos, esperé a que comenzaran los movimientos, pero no ocurrían.

—Si
—De acuerdo
—¿Qué sala era?
—La sala 10, ya sabes la que tiene las pinturas de Charlie
—Hmm, hace mucho tiempo no está abierta esa sala
—La cerramos cuando vimos que tu sala comenzaba a tener más visitas

Soltó una pequeña risa orgullosa y siguió hablando con el dueño, me desesperé al no sentir los movimientos de Colombus y comencé a moverme.

Colombus me veía por el espejo con una sonrisa orgullosa, comenzó a estimular mi punto G mientras me movía lentamente.

Aceleró sus movimientos y solté un pequeño gemido, volteó hacia mi y tapé mi boca con mi mano, Colombus dejó el celular a un lado de mi y quitó mi mano de mi boca.

—Luego te marco Jaden
—Si, si
Colgó la llamada y apagó el celular para aventarlo a la cama, abrí la boca sorprendida al ver que había caído en las almohadas.

—Ya puedes hacer ruido
—Mierda gracias
Aceleré mis movimientos, saqué todos los gemidos que quería, comenzó a mover sus dedos a mi ritmo haciendo que mi piel se erizara.

Vi la hora en el pequeño reloj a un lado del escritorio.

—Llegaremos tarde
—Valdrá la pena
Gemí fuertemente al sentir una embestida brusca.

Gemía su nombre por cada embestida que daba, mi orgasmo estaba por llegar, la mano de Colombus se puso en mi cadera y la apretó.

—Más rápido
Aceleró sus embestidas haciendo que mi piel se erizara de nuevo.

Después de unos minutos mi pegamos llegó y se separó de mi lentamente, fue hasta el baño y lavó las manos.

Entré al baño e hice mis necesidades, escuché una carcajada y pregunté qué pasaba.

—¿Eso es lo que querías?
—Si
—La próxima solo dilo
—Me gustó más provocarte
Reí levemente y terminé, salí para cambiarme y sentí la mirada de Colombus recorrer mi cuerpo.

—No me cambiaré enfrente de ti
—Ya te vi desnuda April
—¿Y?
—Yo también me merezco algo, ¿no crees?
—¿Por qué según tú?
—Te acabó de hacer llegar a un orgasmo, creo que merezco ver cómo te cambias para mi
Reí sarcásticamente y me acerqué a ella.

—¿Qué me darás a cambio?
—¿Quieres más?
—Mhm
—Un café
—¿Frappe?
—El que quieras
Levanté mi mano y ella igual, estrechamos ambas manos en forma de trato y me separé para voltear hacia el closet y agarrar toda mi ropa.

———

Salimos del hotel y fuimos directo a la cafetería, pedí mi café y ella igual, agarró un cigarrillo y lo puso en su boca.

Se lo quité y lo tiré hacia la calle.

—Contaminadora
—Adicta
Colombus negó con la cabeza y manejó hacia el museo.

En el camino agarró otro cigarrillo y lo prendió antes de que lo pudiera agarrar.

—¿No lo ibas a dejar?
—Solo será 1
Rodé los ojos.

Llegamos al museo y estacionó su auto en el estacionamiento, nos bajamos y abrió la puerta para que entrara.

Fui directo a aquella pintura gigantesca en el puesto 1.

Volteé hacia Colombus y abrí la boca sorprendida, era realmente hermosa, era un ángel que parecía ser desterrado y todo a su alrededor solo daba vueltas según la pintura.

En los ojos del ángel había sangre como llanto y sus manos parecían golpeadas, se veía un poco de la espalda del ángel.

Está parecía rasguñada y sus alas tenían un poco de negro en las plumas, parecía estar sentado en una nube.

En el borde de la pintura venía la firma de Colombus, volteé hacia ella y señalé el cuadro y luego a Colombus.

—¿Es...
—¿Lucifer? si
—Wow, ¿tú...
—Fue por un sueño, tampoco alucinemos los significados
—Que fuera un sueño está peor
—Cierto
Guardó silencio por un rato y luego señaló la pintura de Isis.

Fui hacia ella y vi una gran torre derrumbándose, había varias personas solo observando, no parecían asustadas.

Fruncí el ceño y volteé hacia Colombus, señaló un pequeño cartel y vi que contaba la historia del porque había pintado eso y su significado.

Terminé de leerlo y fui al de Colombus para ver su significado y la razón.

Un pequeño secreto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora