Decepción

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El sol comenzaba a iluminar la ciudad Rakia, era el día en que Sebas mostraría la primera arma de Yggdrasil presuntamente fabricada por él. La corte real, lugar donde se llevaría a cabo la exhibición, comenzaba a llenarse: generales, aristócratas, Dioses y capitanes de familias eran los principales invitados. Entre la multitud Lupusregina ofrecía a los presentes bocadillos y bebidas, la belleza peculiar de la pléyade lograba hacer el ambiente menos tenso.

Ares levanto la mano para calmar a la multitud y envolver al lugar en absoluto silencio. Lentamente la puerta principal era abierta, escoltado por dos guardias, Sebas entraba a dicha habitación. Todas las miradas se centraron en aquel enano, pues en sus manos una caja de pésima apariencia resaltaba.

"El tiempo solicitado se terminó." Comentó Ares quien permanecía de pie, él no quería ofender al ser enviado por la muerte misma, sin embargo, ante la cúspide de poder no podía permitirse mostrarse débil ante un simple enano.

Sebas no respondió ni una sola palabra, colocando aquella caja en el suelo lentamente saco de su interior una daga de color celeste. Los generales se levantaron eufóricos de sus asientos, pues la tonalidad de aquella arma era algo nunca visto.
"Por favor." Con voz cansada Sebas entrego el arma a uno de los hombres que lo escoltaban. "Puede realizar un tajo al aire..." El guardia obedeciendo, realizo dicho movimiento. Una brisa de aire recorrió el lugar. "...sin un objetivo el arma solo liberara corrientes de aire, sin embargo..." Un tercer hombre entraba a la sala con una loza de piedra, con un movimiento de su mano indico al guardia que aun portaba la daga replicara su anterior movimiento. A una distancia de dos metros de la loza el guardia realizo el tajo, sin ninguna corriente de aire en el lugar la piedra se partió acorde al movimiento.

Los presentes en la habitación comentaban sorprendidos la capacidad de aquella arma, mortales y Dioses por igual alabaron las habilidades del enano. Ares no podía creer lo que veía, no solo la estética del arma era superior a cualquiera de su reino, si no que tenia la certeza que ni si quiera la familia Crozzo, expertos en armamento mágico, podrían replicar dicho artefacto.
"Sorprendente" Comentó, haciendo que la multitud guardara silenció. "Pero ¿Qué hay con un objeto en movimiento?" Preguntó observando fijamente las facciones del rostro del enano, buscando la mínima señal de mentira.

"Esta arma es para un asesino..." El guardia que portaba la daga se sorprendió por dichas palabras, observo lentamente el arma y pudo entender el por qué. Era un arma delgada, dando la sensación de ser frágil si se le veía detenidamente, el lomo del filo no era muy grueso lo que significaba que el arma no soportaría un choque de aventureros de nivel alto. "...ataques a distancia media a objetivos fijos y en un tiempo de 3 segundos tendrá el resultado que desee."

Ares guardo silencio por varios minutos, escuchaba a los generales debatir sobre si el uso de esa arma seria viable en su enfrentamiento con Orario, al otro lado de la sala algunos Dioses lamentaban que el artefacto mostrado fuera uno al que pocos soldados podrían aspirar ya que su formación principal era en el combate cuerpo a cuerpo. El Dios de la guerra analizaba milímetro a milímetro el lugar, pero nada había cambiado. Sus generales seguían con duda, los Dioses mostraban aburrimiento siendo la Diosa Ceres la primera en abandonar la reunión acompañada de los integrantes de su familia.

"¿Es lo único que demostraras hoy?" Pregunto irritado un integrante de la familia Crozzo al enano.

"Si..."

Las protestas en el lugar no se hicieron esperar, la tensión en el lugar estallo y las criticas al Dios de la guerra no se hicieron esperar [Un arma para un ejercito de miles] El lugar quedo vació en cuestión de minutos, Ares tenia un rostro de derrota pues incluso su general más cercano lo había abandonado.

Un nuevo gremio en OrarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora