Capítulo 7

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Me sacó de ahí cuando cumplí diez años. No olvido la forma en que me miraba y la manera tan especial en que me hizo sentir. Él , a lo mejor, pensaba que hacía lo correcto y yo le creí.

— Quiero que me digas cómo lo haces —dijo Christopher, sin importarle el posible infarto que provocó en Seungmin cuando lo escuchó de repente.

El castaño había ingresado a la habitación ajena sin permiso, tomando por sorpresa al chico, quien saltó en su lugar, logrando apenas ocultar el cuaderno debajo de la sábana que cubría hasta sus piernas.

— Chris, pudiste haber tocado.

— No quise hacerlo —acotó, dejándose caer en el borde la cama ajena. Seungmin se encontraba con la espalda contra el respaldo, sintiéndose incómodo con la presencia del mayor. Lo escuchó suspirar— ¿Como consigues que Hyunjin hable contigo y participe en actividades?

— No hago nada inusual. Solo lo incluyo y es todo.

— Llevo más de un año intentando incluirlo, pero ni siquiera me dirigía la palabra —murmuró, receloso—. Pero contigo, incluso parecer ser alguien con emociones.

Patrañas, Hyunjin no mostraba emociones con él. Pero de todos modos, Seungmin podía ver la desesperación ajena, y no era para menos. Mas de un año y medio era el tiempo que Hyunjin llevaba viviendo en la casa de los Lee sin establecer ningún tipo de coexistencia con nadie, pero él que llevaba tres meses ahí, ya había logrado algún avance. Sonrió. Tal vez si era cierto, a lo mejor y era del agrado del chico.

Christopher abrió los ojos sorprendido al ver esa sonrisa y el carmesí que tintó las mejillas de su compañero.

— Seung... —le señaló con el índice, mirándolo con desconfianza, el aludido le sostuvo la mirada, sin dejar de sonreír— No te estás interesando de manera romántica en Hyunjin, ¿o sí?

— No.

— Lo estás haciendo —masculló, dejando caer la mano, derrotado.

— Solo me parece demasiado lindo.

Vaya, no era la mejor de las confesiones. Seungmin se estaba encaprichando con un chico que no hablaba con nadie, que solo salía de su habitación para lo estrictamente necesario y qué, encima, cargaba un pasado caótico. No era nada funcional. Negó con fuerza.

— Te prohibo que tengas esos sentimientos hacia él —advirtió, ganándose una mirada confundida—. Él no puede corresponderte, algo entre ustedes sería demasiado problemático, ¿lo entiendes?

— Descuida, no estoy intentando tener ningún tipo de relación sentimental con Hyunjin —le tranquilizó, permitiéndose tomarlo por los hombros—. Es un chico demasiado bonito, interesante y dulce, pero sé que algo con él no funcionaría. No pretendo aprovechar su vulnerabilidad, mucho menos acarrearle más problemas de los que ya tiene. Pero no te prometo que dejaré de hablarle o incluirlo en lo que él esté dispuesto.

Christopher asintió tras meditarlo por unos segundos. Le parecía un trato justo, sobre todo porque Hyunjin no mostraba incomodidad ni molestia.

— Solo ten cuidado, ¿de acuerdo?

— No te preocupes demasiado, no planeo ser insensato.

Quizás debí meditar muy bien lo que decía, ya había aprendido qué no debería hablar sin pensar, pero aún estaba en proceso. Quizás fue a partir de entonces cuando todo se volvió un tremendo caos.

El retumbar de un trueno en el cielo invitó a Seungmin abrir los ojos, asustada. Había tenido algunas pesadillas sin sentido, por lo que el sueño se le habia espantando por completo. Su garganta estaba reseca, necesitaba agua y un poco de leche para asentar. Decidió levantarse e ir en busca de un remedio para el espanto, al salir de su habitación, sin embargo, se dejó llevar por la curiosisad y dirigió sus pasos hasta el pasillo de las habitaciones de los niños. Todo era silencio, excepto por la tormenta de afuera que se opacaba por los gruesos muros de la casa. Se detuvo cuando llegó a la esquina que conducía a la habitación de Hyunjin y, al ver la puerta abierta, comprendió que el jovencito no estaba adentro.

Corazón de un cuento roto (Hyunmin )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora