Capítulo 22

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— ¡Feliz cumpleaños!

Hyunjin se sintió intimidado cuando la casa entera exclamó, él acababa de poner un pie en el comedor pero aparentemente todos habían estado esperándolo. Llevaba puesto el pijama, ni siquiera había tomado un ducha, pero todos se mostraban contentos por verlo. Habían decorado la pared, letras de globo formaban un feliz cumpleaños, también había pastel con una vela del número veinte.

— Vaya —sonrió apenas, incrédulo por todo—. Gracias...

— Ven, aquí, sopla la vela —le invitó Minho, mientras Changbin encendía la misma.

Se acercó con cierta timidez, posicionandose en medio de todos para poder apagar el fuego de la vela, probablemente algún deseo efímero había cruzado por su mente. Sonrió contento cuando lo llenaron de abrazos, aparentemente ya era parte de la sociedad familiar que aceptaba abrazos y besos.

— ¡Tomemos una foto antes de cortar el pastel! —Pidió Yongbok, saltando de emoción.

Christopher acomodó a la familia alrededor del postre, acomodandp su teléfono sobre la barra para volver rápido e incluirse en la fotografía. La primera foto familiar en la que participaba.

Él se mantuvo conmovido mientras observaba a los mayores repartir comida y postre, todos se mostraron felices, incluso habían llevado obsequios. Buscó la mirada de Seungmin, él le dedicó una sonrisa enamorada que no tardó en corresponder antes de decidir ser feliz con la ocasión. Habían pasado once meses exactos desde que Seungmin llegó a la casa, y cinco desde que su tratamiento psiquiátrico comenzó. Si era pronto o no para considerarlo victoria, no sabía.








A lo largo de la vida Minho había aprendido a reconocer cuando algo inusual ocurría entre los parientes. Parientes eran todos los ajenos a casa, específicamente papá y mamá. Cierto temor recorrió sus extremidades al darse cuenta de que el distintivo auto de su padre había llegado, primero descendió el guardia de seguridad que siempre lo acompañaba, luego pudo ver sus escandalosos zapatos. Justo en ese momento, salió corriendo de su habitación.

— ¡Chris, alerta naranja! —Exclamó, presionando el botón en la pared para poder hablar con el hombre en la cocina— ¡Chris!

— Te escuché, estoy preparando todo.

Preparar todo cada vez que algún pariente llegaba significaba abandonar cualquier actividad y presentar a los niños en excelentes condiciones. Minho corrió hasta la habitación de Jeongin, abrió la puerta para quizás despertarlo, pero su hermano ya se encontraba poniéndose una camisa limpia.

— No me tardo, deja me pongo un moño —anunció, para hacerle saber que ya se estaba enterado de la situación.

Su siguiente parada fue la habitación de los gemelos, Jisung estaba en el primer nivel así que era una labor de Christopher, por lo que él tomó a Yongbok de la cintura, elevandolo para sentarlo a toda prisa frente al espejo, comenzando a limpiar sus mejillas con una toalla humeda para untar una crema hidratante en su rostro.

— Ya, ya me veo lindo —se quejó el infante, poniéndose también de pie para buscar sus zapatos.

Minho le ayudó a ponerselos, volviendo a tomarlo en brazos para bajar con él hasta el vestíbulo, Jeongin ya se había adelantado. Llegaron para unirse a la fila justo cuando el hombre estaba saludando a Christopher. No tardó en notar que apenas unos segundos después Hyunjin se agregó a la hilera familiar junto a Seungmin.

— Vaya, me pone contento que estén todos presentes. Hyunjin que bueno verte—comentó Younho, mirándolo atentamente, luego se concentró en los gemelos—. Yongbok, te ves bien.

Corazón de un cuento roto (Hyunmin )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora