Capítulo 18

29 6 0
                                    

Quería que me mirase de esa manera toda la vida, pero la vida podía resumirse en un instante cuando se estaba con la persona correcta.


Christopher suspiró agotado, echando un vistazo al reloj digital de la cocina. Pronto serían las nueve de la mañana, su ventaja eran las vacaciones, pero eso mismo era su desventaja. El griterío de los niños le anunció su llegada. Pudo ver a Jeongin contento, sosteniendo las manos de Evie, era una posición incómoda, pero la bebé podía andar de esa manera.

— ¡Evie dio sus primeros pasos, Chris! —Festejó Yongbok, saltando con alegría junto a su gemelo. Al criado le alegraba que estuvieran contentos aquella mañana.

— ¿En serio? Si que se tomó su tiempo —se burló el adulto, acercándose para tomar a la niña en brazos y levantarla, la infante se mostró contenta— ¿Que tal la vida a pie, Evie?

— Papá... Papá... —balbuceaba la criatura. Christopher dejó un beso en su mejilla antes de saludar a Minho, quien se incorporó al bullicio en la cocina—. Papá...

Minho sonrió al recibir a su hermana menor, ayudando a su niñero decidió llevarsela a la sala junto a los gemelos. Christopher suspiró al verlo marcharse, Evie había comenzando a referirse a ellos dos como sus padres, a nadie le molestaba que lo hiciera. Cuando los gemelos comenzaron a hablar había pasado exactamente igual, así que en cuanto fuera capaz de tener un poco más de consciencia podrían explicarle quienes eran realmente.

— Lamento la tardanza, ni alarma no sonó —exclamó Seungmin, apareciendo de repente mientras se ataba el delantal a toda prisa—. Mi relij biológico no funciona últimamente.

Christopher lo observó por un momento, notando que había perdido un poco de peso, su cabello había crecido más y también detalló en el moretón en su clavícula . Se detuvo de sus actividades, acercándose para tomar su rostro con cuidado y echar un vistazo.

— ¿Intentó hacerte daño otra vez? No me mientas, de todos modos él solo va a acusarse con el doctor Jung en su consulta.

— No, te juro que esta vez no miento, fue un golpe con la tina de baño —declaró, sonriéndole. Christopher decidió creer en él—. ¿Como va todo? Jisung dijo que Evie dio sus primeros pasos.

— Lo hizo —sonrió contento, volviendo a sus labores—. Han pasado casi diez meses desde que llegaste, Seungmin, siento que los niños han crecido demasiado en ese tiempo, pero también considero que nos han dado más dolores de cabeza y me preocupa que todo esto afecte tu salud mental. El doctor Jung dice que estás bien, no me cuenta lo que tú le cuentas —aclaró, pero su compañero le restó importancia—, pero dijo que eres una persona con una gran fuerza mental y que tus niveles de empatía superan el promedio.

— En el bachillerato una vez fui a las pruebas de inteligencia, y salí muy por encima del promedio en inteligencia emocional —le contó con cierta vergüenza—. Dijeron que en vista de ello me resultaba fácil conectar con la gente y entender sus más profundos, y oscuros, pensamientos.

— Por eso Hyunjin te ama tanto —comentó Christopher, brindándole un suave empujón. Seungmin negó con timidez.

— Él no me ama, solamente me ve como su amigo, un amigo especial al que puede matar en cualquier momento —dijo risueño, consiguiendo que el mal chiste ya fuera habitual y Christopher pudiera relajarse—. Honestamente, estoy preparado por si eso ocurre, sé que ustedes también.

— No creo que ocurra —murmuró, echando un vistazo a la cámara del salón donde los niños veían televisión con los demás, así se aseguraba que Hyunjin estuviera ahí y no escuchando a escondidas—. El doctor Jung dice que esas pérdidas mentales son producto del trauma, pero con la nueva medición espera que vayan reduciendose.

— Ya han pasado tres semanas desde la última vez —meditó Seungmin, contento—. Hyunjin intenta ser una buena persona, pero algo en su interior también lucha por salir y liberarse. Es una pelea entre el bien y el mal. Pero si me lo preguntas, yo creo firmemente que la pureza requiere su dosis de impureza para funcionar.

— Tú eres la dosis de pureza que Hyunjin necesita, y aparentemente él es la dosis de impureza que tú quieres.

— Lo necesito, como el bien necesita del mal. Y él a mí. Me honra ser su almohadilla de desahogo, pero inevitablemente lo amo... —admitió, sus mejillas enrojecidas consiguieron que Christopher se acercara para abrazarlo— Sé que es unilateral, quizás diez meses son poco para afirmarlo, pero lo quiero conmigo sea en el cielo o en el infierno.

— No lo juzgo, el amor nunca es coherente.

— Él no me ama, Chris.

— ¿Quien dijo que no te amo? —Preguntó Hyunjin de repente.

Los dos se separaron abruptamente, llevándose un susto a encontrarlo apoyado en el muro, cruzado de brazos mientras los observaba. Christopher se dio cuenta que quizás no debió descuidar la cámara ni un instante.

— Hyunjin... —murmuró Seungmin, mientras el susodicho se acercaba para tomarlo de la cintura, quería sentirlo cerca, indiscutible.

— Pero es que sí te amo —declaró antes de besar sus labios.

Christopher apartó la mirada en ese momento. Se sentía como un mal tercio, pero nunca antes había tenido el honor de presenciar ese clase de escenas, mucho menos con Hyunjin como protagonista. Distrajo la mente continuando con la clasificación de vegetales, sin embargo no podía evitar sentir que había alguna clase de progreso en la situación.

Antes Hyunjin era un fantasma. Un esbelto y pálido fantasma que rondaba en la casa por las noches. Apenas hablaba, ni siquiera habían visto bien su rostro. En menos de un año se había convertido en un hombre con personalidad, voz fuerte, carácter, a veces incluso hablaba demasiado, ya no tenía que esconderse detrás de los muros ni detrás de Seungmin, tenía voz y voto en la familia. Incluso tenía alguna clase de romance con Seungmin. Sin olvidar que era un asesino.

— Lo siento —murmuró su compañero castaño al reincorporarse en la selección de los víveres, Christopher echó un vistazo para asegurarse que Hyunjin se había ido.

— ¿Crees qué sea saludable lo que hacemos? —Se animó a preguntar, se le notaba lleno de curiosidad—. Quiero decir, el Doctor Jung cree que hasta el momento es todo parte del proceso y que, de todos modos, nuestra familia nunca ha sido realmente tradicional. ¿Pero no te asusta?

— ¿El que?

— Que estemos equivocados. Quiero decir, yo realmente no tengo ningún problema con Hyunjin, ni con ninguno de los niños. No me molesta incluso su lado psicópata, y estoy plenamente preparado por si un día te mata o incluso por si nos mata a todos, pero ¿si otros nos vieran creerían que estamos loco?

Seungmin lo pensó por un momento. Se preguntaba si todos en la casa estaban lo suficientemente dañados en sentido mental como para ser tan tolerantes y permisivos. Convivir con un psicópata, exponiendo a una bebé y al resto de la familia quizás no sería bien visto por otros.

— Aunque incluso el tío Younho, Hyejo y el doctor Jung dicen que está bien —meditó, acercándose a la pantalla en la pared para mirar la cámara del salón de televisión, ahí podía ver a Hyunjin jugando videojuegos con Changbin—. Changbin también lo ve como algo tranquilo.

— Entonces aquí hay dos opciones, o realmente es algo normal o todos en Trenton estamos locos.

— Quizás estamos locos —sonrió con dulzura volviéndose a él para mirarlo a los ojos—. Es nuestra tripulación de demencia.

Corazón de un cuento roto (Hyunmin )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora