Capítulo 25

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Hyunjin suspiró, tomando la mano de Seungmin para ingresar a la habitación donde Tony Kamg descansaba. Se encontraba conectado a una maquina, pero todos decían que iba a vivir. Seungmin le dio un suave beso en la mejilla, dejándolo a solas con el chico.

— ¿Sigues vivo? —Le preguntó el joven convaleciente, apenas despierto— Sueño contigo a menudo. Papá dijo que enfrentaste muy bien las cosas en el juicio. Yo fui cobarde...

— No fuiste un cobarde, Tony —murmuró, tomando suavemente sus manos vendadas antes de sonreír con ligereza—. Yo pensé en quitarme la vida muchas veces, no te miento a veces aún pasa por mi mente la sugerencia. Pero intenté un motivo para vivir.

— ¿Y lo encontraste?

— Lo encontré —sonrió de nuevo, el chico recostado también lo hizo.

— Es bonito —murmuró—. El doctor Jeon me habló de ti, dijo que eras un buen paciente.

— ¿Y él como te trata?

— Es como un hermano mayor para mí. Me ayuda mucho, pero a veces yo solo soy mi propio enemigo.

— Sí, me pasa también —encogió de hombros—, ¿cuanto tiempo llevas en el psiquiatrico?

— No había querido ingresar, pero este es mi segundo intento así que supongo que debo hacerlo. ¿Que me dices tú? ¿Volviste a internarte?

— No, me aterraba —confesó—. Pero también podría considerarlo.





Habíamos ganado. El psicópata no consiguió que Hyunjin lo eligiera, él ahora era parte de nuestro mundo.



La perspectiva sobre el futuro se convirtió en un suave tintineo de luces sin forma. El doctor Jung se encargaba de hablar con Hyunjin y mantener su medicación bajo cuidado para evitar resistencias. Seungmin era su guarda y de paso lo más cercano a una pareja estable que conocía. Los demás eran su familia. Para alguien tan herido como él, la idea de una familia, un lugar seguro, era entrañable.

— Quisiera no sentir este dolor, doctor Jung —murmuró Hyunjin, bajo la amorosa mirada de su médico—. ¿Hay algo que pueda hacerse para que deje de sentirme así? El haber reconocido todo lo que pasó, admitir que no fue nada bueno... Dejó un vacío que no puedo entender. No soy un asesino, doctor Jung, no soy un monstruo... Pero entonces, ¿quién soy?

— Hyunjin ¿recuerdas cuando hablamos sobre los guardabosques de las zonas nevadas? —Preguntó, el joven asintió, limpiando sus lágrimas con su pañuelo—. Estaban doblados por el peso de la nieve, pero el hombre viene, lo sacude y el árbol se endereza. ¿Que crees que significa eso?

— No lo sé...

— Significa que, para poder soltar, necesitamos una sacudida. Este dolor que estás experimentando, el vacío, la soledad y confusión... Son tu sacudida. Debes aprovecharla, es verdad que no será sencillo, tampoco grato. Incluso puede que lo que estoy diciendo justo ahora no tenga sentido para ti, pero tendrás que levantarte, sin recoger tus pedacitos y seguir adelante. Seguir para llenar esos vacíos con nuevas facetas de ti —le explicó, inclinadose un momento para tomar su mano de manera paternal—. No estás solo, Hyunjin. Tienes una familia que te quiere, tienes un hombre que te ama.

— ¿Y si yo no soy bueno para él? —Sollozó, no podía evitar que las lágrimas lo traicionaran—. Me asusta pensar que un día cualquiera puedo hacerle daño, me asusta la idea de que Christopher se lo tengo que llevar lejos para protegerlo de mí. No quiero ser un monstruo, doctor Jung... No soy un monstruo. ¿Como puedo dominarlo? ¿Qué puedo hacer para callar estas voces? La cordura se escapa... Huye de mí. Me deja sin fuerzas, doctor Jung... Intenta asesinarme.

Corazón de un cuento roto (Hyunmin )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora