Capítulo 19

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Hyunjin se mantuvo quieto, siguiendo las indicaciones de la asistente que acomodaba la banda para sostener su cabeza, sus brazos y piernas ya habían sido aprisionados.

— No te muevas por nada, si lo haces tendremos que comenzar de nuevo —le recordó, presionando algunos botones en la máquina—. Relájate, cierra los ojos y piensa en algo bueno.



Años atrás

— Piensa en algo bueno, Hyunjin, el tiempo pasará rápido si meditas en algo positivo —le invitó el doctor Jeon, acariciando suavemente su mano—. Es algo rutinario, nos ayudará a saber si necesitas algún otro tipo de ayuda médica. Es por tu bien. Si te recuperas, podrás ser libre pronto.

La libertad era algo que Hyunjin tampoco conocía. Entre tantas cosas básicas que no entendía, la libertad era la que menos importante le sonaba. Cormac solía decir que la libertad era poder hacer lo que quisiera, cuando quisiera sin consecuencias. No obstante, el doctor Jeon decía que la libertad era no ser esclavo de sus impulsos. He ahí lo que no podía decir aún.

Cuando los estudios terminaron dio una caminata por el jardín en compañía del doctor Jeon, este avanzaba a su lado, observando las mariposas que revoloteaban entre las flores.

— Es época de mariposas —murmuró Hyunjin, consiguiendo inmediatamente la atención del médico, quien era más bajo que él por unos cuantos centímetros, poseía una mirada jovial y encantadora—. ¿Le gustan las mariposas, doctor Jeon?

— Me gustan —asintió, volviendo la mirada hasta las mismas—. Las mariposas necesitan humedad para ser activas, es por eso que las vemos tanto en épocas de las lluvias veraniegas—sonrió permitiendo cuando Hyunjin tomó su mano— ¿que ocurre?

— Cuando salga de aquí va a llevarme con usted ¿cierto?

— Oh, Hyunjin... —murmuró el profesional, deteniendo sus pasos para mirar a sus alrededores y cerciorarse que nadie los pudiera escuchar— Sabes que no puedo hacer eso, tienes diecisiete años y yo veintiseis. Eres un niño. No soy tu padre, Hyunjin, no puedo llevarte conmigo.

— No quiero que sea mi padre, doctor Jeon, yo quiero que usted se case conmigo —suplicó, intentando tomar sus hombros, pero él fue más rápido al esquivarlo—. Usted dijo que puedo crecer, ser normal, tener un hogar y formar una familia. Usted es mi familia, doctor Jeon. Lo quiero, doctor Jeon. Lo quiero más de lo que he querido a nadie.

— Hyunjin, estos sentimientos son circunstanciales. Cormac es la única imagen que tienes del amor y no es precisamente saludable, así que intentas reemplazarlo.

— No, no, doctor Jeon, lo que siento por usted no es como lo de Cormac, esto es más del estilo de Loren. Algo mayor que eso. Loren fue...

— Tu primer interés real en una persona, pero tampoco saludable —le recordó, retomando el camino, Hyunjin lo siguió—. Hyunjin tu concepto del amor es enfermizo, y sé que un día conocerás el verdadero amor, pero no conmigo.

— Usted también está interesado en mí —declaró, ganándose una risilla divertida que lo llenó de frustración—. No puede negarlo, noto como me mira.

— Te veo como mi paciente, es todo, ahora volvamos a tu habitación para la merienda.

— Doctor Jeon... —insistió, tomando su mano con firmeza, el aludido se volvió para mirarlo a los ojos— No volveré a querer a nadie si no es usted. No voy a permitirme fijarme en nadie más, se lo prometo.




Corazón de un cuento roto (Hyunmin )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora