Capítulo 30

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Teníamos tanto en común y nada a la vez, éramos uno para el otro, pero ub término de esa magnitud no encajaba en nuestras circunstancias.

Los birretes en el aire junto a los fuegos artificiales consiguieron un ambiente melancólico, pero feliz en el campus de la universidad.

El tiempo en los estudios superiores se consumió como un suave suspiro. Hyunjin creía firmemente que había logrado ser quién quería. Los aplausos lo hicieron volverse para buscar a su familia. Todos estaban presentes en su ceremonia de graduación, cada uno de ellos sin falta. Incluso papá y mamá.

Bajó del escenario junto al resto de sus compañeros, la toga danzaba al ritmo de sus pasos emocionados mientras se dirigía al encuentro con Seungmin, él se veía precioso con su vestido digno de la ocasión.

— Felicidades, estás graduado —le anunció, acomodando su toga antes de besar sus labios con suavidad.

Hyunjin lo tomó por la cintura, quería besarlo nuevamente, pero el balbuceo de una criatura lo hizo volver a mirar al resto de la familia. Se sonrió, besando fugazmente a su novio para ir con Minho, quien sostenía a su bebé de un año de edad.

— Yoseok está feliz de que su tío ahora esté graduado —declaró Christopher mientras Hyunjin tomaba al bebé en brazos, este inmediatamente se echó a reír.

— Cuando sea ub escritor famoso, voy a llevarte a recorrer el mundo, Yoseok —se rio Hyunjin, notando que su hermana de ya diez años lo miraba con los ojos bien abiertos—. Tú también irás con nosotros, Evie.

Seungmin se sonrió consigo mismo al ver la escena. Desde los comienzos en su carrera universitaria, todos apostaron por el futuro de Hyunjin. Era un grandioso escritor, y con los profesionalismos necesarios había perfeccionado su técnica, por lo que había ya algunas editoriales interesadas en sus escritos.

Suspiró lleno de paz mientras viajaban juntos hasta su hogar, habían planeado una fiesta en familia para festejar su graduación. No obstante, con Younho de visita era especial sentir que estaban todos completos por fin.

El paso del tiempo nuevamente hizo las suyas. Las cosas, una vez más estaban cambiando. Hyunjin era un adulto funcional, socialmente integrado y aunque seguiría sus tratamientos médicos de por vida, se le veía feliz. Tenía una buena actualidad; un empleo, una casa propia y también su propia familia.

— El libro de Hyunjin es un éxito, y es realmente bonito e intrigante —comentó Yongbok, tirado en el sofá de la sala, nuevamente se encontraba de visita.

Seungmin le sonrió mientras se acercaba para dejar un tazón de semillas en la mesa de centro, Yongbok bajó el libro para mirarlo un momento. Le sonrió. Era un jovencito precioso, pronto cumpliría dieciocho años, se le notaba vivo y en paz.

— Voy a leerlo hoy, me da un poco de miedo, debo confesar —le contó al jovencito pelirrojo, quien lo escuchaba con atención—. Sé que será maravilloso, pero me asusta comenzarlo y terminarlo. Siempre he sido su fan, y detesto la espera hasta el siguiente borrador —rio suavemente.

— Jisung dice lo mismo, pero en su caso creo que es apenas una excusa para disimular lo orgulloso que está.

Hablaron largo y tendido sobre el gemelo mayor, quien se encontraba constantemente de fiesta o merodeando la ciudad en compañía de su actual novio. Jisung, tal como todos especularon alguna vez, era mucho más social y extrovertido que Yongbok. A este último le fascinaba más que nada su propia compañía y la de su familia, de hecho, constantemente estaba de visita en la casa de Seungmin.

— Es un niño testarudo —se sonrió, mientras el pelirrojo cerraba el libro para sentarse correctamente.

— Y a todo esto, ¿cuando le dirás a Hyun? —Quiso averiguar, consiguiendo una mirada confusa—. Oh, vamos... No creas que no vi el test en el tocador. Lamento arruinar la sorpresa, pero fue positivo.

Seungmin se rio con dulzura, de alguna manera ya lo sabía, pero que Yongbok fuera el primero en enterarse era mejor.

— Quizás se lo diga esta noche.

— Espero que sea niña, Evie ya no se deja peinar y yo necesito cuidar de alguien.

— Quizás lo sea, pero de cualquier modo me ayudarás.

Seungmin se acomodó en su saloncito secreto, que Hyunjin se había encargado que la casa tuviera, para leer el libro. Sería la primera parte de una saga, por lo que estaba ansioso. Todos comentaban que era muy bueno, de hecho en varios sitios de Internet se daban muy buenas críticas al respecto. Retiró el empaque plástico para poder percibir el aroma de las hojas nuevas, el distintivo entre papel y tinta. Acarició la portada antes de abrirlo y pasar por los derechos de autor hasta leer la dedicatoria de la primera página.

— Para mi esposo, Kim Seungmin, por estar en mi mundo y yo en el suyo —leyó. Una gran sonrisa asomó sus labios—. En nuestro mundo.




No comencé escribiendo esto para algo en especial, pero ahora sé que algún día te gustará leerlo. Querido hijo: tienes un padre maravilloso.

Corazón de un cuento roto (Hyunmin )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora