Capítulo 21

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De todos modos, ¿como podía estar enojado con él? Lo odiaba, sí, pero no podía evitar sentir que si volvía a verlo le aceptaría una disculpa.

Seungmin se sentía triste. Entre su rutina en casa, los niños y Hyunjin, todavía le quedaba algo de energía para leer su diario por las noches. Estaba a punto de terminarlo, al menos la libreta que él tenía, pero hacerlo le infundia un sentimiento de nostalgia. Principalmente ser entrometido fue lo que le llevó a su peculiar idilio con Hyunjin, por lo que concluir los escritos le ponía melancólico.

— ¿No puedes dormir? —Preguntó Hyunjin desde el umbral de la puerta, serían al rededor de las dos de la mañana.

— Me faltan solo unas páginas para terminar tu diario —le contó, liberando su espacio en la cama. El alto se acercó para meterse entre las sábanas, acomodándose junto a él—. Leí lo del doctor Jeon —comentó, intentando evitar sentirse afectado—. Si que le quisiste, eh.

— Creo —murmuró Hyunjin, quitándole el diario a Seungmin de las manos para invitarlo a acomodarse—. Sé que te cuesta creer en lo que siento por ti, Seungmin y no te culpo. Eres uno de mis temas de conversación más recurrentes con el doctor Jung, él si me cree —sonrió con ligereza—, intento ser un hombre bueno para ti.

— Eres un hombre bueno para...

— No, no es cierto —interrumpió, con ese tono autoritario que empleaba en contadas ocasiones—. No necesitas mentirme, sé que justo ahora lo único que te provoco es daño, en todos los sentidos. Sin embargo, mataría por ti, moriría por ti y en cualquier caso, sería un honor.

Seungmin lo observó con seriedad, sabía que en temas que respectaban a la muerte Hyunjin hablaba en serio. Podía describirlo como un villano dispuesto a destruir el mundo entero por su objetivo. Quizás en ese momento él era el objetivo de Hyunjin.

— No sé si entiendes que yo te amo, Hyunjin —murmuró, sintiendo aflicción por sus circunstancias—. Me pregunto si se necesita mucho para merecerte, o si son apenas mis temores.

Era un dilema inmenso. Los miedos, el sentimiento de inferioridad y la poca paz que experimentaba al considerarse indigno del amor de Hyunjin lo consumía.

— El amor es sucio, Seungmin, demasiado sucio y caótico. Pero ya estamos llenos de él. ¿No es asqueroso? —Se rio suavemente, consiguiendo que él también lo hiciera con dulzura—. Me muero si un día no estás, Seungmin. Moriría si te pierdo, pero estoy dispuesto a hacerlo si eso es por tu bien.

— ¿A que te refieres?

— Yo quiero que seas feliz conmigo, no niego que desearía tenerte a mi lado toda la vida. Pero si yo no gano esta pelea y me convierto en un asesino, entonces me alejaré de ti para que puedas vivir. Debes vivir y cumplir tus sueños, ¿que quieres estudiar? Vamos, dímelo.

— No lo sé... ¿Gastronomía? ¿Psicología? Me gusta todo eso.

— Entonces debes hacerlo —declaró, abrazandolo por los hombros, Seungmin se acomodó entre sus piernas—. Viviremos juntos, iremos a la universidad, trabajaremos y seré un flautista famoso también.

— ¿Lo prometes?

— Claro que sí, pero a cambio debes prometerme que, si mi cerebro termina de romperse, si la locura me gana, vas a vivir esa vida en el nombre de los dos. ¿Está bien?

— Quiero vivirla contigo. En tu mundo, o en el mío, Hyunjin.

Seungmin lo miró a los ojos, notaba la poca esperanza que Hyunjin estaba experimentando, pero no podía culparlo cuando él mismo sentía que no serían capaces de vencer a sus demonios.

Corazón de un cuento roto (Hyunmin )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora