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Jungkook se levantó de la cama un poco desbordado por lo vivido la noche anterior, ya era la segunda vez que había sucumbido al deseo por poseer a la mujer de su hermano. ¿Que mierda le estaba pasando? Pasó su mano por su pelo negro con rabia contenida y tiró con fuerza.

Sin hacer ruido se puso sus boxer y un pantalón de chándal holgado y salió hacia la planta baja hasta la cocina a tomarse un café, intentaba poner en orden sus pensamientos que lo estaban atormentado.

Su hermano era un completo imbécil pero él no era mucho mejor. Los dos estaban haciendo daño a una mujer que no se lo merecía, Shayni era un ser especial y ya lo había notado años antes cuando la conoció accidentalmente, pero en éstos días lo había vuelto a corroborar.

Se preparó un café y se dejó caer en la encimera de la cocina para tomarlo. En ese momento venía Shayni escaleras abajo.

Él cuando la vio aparecer con aquel mini vestido de finos tirantes le pareció demasiado hermosa cómo para que tuviera que aguantar todo lo que se escondía a sus espaldas.

—Buenos días Jonsuk —de nuevo ese maldito nombre que odiaba con todo su ser.

—Buenos días —le dió él una sonrisa rápida.

—¿Has dormido bien? —dijo ella acercándose más bonita que nunca, o eso pensó él al verle ese tono carmesí en sus labios y esa actitud risueña.

—Muy bien.

Ella enredó sus manos en la nuca de Jungkook haciendo que se le erizara todo por el contacto de sus pieles, metió su rostro en su cuello que lo hizo tragar fuerte, él agarró su cintura para atraerla a su pecho desnudo y suspiró al notar sus pezones por la fina tela.

—Serás mi perdición Shayni, voy a arder en el infierno y serás la causante de todos mis pecados aunque no lo creas —le besó el cuello succionando levemente su piel blanca.

Ella se estremeció, no sabía lo que era pero últimamente deseaba que le hiciera esas cosas que le hacía y a las que no estaba acostumbrada. Se separó y lo miró enamorada, se le acercó a esos labios que la atraían tanto y empezó a besarlo. Él beso tomó fuerza y ninguno era capaz de terminarlo. Al fin se separaron para volverse a mirar a los ojos.

—¿Quieres ir esta noche a tomar algo conmigo? —dijo Shayni.

—Si me lo pides de éste modo no puedo negarme —le besó los labios Jungkook brevemente— intentaré terminar pronto y te iré a buscar a tu trabajo —la volvió a mirar recorriendo su rostro.

—De acuerdo, termino a las ocho, vendré a cada y esperaré a que llegues.

Se despidieron con otro beso ardiente que los quemó por dentro.

Jungkook se dió una ducha, se vistió y se fue a su trabajo en la empresa.

Cuando llegó se encontró en la entrada de su despacho a Adele, frunció el ceño porque por un momento no recordaba que había despedido a la secretaria de su hermano por contratarla a ella.

—Buenos días señor Jeon —dijo ella con una sonrisa sensual.

—Hola ¿Cómo se llamaba? No me lo diga.....¡Adele eso es! —al final recordó su nombre.

Ella se levantó y se acercó a él demasiado y le susurró cerca del oído, no podía dejar que se escapara su plan de separarlo de Shayni.

—Hoy saldremos los dos juntos a una cena — era cómo un susurro que entró en Jungkook cómo un escalofrío que lo recorrió entero, respiró hondo y asintió.

Entró a su despacho sintiéndose algo mareado, se sentó en su sillón e intentó pensar que había hablado con Shayni antes, pero no recordaba lo que era.

Shayni dió sus clases de la tarde y empezó a recoger con la ayuda de Hiori todo lo que los niños tenían desperdigado por la sala de danza. Taehyung llegó a recoger a su hija.

—Os veo muy entretenidas.

—¡Papi! —la niña corrió en su busca de él bastante contenta.

—¡Oh! Tae ¿Eres tú? —dijo con una sonrisa ella.

—Vengo a recoger a mi hija y decirte que si quieres cenar con nosotros hoy en casa.

—¿Hoy? Vaya —dijo apenada— hoy voy a salir con mi esposo.

—No importa otro día será —no podía esconder su desilusión.

Shayni salió hacia su casa después de despedirse de Taehyung para cambiarse, se bañó con unos jabones perfumados y se puso un vestido negro ajustado que la hacía espectacular, recogió su pelo dejando unos mechones sueltos y llamó a Jungkook.

No recibía respuesta alguna, lo llamaba una y otra vez y no tenía respuesta ninguna.

Se sentó bastante molesta en el sillón de la casa a esperarlo pero se quedó dormida, estaba demasiado cansada.

Al cabo del rato se despertó al escuchar la puerta, miró el reloj y se sorprendió al ver que habían pasado unas horas ¿Tanto había dormido?

Jungkook entró con una sonrisa en la cara, se notaba que había bebido.

—Jonsuk ¿Dónde estuviste? He estado esperando que llegaras a recogerme —dijo molesta.

—Otra vez ese maldito nombre pssss —se reía amargamente.

—¿Cómo dices?

—Nada, voy a dormir.

—¿Otra vez vuelves a comportarte de éste modo? —dijo ella y se puso delante para que parara su huída.

Él la miró cegado por el contacto que tuvo con la otra que estuvo cenando con él, se le veía enfadado y con la respiración agitada.

—No preguntes lo que puede que no te guste lo que conteste —la agarró de los dos brazos— si lo que quieres es tener sexo conmigo solo tienes que decirlo, soy todo tuyo.

Ella estaba tan dolida por esas palabras tan vulgares que sacudió sus brazos y se separó de él con rabia.

—¡Ya no aguanto tus cambios de humor y de comportamiento! —dijo con lágrimas en los ojos.

—No vayas a hacerme una escena de matrimonio, no soporto esas tonterías —se quedó mirándola con sorna.

—Se acabó Jonsuk yo.....

—¡Que no me llames ni una puta vez más así! —le gritó.

Ella abrió los ojos desconcertada. Reaccionó después de unos segundos y agarró enfadada el abrigo negro que tenía junto a su bolso. Empezó a andar hacia  la salida.

—¿Shayni dónde mierda vas? Para un momento.

—¡Vete a la mierda! —gritó andando.

Él salió corriendo y la atrapó cuando ya había abierto la puerta.

—No puedes irte, aunque me odies no puedo dejarte que te pase nada —la cogía con fuerza.

—Suéltame o te arrepentirás —dijo aparentemente calmada.

—¿Y si no te suelto, que vas a hacer? —le dijo él mirándola a los ojos.

—Suelta te lo advierto —lo retaba.

—No quiero —empezó a sonreír Jungkook al estar en un juego que lo excitaba.

Ella miró su entrepierna y le estampó su rodilla.

Él la soltó y agarró su miembro porque el dolor era horrible

—Quiero el divorcio, estoy cansada de tus cambios de humor —se fue y lo dejó allí encorvado y solo........

Profecía JK II. Salvación ( + 18 )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora