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JUNGKOOK

Sus besos, su piel, su deseo cuando estábamos en la cama y la hacía mia era mi puta perversión, follarla una y otra vez se estaba volviendo mi adicción.

—Señor Jonsuk su mujer está aquí, quiere verle —dijo Adele un poco borde cuando yo estaba en mi despacho con mis calientes pensamientos, que lo dijera con ese seco aspecto no me gustó lo más mínimo.

—¿Mi mujer aquí? Hágala pasar —me levanté con energía para recibirla.

Entró con una sonrisa que me hizo tragar fuerte. Venía con un vestido suelto que hacía que se moviera con libertad al andar, mi mente solo pensaba en subirlo rápidamente hasta arriba del todo y dejarla desnuda.

Le puse una sonrisa seductora y maliciosa, ella contrajo sus muslos y mordió su labio inferior. Los dos allí mirándonos con ganas de jugar de nuevo a nuestros calientes y pervertidos juegos sexuales.

—¿Puedo retirarme señor?

¿Pero todavía estaba allí Adele?

Shayni la miró de arriba abajo y noté su mirada inquisidora, no le gustaba y encima su tono al hablar conmigo era un poco pasado de lo que se tiene que tratar con un jefe. Estaba flirteando delante de ella.

—Sí, retírese, si necesito algo ya la llamaré —le dije correcto para que no quedase duda de que no me interesaba.

—Espere, señor se me olvidaba —vino hacia mí moviendo sus caderas y se posicionó cerca, demasiado cerca para mi gusto— se me olvidaba decirle que ésta noche tiene reunión con el señor Pattison de la compañía Nails, será en el hotel Royal Princes.

Era verdad.

—¿Ha preparado todos los documentos que tenemos que llevar?

Le pregunté y ella se separó de mí y volvió al lado de Shayni que estaba demasiado seria, cuando vino sonreía más. Estaba celosa, se notaba a leguas.

—Sí, está todo pasado a mi carpeta, iré un momento a prepararme y vestirme acorde a esa cena que tenemos, no se preocupe por nada que yo hablaré con el chófer para que nos lleve.

Ella abrió sus ojos al escuchar la palabra tenemos, la miró con esa rabia que la hacía un felino incontrolable y enjaulado, ese genio que la caracterizaba y a mí me ponía a mil por hora.

Quitate de enmedio que te araña, pensé y reí internamente.

—Está bien, se puede retirar y espero que sea verdad que esté lista porque sino es así me iré solo —dije seco para que Shayni no me dejara sin polvo ésta noche.

Asintió y salió con su contoneo que seguía Shayni con su mirada asesina hasta que cerró la puerta, después puso su mirada en mí.

—¿Quién es esa? —dijo con su nariz hinchada por estar respirando agitada.

—Mi secretaria —dije acercándome despacio a ella para ver si la tranquilizaba.

—Venga Jonsuk —dijo con una sonrisa sarcástica—esa no es tu secretaria, al menos no la que yo conozco.

—La he contratado hace poco —no le hice mucho caso a eso y le cogí sus dos manos, la separé para mirarla de cerca.

—¿Que haces?

—Mirarte ¿No puedo? !joder! Shayni se la levantas a los muertos.

Respiró fuerte enfadada y se soltó de mi agarre para cruzar sus brazos.

—No me gusta esa mujer —dijo claramente.

—¿Estás celosa? —me acerqué a ella y puse mi dedo en esos labios que se ajustaron tan perfectos a mi polla la noche anterior, se los paseé y me acerqué a su oído.

—No temas que yo sólo quiero estar dentro de tí, tu sexo me pone tan caliente que no pienso en otra cosa día y noche —entraron mis palabras y ella tembló inconscientemente, yo sonreí por saber que su cuerpo respondía a mis provocaciones.

Se había vuelto un juego peligroso para mí y para ella, por ser yo quien era la cosa podría llegarse a poner fea, pero me importaba una auténtica mierda, ésta mujer me la ponía dura con solo pestañear y eso me gustaba demasiado como para acordarme que no era mi esposa y que ya tenía dueño.

—¿Quieres que cierre la puerta y te folle ahí en mi mesa de escritorio? Es algo que llevo en mis pensamientos cada vez que estoy firmando un documento, quisiera que estuviera tu hermoso culo aplastando el papel en ese momento —me miró impactada y yo reí, la cogí de la cintura y la subí hacia arriba, se asustó un poco, no se lo esperaba, se agarró a mi cuello y entrelazó las piernas a mi cintura. Yo empecé a besarla con ganas mientras iba hacia la puerta para cerrarla con llave.

—Ya está —dije jadeante— no nos molestará nadie pero no grites que nos pueden oír, los gritos los dejas para cuando te vuelva a follar esta noche en mi cama —hundí mi rostro en su cuello y lo besé y se lo lamía con ganas.

Entonces ella forcejeó y se bajó de golpe de mí, me miró duramente, me dejó con las ganas, ufff eso me enfadaba.

—Ni habrá nada ahora, ni habrá nada ésta noche —cogió su bolso que se había caído al suelo con un enfado descomunal.

—¿Que te ocurre?

—¿Jeon esa era la chica que decías anoche? La que quería contigo y tú no pudiste hacer lo que ella quería ¿Verdad?

Que inteligente, no había quien la engañara.

—No, esa era una que no conocía de nada —me acerqué a ella y la cogí de la cintura la pegué a mí de nuevo— para mí no hay nadie mejor que tú.

—¿De verdad? —me miró con una sonrisa que no me gustaba nada, algo tramaba— si es eso cierto, dime qué es mañana.

La miré sin saber siquiera de qué hablaba.

—¿Miércoles?...No sé dime tú —para que diría yo eso.

—¡¿Cómo puedes decir que no sabes?! !Así sin más!, ¡Por favor! No te preocupes no pasa nada, veo lo importante que es para ti.

Una mujer enfadada con su esposo porque no recordaba algo importante para ella, y no te preocupes decía y ya estaba muerto.

Por eso no quería yo el matrimonio, con lo bueno que era solo pensar en el sexo.

—Esta noche puedes cenar con tu secretaria, que yo voy a cenar en la casa de mi amigo Taehyung.

Esa información entró primero por mis oídos pero mi cerebro la paseó por un rato para poder darle un significado, que no era otro que el de un tipo que se moría por poner a Shayni debajo suya. Un tipo que se la comía con los ojos y se haría por las noches una que otra paja a su salud.

—¿Cómo? ¿Con quien?

La cosa se iba a poner fea, porque ella era dura de pelar pero yo no era menos. Mi temperamento y no querer compartirla con nadie estaba dando tumbos en mi interior.

—Con mi amigo —puso sus labios torcidos y una mirada retadora salió de sus ojos.

—No juegues conmigo que no vas a ganar —le dije sarcástico— que todavía puedo azotar ese culo que me vuelve loco —choqué mi lengua contra mi mejilla.

Reí al ver sus ojos abrirse junto a su boca, me acerqué y

—¿Nunca te castigaron Shayni?...........

—¿Nunca te castigaron Shayni?

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Profecía JK II. Salvación ( + 18 )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora