Say So

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Dedicado a mi queridísima Perla<3   

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—...Y ahora estoy bailando con esta preciosidad —sonrió Horacio.

—Y la señorita es pareja suya entonces — consultó el ruso, curioso por la soltura de aquella pareja.

— Eh si-

— Bueno, no es mía pero si es mi pareja —contestó con soltura interrumpiendo a la Morena.— ... de la boda — agregó.

— Así es, me trajo él — agregó Amanda sin dejar de bailar.

Los recién casados asintieron mirándose el uno al otro, realmente no les importaba que aquella pareja se haya colado a la celebración. Al realizarse en un ambiente tan abierto, era normal que estas cosas pasaran. Para ellos, lo importante era que sus amigos cercanos pasaran un buen rato.

—Ahora en serio ¿Donde hay vodka?— Preguntó Volkov en voz alta a los novios. Se alejó de aquel curioso par sin importarle la mirada de satisfacción que le lanzó el moreno de cresta mientras era rodeado por los brazos de su pareja de baile.

Horacio siguió bailando, bebiendo y divirtiéndose como mejor sabía hacer. A pesar de eso, no pudo evitar estar alerta durante la noche y perseguir de reojo los pasos de su ruso, sintiendo los celos y el pánico carcomerle cada que éste se acercaba a una mujer que podría ser la tan mencionada Natasha.

Sin embargo, para la suerte del director, la realidad era que Natasha Koroleva no iba a presentarse en aquella boda. En un desesperado y muy infantil intento de no quedarse atrás, y causarle al director el mismo daño que sintió al verse desplazado, Viktor mintió al decir que iba acompañado y prometió presentarle al moreno una cantante que ni siquiera conocía en persona.

Aquello era humillante puesto que ya tenía una edad y estaba casi —nada— seguro de que era cuestión de tiempo para que sus sentimientos por Horacio, aquellos de los que se dio cuenta durante la ausencia del mismo, desaparezcan.

Y es que de lo poco que él sabía sobre el amor y el afecto, era que en este mundo todo lo bueno se destruía. Y si la vida le había arrebatado todo rayo de esperanza, solo era cuestión de tiempo para que aquellos sentimientos desaparecieran.

Claro, eso es lo que él quería creer.

Dentro, muy dentro de su duro caparazón, estaba alguien listo para amar. Sin embargo Volkov se negaba en dejar salir por completo aquella parte de sí mismo a pesar de que era una tarea casi imposible cada que se encontraba frente a cierto moreno de cresta. Realmente odiaba sentir celos, pero al ver a Horacio con esa chica, bailando pegados con sus cuerpos mojados por el agua de la piscina, no podía evitar sentirse traicionado, vulnerable y molesto. No obstante, no iba a hacer o decir nada al respecto.

Así que a medida que fue avanzando la fiesta siguió con su papel de infiltración siendo Boris, actuando como un hombre extrovertido, oportunista, que no temía poner incómodo o en una situación comprometedora a cualquiera con tal de lograr sus objetivos.

Alguien totalmente distinto a lo que es Viktor Volkov.

Boris Sokolov no hubiese dudado en deshacerse de aquella mujer para tener una oportunidad de estar a solas con Horacio, le habría invitado a bailar, luego a tomar algo y lo más probable es que al finalizar la noche ya habría incluso pasado la valla de los besos.

Pero él no era Boris; y mientras persuadida gente para conseguir parte del banquete y se bebía todo el vodka que había podido adquirir, no podía despegar sus ojos de aquella espalda descubierta. Aquella fuerte espalda en la que se plasmaba con tinta un pasado conjunto. El de Horacio y él.

VOLKACIO SONGSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora