Blooming Colors

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La guerra asolaba el reino, miles de combatientes morían a diario llenando a sus habitantes de tristeza, dolor y desesperanza. Las estaciones se llenaban de sangre, pero a pesar de las duras batallas, había un bosque que se mantenía intacto. Allí, existía una gran cantidad de árboles frondosos de los que brotaban plantas de todo tipo, y flores con delicados perfumes. Era el lugar favorito de todo el que buscara paz y no temía de los seres fantásticos que habitaban ahí, por más guerras que hubiera, ninguna tropa se atrevía a tocar aquella maravilla de la naturaleza, porque corría el rumor de que estaba encantada, y que de hacerle daño, traería desdicha a los responsables.

Cuenta la leyenda que justo en medio de ese bosque había un árbol que nunca florecía. Se veía seco, como si estuviera muerto, pero no lo estaba. Parecía estar condenado a no disfrutar de los colores y aromas que poseían los demás árboles. Los animales no se le acercaban, la hierba tampoco crecía a su lado, parecía que todo lo que le rodeaba tenía miedo de contagiarse de su maldición.

Una tarde de verano, una de las hadas que merodeaba en el bosque se apiadó de ese árbol que lucía viejo a pesar de estar en plena juventud. Con la promesa de ser hermoso, le hizo una propuesta: Ella lo pondría en un hechizo que duraría veinte años, y durante este tiempo, el árbol podría sentir lo mismo que un corazón humano, así como convertirse en uno. De esta forma, adquiriría emociones positivas y volvería a florecer.

Sin embargo, si en esos veinte años no lograba recuperar su vitalidad, moriría.

Él accedió al trato, y durante los primeros años decidió abandonar el bosque en su forma humana. Gran error, puesto que lo único que encontró durante su viaje fue odio y guerra, esas emociones no le ayudaban a florecer, por lo que volvía a convertirse en árbol una buena temporada hasta sentirse listo para volver a intentarlo.

Un día, mientras se encontraba paseando por una aldea cercana al bosque, observó a un muchacho peculiar. Su cabellera no era como la de los demás, estaba rapada a los costados y la melena frondosa del centro se encontraba pintada de colores parecidos a los del fuego. Quiso acercarse, pero el resquemor de encontrar en ese humano más de lo mismo que halló en los otros partícipes de la guerra lo hizo retroceder y refugiarse en el bosque.

No contó con que el muchacho lo vería irse y sintiera curiosidad sobre él.

Fue así como Horacio entró a su vida, el joven muchacho de ojos tan brillantes como el sol se convirtió en todo para Viktor, le dió un nombre humano y todo el afecto que el árbol en su vida no había recibido. Fue inevitable que aquel cariño fuera creciendo con el pasar de los años.

— ¿Qué es el amor? —preguntó Viktor un día.

Ambos se encontraban al filo de una laguna, Horacio tejía una corona de flores con total calma. Su cabeza, que yacía apoyada sobre el hombro del mayor fue retirada sorpresivamente, la piel morena del muchacho se tornó roja como su cresta causando gracia en el árbol. Viktor con una mano acarició la mejilla sonrojada de Horacio, queriendo sentir el calor que producía su piel, adorando la belleza en aquel rostro, tanto como en su noble alma.

— B-bueno, yo- —balbuceó Horacio. En todos los años conociéndose había enseñado a Viktor muchas cosas del mundo, su curiosidad por todo lo que lo rodea fue una de las cosas que lo enamoró de él, y por las cuales estaba lleno de nervios —. ¿A qué viene esa pregunta?

— Vi a una mujer en el mercado diciéndole a su esposo que lo amaba —contó el mayor tomando sus manos entre las suyas con total calma —. Su marido le recitó un poema...

— ¿Ah sí? —contestó el moreno, dudoso.

— "Te ofrezco entre racimos, verdes gajos y rosas... mi corazón ingenuo que a tu bondad se humilla —recitó—; no quieran destrozarlo tus manos cariñosas, tus ojos regocije mi dádiva sencilla"... Sólo recuerdo esa parte, de alguna manera la imagen de tu rostro vino a mi mente al escucharla. ¿Por qué será? —comentó con una sonrisa.

Horacio luego de escuchar sus palabras sólo abrazó al mayor con fuerza; y, refugiado entre sus brazos murmuró:

— El amor.. el amor es como un bivaque de mariposas en el pecho, el amor es dichoso cuando se ama sin mesura, el amor es puro, no cuesta... —susurró— amor... es lo que siento entre tus brazos. Es vida y a la vez muerte, porque muero cada vez que no estás conmigo, pero revivo en cuanto te veo, Viktor. No te puedo explicar con certeza que es el amor, porque mi representación del amor eres tú.

—¿Cuándo pensabas decírmelo? —cuestionó Viktor brindando suaves caricias sobre la espalda del muchacho

— Tenía miedo de que- —no pudo continuar, sus palabras fueron calladas por los labios del mayor que en un dulce beso transmitió todas las emociones que atestaban en su corazón.

— Horacio, tengo que contarte una historia... —dijo después.

Viktor, con una extrema paciencia le contó a Horacio su verdadera naturaleza. Estaban a punto de cumplirse los veinte años y todavía no había conseguido florecer.

Esa noche Viktor volvió a convertirse en un árbol. Sus fuerzas se acababan y su corazón entristecido por dejar a su amado sólo lo acercaba a la muerte. Horacio lloró desconsolado abrazado a sus ramas, repitió una y otra vez, durante horas, lo mucho que lo amaba y que no aceptaba aquel destino cruel que les deparaba la vida.

De repente, apareció la misma hada del bosque. Le ofreció al triste muchacho la oportunidad de elegir entre fundirse con Viktor en forma de árbol, o seguir con su vida siendo humano.

Horacio, observó a su alrededor y pensó en su mundo, desolado y entristecido por la guerra, sólo le quedaba su amor por Viktor. Fue entonces cómo aceptó la oferta de la hada y convirtió a ambos en uno sólo, de las ramas florecieron hermosas flores de colores que perfumaron y llenaron de belleza todo el bosque. 

Los dos amantes quedaron juntos por siempre, porque en cada muerte, de sus semillas volvían a renacer, repitiendo el ciclo una y otra vez, amándose y mostrando su amor en la belleza de sus frutos.

Fin.


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Buenas! Había escrito esto hace mucho pero por fin me di el tiempo de editar el borrador, amo mucho esa canción y de verdad quería compartir este escrito. Lo redacté a modo de cuento porque no quería ponerme a llorar kjadkjsks

El poema que recitó Volkov pertenece a Paul Verlaine y se titula "Te ofrezco", mientras que el que recitó Horacio es de mi autoría uwu<3

VOLKACIO SONGSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora