Say it first

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El pitido de la cafetera resuena entre el bullicio de la sala de estar, llama su atención y le anuncia que el café ya está listo. Una vez el hervor detiene el aglutinamiento de burbujas a lo alto de la jarra, se dispone a apartarla y servir un cuarto del contenido por taza.

Tararea por lo bajo a la par que vierte el agua caliente, la leche y agrega el azúcar en las tazas. Tres cucharaditas para dos de ellas y dos para la suya. Finalmente coloca todas en una bandeja y al lado sirve las galletas —ya frías— que preparó durante la tarde, ya va a oscurecer, y no hay nada cómo disfrutar de algo cómo esto a estas horas.

La vida le ha enseñado esto. Después de tantos golpes y pérdidas, ya no le queda nada más; tuvo que experimentar todo eso para darse cuenta que algo tan básico cómo pasar tiempo con las personas que amas, disfrutar de la tranquilidad del hogar y brindar amor, es el verdadero goce de la vida.

La historia que está presenciando no es nueva para ella, después de todo ha estado al tanto de ella desde su inicio: Un jóven delincuente crecido en las calles, con una extraña moral a los ojos de todos, se integra al CNP y se enamora del comisario de la ciudad. Cómo juego del destino los caminos de estos dos quedan entremezclados en una misma cruel historia. Pasan muchas cosas y toman elecciones equivocadas, pero el universo es terco y los junta una y otra, y otra vez...

No importa cuánto daño se hagan, ni las veces en las que el destino confabule con separarlos. El dolor es más grande cuando no están juntos y sus corazones lo saben... sólo que uno yace tan herido que el amor es un mundo por conocer.

Maia lo sabe y lo entiende. En su tiempo, cuando era Ana, vivió un proceso similar. Pero el cariño del que fue el amor de su vida unió los pedazos de su roto corazón lo suficiente como para que durante su tiempo juntos pudiesen vivir felices y formar una familia.

Maia lo sabe, su hermano quiere vivir lo mismo con Volkov. Ser correspondido y vivir su amor todo el tiempo que dure... todo el tiempo que puedan.

Es por eso que han llegado a este punto, el pico del iceberg. Horacio ha puesto las cosas claras, han sido muchos años de espera y ya no pude más. No merece esperar más. Es por eso que, como nunca antes, ha puesto al ruso entre la espada y la pared, un ultimátum que decidirá el futuro de ambos. Horacio le ha entregado su corazón en bandeja de plata sabiendo que dependiendo de su respuesta, este terminará por quebrarse o recomponerse del todo.

"Decide, SI o NO. Sé claro y directo."

Han pasado un par de días desde eso. Aún no hay respuesta. Su hermanito se sigue quedando en su hogar pero su pena ya es imposible de ocultar, vaga como un alma en pena por la casa, pasando la mayoría del tiempo nadando o en el jacuzzi del patio como si el agua pudiese llevarse todo lo malo.

Es triste verlo de esa forma, si. Pero Maia está casi segura de que el resultado será positivo, que el llanto se convertirá en risas y que esta historia sí tendrá un final feliz.

Con cuidado, lleva la bandeja hasta la sala de estar, lugar de donde proviene el escándalo desde hace más de diez minutos. Horacio persigue a su madre cómo lo hacía cuando era tan sólo un niño, sólo que esta vez no están jugando.

— Mamá, dame el móvil. ¡Te prometo que sólo será un momento!

Horacio, desde una esquina fija su vista en su objetivo. Su teléfono hace más de diez minutos que ha vibrado, indicando la recepción de una notificación. Su impaciencia lo insta a verificar con urgencia si esa notificación es un mensaje de la persona que espera. Pero su madre, si bien posee una frágil memoria, es habilidosa y goza de buena salud, por lo que se le escapa con la sagacidad de un felino.

VOLKACIO SONGSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora