Capítulo 2

14 2 0
                                    

Charlotte Steele

—Estoy ocupada—murmuré.

—Vamos, chaparrita—pidió.

—Vete de aquí Louis Tengo que estudiar.

Cerré la puerta en su rostro y me senté en el sofá. Creí que ambos estábamos de acuerdo en que nada era serio, él me dijo y yo accedí, no entiendo porque ahora se pone así. Me molestó que me ocultara su verdadera identidad pero como nada nunca fue serio para mí, en realidad no me importó mucho.

Perdí a mi mamá y a mi hermana en tan poco tiempo y no sé qué está esperando de mí. No voy a preocuparme por una relación fallida cuando ha pasado tanto y no he tenido el tiempo suficiente como para procesarlo. En demasiados ámbitos soy como Blake, pero en estos no, ella es muy compasiva y trata de no herir a nadie sin importar lo que eso le cause a ella.

En cambio yo, a mí no me gusta dejar a nadie antes que a mí, si quiero algo debe ser porque yo lo deseo y no porque alguien me lo pida, si voy a hacer algo será por mí. Aunque cuando se trata de Blake ella siempre va primero, ella me pone primero y yo la pongo primero a ella, es reciproco.

Blake y yo desde pequeñas hemos sido inseparables, y a pesar de eso nunca supe por lo que ella pasaba. Sabía que papá era un inhumano sin sentimientos, sabía que era malo, pero jamás creí que le haría algo a Blake. A ella siempre la trataba como si fuese una pieza de oro y a mí como una de bronce.

Hoy convencí a Aarón de ir conmigo a revisar algo, yo sé que está cansado de que no pare de recordarle que ella aún no se ha ido. Sé que es difícil de escuchar cuando intentas con todas tus ganas tratar de seguir adelante, pero yo no quiero que se rinda.

Jamás había visto un amor como el que ellos se tuvieron en tan poco tiempo, fueron meses de ellos peleando, fueron meses de escucharlos discutir, meses de escuchar a Blake llegar molesta por culpa de él. Pero no soy ciega y me tomó poco ver que ambos sentían algo por el otro, Blake no lo admitía pero la manera en la que sus ojos brillaban ante la mención de su nombre, o las sonrisitas que se formaban en sus labios cuando decía algo verdaderamente bueno de él la delataron.

Louis me contaba que Aarón de vez en cuando hablaba de ella y cuando lo hacía sonreía inconscientemente, recordando algo que había pasado, pero siempre lo cubría con que era parte del plan. De lo último me enteré hace poco, pero el punto aquí es, que no quiero que se dé por vencido tan rápido cuando sé que puede haber algo que se nos haya escapado.

Así que sí, no importa si ahorita le duele, cuando se dé cuenta de que estaba en lo correcto no podría perdonarse no haber creído antes.

—Oh vamos, ya me habías dicho que sí No se puede cancelar dos minutos antes—protesté.

Te recuerdo que también estoy ocupado—respondió, sin ganas.

—¿En qué? ¿Ahogándote en alcohol? —refuté— Sabes que le restas años a tu vida si sigues con eso, ¿verdad?

—Créeme, cuento con ello.

—Por favor, en serio necesito que creas en mí, no puedo hacerlo sola—murmuré, tratando de convencerlo.

Después de unos minutos de silencio, finalmente accedió. Sé que no está trabajando, hace días que no lo hace, y si va a la oficina nunca presta atención. Más tarde pasó por mí, se veía demacrado, llevaba ojeras y una ligera barba comenzaba a hacerse notar. Su aspecto se ve desagradable, ya no es más ese hombre intimidante y musculoso que conocí hace meses, este Aarón no me gusta para nada.

Es por eso que deseo tanto tener razón en esto. Es lo más cercano que tengo a ella por ahora y en estos momentos no me gusta demasiado estar con él, siempre apesta a alcohol o tabaco.

—Me recuerdas por qué vinimos a un hospital, por favor—cuestionó al bajarse del auto.

—Porque tengo una cita para ver unas cosas y quiero que también las veas—sonreí.

—No me gusta estar aquí—murmuró.

Es el mismo hospital donde Donde la vimos por última vez. Supongo que trae malos recuerdos, me siento tan mala persona al traerlo aquí pero no sé qué más hacer. No sirvo para esta clase de cosas, ¿cómo le hacía Blake?

Supongo que tendré esa duda por mucho tiempo.

Entramos al hospital, caminé hacía el lugar de las cámaras, había alguien ahí que me esperaba. O quizá no. Igual, si no funciona, está Aarón quien puede darle una buena paliza; o un intento de ello.

—Hola, ¿se puede?

—¿Qué hacen aquí? Está restringido —avisó un guardia desde adentro.

—Solo vengo a hablar—me excusé—No hay necesidad de armar un escándalo.

—Váyanse antes de que los saque yo mismo—ordenó.

—¿Usted es el que supervisa las cámaras? —asintió, mantenía su mano sobre su arma esperando cualquier movimiento inadecuado para sacarla— Bien No tardaremos mucho.

—¿Qué?

Pasé a la cabina y Aarón pasó detrás de mí, el guardia se nos quedó mirando fijamente pero no hizo nada. Cuando me volví hacía Aarón me di cuenta porque, llevaba un arma en la mano y apuntaba justamente hacía el pobre hombre. No sé si algún día me acostumbraré a esto, por personas como él es que los doctores tenemos heridos a menudo.

Revisé la computadora, justo en el día en el que la trajeron aquí. Revisé la hora y encontré el vídeo que grababa su pasillo, justo en frente de la habitación en la que estaba. Transcurrían horas y horas, se vio como la operaban y como estuvo simplemente recostada por varias horas, hasta que Llegamos nosotros. ¿Qué?

—¿Era eso lo que querías que viera? —musitó—Porque lo veo todas las noches, sin falta una y otra vez.

—No Yo no quería

—Basta, vámonos de aquí.

Así sin más salió de ahí. Mierda, tenía que cagarla. Lo seguí por el pasillo hasta el estacionamiento, iba muy rápido, parecía muy furioso y no lo culpo.

—¡Aarón! —grité—Lo siento, ¿sí? ¡No era mi intención!

—No, nunca lo es—me interrumpió—¡Llevas dos meses hablando sobre esto, sobre que las cosas no encajan, que algo está mal, pero no piensas que algunos estamos tratando de superarlo y tus palabras lastiman!

Me quedé en silencio Es verdad, ¿qué estaba pensando? A nadie le importa como a mí. Todos se rindieron, todos la dejaron atrás tan rápido, pero yo no puedo.

—Es verdad, no pensé en eso—murmuré—Perdóname por hacerte perder el tiempo.

Soltó un suspiro y pasó su mano por su rostro, en frustración.

—No quise decirlo así —me miró, arrepentido—No, no llores, hey.

Me acercó a él, en un abrazo. Es como si fuese un hermano mayor para mí, no lloro por sus palabras, lloro porque son verdad. No pensé en ellos, no pensé en lo mucho que les podía afectar, en lo que a mí me puede afectar. Y es que seguramente solo hago esto para no decaer.

—La extraño mucho—murmuré entre sollozos.

—También yo También yo.

Unos segundos después sentí como soltaba un sollozo, todos la extrañamos y todos lidiamos con ello a nuestra manera. A veces olvido que el también sufre, me acostumbré a verlo con expresión seria.

—Vamos, te llevo a casa.

Dangerous Love #1.1©(Completo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora