Años atrás
Blake acababa de cumplir diecisiete años, vivió un año lleno de miseria y aun así logró acabalar un año más. Su vida jamás sería la misma y ella lo sabía, sabía que las cosas no estaban bien, sabía que no se iba a derrumbar ahí.
Le era demasiado difícil despertar por las mañanas, las miradas de su padre la hacían temblar de terror, no podía decir nada a nadie por temor. Su madre estaba sumamente preocupada por ella, quería que volviese a salir con sus amigas, que volviera a alumbrar el hogar con su sonrisa, que volviera a hablarle como solía hacerlo, que volviera a jugar con su hermana.
Aprovechó la accesibilidad que le estaban brindando para tomarlo a su favor, se dio cuenta que era vulnerable. Jamás pensó que debería saber protegerse antes que nada, jamás pensó que tendría que salir de casa con armas por miedo a que le sucediera algo.
Estaba cansada de tenerle miedo al exterior, así que se inscribió a clases personales de defensa personal. Sabía que habían podido con ella porque estaba indefensa y vulnerable, pero eso no volvería a suceder, ahora estaría lista.
Su profesora estaba impresionada de lo fácil que aprendía, de lo ágil que era, de lo dispuesta y segura que estaba en cada ataque. Al poco tiempo ya sabía demasiado, ya podía defenderse por sí misma, ya era más fuerte.
Al siguiente año se inscribió a Artes Marciales Mixtas, saliendo de la universidad se iba a sus clases. No faltaba a ninguna y logró mantenerlo escondido de su padre, los fines de semana trabajaba para poder pagar lo de las clases. Al siguiente año entró a Box, aprendió a dar golpes y esquivarlos, tenía la agilidad y el conocimiento, era increíble en ello.
Ese mismo año lo dejó, se sentía lista, ahora era el momento para investigar. El tiempo quizá no le ayudó a sanar o a superarlo, pero aprendió a enfocar su dolor en venganza. No era lo mejor pero la mantenía distraída.
Al dejar de ir a sus clases de entrenamiento los ataques de pánico volvieron con más fuerza, no habían parado pero dejaron de ser frecuentes por un tiempo. No podía controlarlos pero al mantenerse alejada lograba esconderlos, le había funcionado bastante bien.
Estaba lista para investigar, para comenzar a averiguar ese pedazo del rompecabezas que no terminaba de encajar. Y eso hizo, un fin de semana volvió a Manchester en busca de información, y sabía que la obtendría porque conocía a alguien de la policía.
Al momento en el que llegó quedó de verse con esa persona, hacía años que no lo veía y por alguna razón se sentía inquieta. Necesitaba obtener información y era capaz de cualquier cosa con tal de conseguirla.
—Hola—le dijo ella.
—¿Blake? ¡Si que has crecido! —exclamó el chico, con entusiasmo—¿Qué te trae de vuelta por acá?
—¿Si entraste a la policía? —ignoró su pregunta.
—Sí, entré hace un año, ¿por qué la pregunta?
—¿Podrías hacerme un favor? —necesitaba que fuera rápido.
—¿Qué tipo de favor? —de inmediato el chico supo que no era una reunión de amigos, era algo más serio.
Ella le contó que necesitaba saber sobre un caso de hace años, necesitaba saber si lo habían cancelado o nunca se investigó. Él no estaba seguro de si debía aceptar, él sabía que su familia no era de fiar pero Blake había sido su amiga en el colegio y podía confiar en ella.
Así que lo investigó de inmediato, encontró el caso y, efectivamente, nunca se había dado realización al caso. Se había dejado en pendiente, estaba muy escondido, ni siquiera sabía si podía tenerlo en manos cuando se lo mostró.
Al chico se le hizo interesante y decidió seguir el caso a escondidas, ella no se molestó por aquello. En realidad, le ayudaría demasiado si descubría algo.
Por su parte ella decidió investigar por su cuenta y, con un sistema que robó de una de las computadoras de la policía cuando el chico no la miraba, logró identificar el rostro de dos de las personas que la dejaron en aquella carretera. Tenía el vídeo gracias al muchacho, y ahora tenía dos nombres, los investigó y no encontró ni una sola mancha en su expediente.
Estaban completamente limpios, aunque había algo que llamó su atención. Ambos trabajaban en la empresa de su padre.
Por más extraño que pareciera, no le sorprendió. El actuar de su padre desde ese día le dejó muy en claro que él sabía algo y por eso no quería que ella dijese una sola palabra. Continuó investigando, no aparecía nada fuera de lo normal.
Cada fin de semana recibía una llamada del chico que la ayudaba, dándole las actualizaciones del caso y ella lo anotaba, así fue por al menos seis meses hasta que al fin descubrieron que fue planeado. Su padre era una escoria, mantenía una doble vida, su empresa era la cubierta de su propio trabajo.
Su padre jamás fue un simple comerciante de productos, era comerciante de personas, participaba en la trata de blancas. Usó su propio trabajo para castigar a su hija. Agradeció la ayuda del chico y no lo volvió a contactar, ahora él sabía lo que le había sucedido y no quería si quiera pensar en cómo la trataría después de eso.
Cortó lazos con él, encontró la dirección de los hombres que había abusado de ella cuando era niña, el impulso de ir y vengarse con sus propias manos era tentador pero no iba a cometer ningún error.
Se controló demasiado, en verdad quería ir y mostrarles a aquellos decrépitos que no importa cuantos años pasaron gozando la buena vida después de lo que hicieron, el karma siempre llegaba, pero cuando se trataba de ella el mismo karma le tendría envidia.
Se sintió mal por haber dejado de fuera a la persona que la ayudó, pero le daba vergüenza verlo después de lo que sabe. ¿Y si él pensaba igual que ellos? ¿Y si en verdad es inútil? No tenía tiempo para sentirse así, por eso lo sacó de su vida, de ahí en adelante solo debía enfocarse en su meta.
Su objetivo principal era su padre, tenía que acabar con su imperio, tenía que acabar con su imagen y hacerlo ver como todo su sucio reinado caía frente a sus ojos.
Quería que él mismo viera como se iba desmoronando, como se iba convirtiendo en nada más que una sombra. Quería verlo sufrir, porque matarlo sería un privilegio que no le iba a dar.
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Dangerous Love #1.1©(Completo)
Teen FictionEl amor arrasó con todo, y no dejó nada al final. Las consecuencias de los errores pasados serán precenciados esta vez. Todo parecerá diferente pero por más enterrado que se encuentre todo, nada cambió desde la última vez.