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Taemin sintió envidia cuando vio las instalaciones del Círculo Siete. La barraca había sido hecha con troncos y argamasa, pero la casa había sido construida con tablas de madera, probablemente traídas de Laramie. El techo de tejas no dejaría que una capa de polvo se extendiera sobre todos los objetos de la casa, y las numerosas ventanas eran de vidrio auténtico. La estela de humo que salía de un tiro de metal le revelaba que la cocinera preparaba las comidas en una cocina igual a la que Minho le había regalado.

Un hombre salió al porche en el momento en que Taemin se acercó a la casa.

—Buenos días —dijo—. Usted debe ser Taemin Lee.

Taemin enmudeció de la impresión. Kibum no le había dicho que DongWook Choi estaría en el rancho. No estaba preparado para encontrarse cara a cara con el hombre que era la causa de la mayoría de los problemas de Minho, tampoco para el arranque de rabia que sintió contra DongWook. Seguramente se encontraba allí para vigilar a Minho. Tendría unas cuantas cosas que decirle antes de marcharse.

También le sorprendió que no se acordara de el. Supuso que esto demostraba que, si no tenía ropa bonita y alguien que le arreglara el pelo, no había en el nada extraordinario que mirar. Esto no era precisamente lo que quería oír cuando estaba a punto de ver a Minho por primera vez en dos meses.

—Me sorprende encontrarlo aquí —dijo Taemin—. ¿Ha venido usted con Jinki?

El hombre se rió con desenvoltura.

—Siempre he sabido que me parezco mucho a DongWook, pero aún no logro acostumbrarme a que me confundan con él. Yo soy JongHyun Choi. Mi esposo fue a verlo ayer. Entre. ¿Le gustaría tomar un café? Hace mucho frío esta mañana.

Taemin sintió un gran alivio. La idea de encontrarse con DongWook y su perfecto esposo le producía un miedo espantoso.

—¿Kibum ya está listo? —preguntó Taemin, intentando ocultar su impaciencia—. Le prometí a mi hermano que regresaría antes del anochecer.

—Eso no será un problema, pero lamentablemente Kibum no podrá acompañarle.

—¿Por qué? —Taemin contuvo el pánico que empezaba a apoderarse de el. Después de esperar tanto tiempo, de armarse de valor y hacerse ilusiones, tenía que ir a ver a Minho aquel mismo día. No creía que pudiera soportar una espera más larga.

—Dejaré que el mismo se lo diga.

Taemin encontró a Kibum recostado en una cama de verdad en una habitación de verdad.

—Estoy embarazado de nuevo —le reveló Kibum, mirando a su esposo más que a Taemin—. Traté de ocultárselo a Jong todo el tiempo que pude, pero tuve un ataque de náuseas a la hora del desayuno.

—Y yo le ordené que se acostara.

—Esperaba tener unos días más de libertad, pero mientras este monstruo de egoísmo siga empeñado en hacerme tener hijos, tengo que pasar el tiempo descansando y fingiendo que me gusta.

—Si se lo permitiera, mi esposo seguiría montando a caballo hasta que la Asociación de donceles en favor de la Decencia lo sacara a la fuerza de su silla de montar.

—Por desgracia, él es un bruto chapado a la antigua a quien le gusta tiranizar a las personas, especialmente a su esposo.

Por la manera tan afectuosa como Kibum miraba a su marido, Taemin podía adivinar que el en realidad no tenía ningún reparo en que él lo tiranizara. Taemin pensó que a el tampoco le importaría. Ciertamente era mucho mejor que salir a cabalgar en una mañana fría a buscar vacas que no querían ser encontradas y que, por principio, le pondrían reparos a cualquier cosa que el quisiera que hiciesen.

Taemin (Libro 3 - serie 7 novios)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora