Los murmullos se escuchaban cada vez más cercanos a medida que Natalia y Alba avanzaban hacia la sala.
-¿Firmará? Dime que sí, por favor - dijo apresurado Famous.
-Tranquilo, Famous - dijo la empresaria -. Carlos, te agradezco que hayas venido, pero creo que tu presencia aquí será innecesaria. La señorita Alba y yo, como dos personas de palabra, cumpliremos con todo lo que está en el contrato, pero sin la necesidad de firmar nada.
-Yo estoy de acuerdo con ustedes - apoyó Marta.
-Natalia, ¿podemos hablar un momento?
-No quiero arruinar el momento, pero... Nati, deberíamos ya ir preparándonos para ir a la notaría - dijo Carlos.
-¡Es verdad, la herencia! - gritó Famous exaltado.
-Alba, mi reina, tienes que ponerte uno de estos diseños que traje única y exclusivamente para ti.
No había tiempo ni lugar a protestas, Alba fue tras Javi. Al cabo de quince minutos Alba estaba ya vestida.
-¡Guau! En otro momento Natalia tendría la mandíbula desencajada si te viera - comentó Javi. Alba, sin ser consciente, le dio mucha importancia a ese comentario. No entendió a qué venía hasta que ella misma se vio en el espejo.
-¡Jo! No me lo creo - se llevó una mano a la frente admirándose a sí misma en el espejo. Iba realmente muy guapa. El vestido negro de Dior le quedaba de muerte con esos tacones negros de Vera Wang. Javi le había maquillado de una manera majistral resaltando un rojo intenso en sus labios, el eyeliner bien alineado y el pelo recogido en un mini moño. Estaba realmente guapísima -. ¿Qué has hecho conmigo? - le preguntó al estilista mirándolo a través del espejo.
-Te he convertido en lo que eres.
-¿Y qué soy?
-... La mujer de Natalia Lacunza - dijo con un brillo y una sonrisa que no le cabía en la boca.
-¿Por ser la mujer de Natalia Lacunza me estaré viendo así? - preguntó asombrosa.
-Así es, guapa - contestó el estilista guiñándole un ojo a la rubia.
Toda su vida, Alba había soñado con algún día poder ponerse un vestido como ese. No es que no se haya puesto nunca unos parecidos, sino que, nunca había tenido la oportunidad de ponerse uno auténtico.
«Definitivamente se vive bien, sí», se dijo a sí misma sonriéndose al espejo.
-Ya Natalia está esper...- las palabras de Marta se quedaron suspendidas en el aire al ver a la rubia -. ¡Qué guapa estás, cariño!
-Gracias - dijo tímida.
Alba no era tímida, de hecho, era bastante valiente. Pero la situación le disculpaba. Vida nueva, gente nueva, ropa nueva y súper carra...
-Tenemos que irnos ya, Alba, ¿verdad?
-Sí, sí, sí, Alba.
Bajaba por las escaleras notablemente nerviosa. Javi le había dicho que se veía como «la esposa de Natalia Lacunza», y, tenía que reconocer que eso intimidaba.
Vestidos carros, zapatos carros, vida lujosa... eran solo algunas de las cosas que la esperaban y que, obviamente iba a disfrutar. Lo que sí, no sabía cómo lidiar con la mirada que la estaba recorriendo todo el cuerpo con unos ojos notablemente hambrientos. Aquella mirada le provocaba asco.
-Alba, estás hermosa.
-Te la vas a comer con la mirada, bobo - comentó Carlos, el abogado, riéndose.
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Recuperando La Ilusión
FanfictionTras la muerte de su abuela, en la lectura del testamento había una cláusula que estipulaba que Natalia no podía cobrar la herencia sin estar casada. Eso no supuso ningún problema para la presidenta de Lacunza Music, pues había encontrado al amor de...