Capítulo 16

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A los pocos minutos llegaron las pizzas y las dos se pusieron a cenar en silencio. En cuanto acabaron de cenar regresaron al sofá.

-Háblame de tu infancia.

-Por lo que veo en las primeras fotos del álbum fui una niña muy feliz, siempre estuve rodeada de amor o al menos eso pensé, pero era feliz. Cuando se fueron mis padres me quedé sola con mi abuela. Ella me crió, me cuidó, me dio su amor... Siempre estuvo ahí para mí, como una madre, pero claro, también tenía a su cargo el gran emperio de Lacunza Music, así que compaginaba el estar conmigo y estar en la empresa.

-¿No tenías niñeras?

-Yo no quería una niñera y mi abuela lo aceptó y respetó. Ella fue la única persona que realmente entendió mi dolor, por eso puso esas cláusulas en el testamento. Mi abuela siempre me decía que la felicidad solo podía encontrarla al lado de la mujer que me entendiera y a pesar de las circunstancias estuviera a mi lado. Sofía... Pensé que Sofía era la indicada, por eso no tuve reparo en pedirle que fuera mi esposa. Pero la gente no es como aparenta ser... Por eso... Por eso no sé si tú eres real, Alba. No sé si tus sentimientos son sinceros - dijo mirándola a los ojos.

-Soy más real de lo que crees, Natalia, y te voy a demostrar que mi amor es sincero.

Las dos chicas se quedaron abrazadas durante un tiempo jugando con Fígaro, el felino parecía estar más contento y feliz. El móvil de la morena sonó y lo cogió para leer el mensaje que había recibido.

-¿Quién era? - preguntó la rubia.

-Era Sabela.

-Y... ¿quién es Sabela?

-La chica con la que solía engañar a Sofía - dijo Natalia y Alba levantó su cabeza del pecho de la morena enfadada -. Quiere verme, dice que me extraña.

Natalia obviamente estaba bromeando, pero todo por ver la cara que había puesto la rubia.

-Estoy bromeando, doña celosa - soltó una carcajada que casi sonó en toda la sala -. Sabela es mi asistente.

-Por un momento creí que estabas diciendo eso, de que solías engañar a tu ex con ella, en serio. Me lo has hecho pasar mal, Natalia.

-Perdón - le dijo apartando un mechón de su cara -. Tendremos que posponer la cena de mañana.

-No me digas que trabajas mañana.

-No trabajo mañana, o casi no. Me ha dicho Sabela que hemos sido invitadas a la gala de año nuevo de la Televisión Española.

-¿Qué?

-Si no quieres ir no pasa nada, te llevo con tu hermana o a donde quieras ir y luego te recojo más tarde.

-¿Estás loca? No me voy a perder la oportunidad de dejarles claro a mis queridas compatriotas que ya tú no estás disponible.

-Ah, así que quieres marcar terreno eh.

-Tú lo hiciste primero...

-De acuerdo, iremos a esa gala a dejarles claro a todas las chicas de España que ya yo tengo dueña.

-¡Exacto! - después de una larga sesión de besos, la rubia decidió que era hora de irse a la cama -. Es hora de irse a la cama - un último beso -. Buenas noches, Natalia.

-Buenas noches, Alba.

Alba se bajó del sofá y comenzó a caminar hacia las escaleras y Natalia, otra vez, no le quitaba el ojo de encima.

Esa mujer tenía algo, algo que llamaba su atención y le hacía quererla cerca todo el tiempo.

-¡Alba! - le llamó antes de que se perdiera por el pasillo de las habitaciones.

Recuperando La IlusiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora