-¿Tú qué haces aquí? - preguntó sorprendida.
-Hola, cariño. Me dijo Marina que decidiste quedarte un tiempo con una amiga mientras que yo tomaba una decisión, y ¿sabes qué?, ya la tomé. Nunca más te voy a pedir tiempo porque yo te amo, te amo y quiero que te vengas a vivir conmigo a mi casa - Julia hablaba sin parar y Alba no podía hacer ni el intento de calmarla. Estaba tan emocionada.
Siempre había soñado con que Julia le pidiera que se fueran a vivir juntas, tal y cómo en ese momento se estaba dando.
-No llores, cariño - las lágrimas brotaban de sus ojos sin parar, pero ya no eran de emoción. Alba era consciente de que esa relación ya no tenía futuro, al menos no por ahora, por los motivos que ella misma ya conocía y que a Marina no se le ocurrió decirle a Julia, pero claro, sí puede darle la dirección en la que vivía ahora, pensó irónica.
-Cariño, es que te he echado tanto de menos...
-Te juro que no volveré a ponerme tan paranoica. Es que... pensé que ese chico estaba coqueteando contigo y yo... pues no pude evitarlo.
Dos findes atrás, Alba y Julia, junto a sus otros amigos, salieron a divertirse a una discoteca y también estaban de aniversario, cumplían tres años de relación.
Alba se había acercado a la barra para pedir una bebida, Julia se fue un momento al baño y cuando regresó, encontró a Alba hablando con un chico, al cual con un puñetazo tumbó al suelo. Y que, de no ser por Joan, habría acribillado a golpes.
A la mañana siguiente tuvieron una discusión muy fuerte que hizo que Julia decidiera tomarse un tiempo.
-¿Qué me dices, cielo? ¿Te vienes a vivir conmigo?
-Yo...- Alba quería decirle la verdad a Julia, pero no se atrevía. Temía perderla para siempre. Por lo que, se disculpó por adelantado dándole un beso a Julia.
-Extrañaba tus besos.
-Y yo, cariño.
-¿Con quién estás hablando? - escucharon detrás de Alba. Era la voz de Natalia.
«De modo que estaba en casa», pensó Alba girando hacia ella. Estaba recién despertada, tenía el pelo revuelto y llevaba puesto aún el pijama: camiseta grande y un short. Tenía un aspecto realmente sexy.
-¿Ella es tu amiga, mi amor? - preguntó Julia entrando por completo a la casa sin que le hubieran dado el permiso -. Hola, yo soy Julia, la novia de Alba - se presentó y la mirada fría de Natalia se posó sobre Alba que, inmediatamente se tapó la cara con las manos -. Muchas gracias por cuidarmela, no sabes cuánto me alegra que Alba no haya pasado sola por este mal momento que le causé - Julia se volteó para mirar a Alba y luego se acercó a ella rodeándole la cintura con las dos manos -. Agradecemos toda tu hospitalidad, pero Alba no seguirá aquí. Nos vamos a vivir juntas - dijo una muy ilusionada Julia.
La mirada de la empresaria no se apartaba de la rubia. ¿Iba a romper el trato que hicieron o es que se le había olvidado? Alba debía tenerlo presente y ella se lo iba a recordar.
-Julia, qué bonita historia la que me acabas de contar, pero permíteme una cosa...- se acercó a las otras dos mujeres y cogió la mano de Alba atrayéndole hasta sí y luego la besó...
El beso al principio fuer forzoso, Alba no quería y Natalia le estaba obligando abusando de manera considerable de ser más fuerte que Alba, pero a mediación que pasaba el tiempo y seguía el beso, la rubia fue cediendo poco a poco.
Jamás habría pensado que besaría a Natalia Lacunza, pero tenía que reconocer que besaba de muerte. Por inercia llevó sus manos alrededor del cuello de Natalia.
Natalia por su parte, tenía que marcar terreno. Lo sentía mucho por Alba, pero no iba a permitir que le viera la cara y que se olvidara del trato que hicieron para irse con su novia. Por otro lado, tenía que reconocer que la rubia era una experta besando, no quería soltarla.
Ambas se olvidaron totalmente de Julia que, con lágrimas en los ojos, seguía ahí parada hasta que decidió que ya había visto suficiente y se fue cerrando de un portazo. Alba y Natalia parecían no haberse enterado, seguían fundidas en el beso que, a medida que avanzaba, se iba convirtiendo en un beso más caliente. Las manos de Natalia apretando el culo de Alba así lo confirmaron.
-¡Ah! - el gemido de Alba le hizo volver a la realidad -. Julia - cuando se dio la vuelta ella ya no estaba -. ¡Suéltame! - dijo sacudiéndose del agarre de Natalia -. Tengo que ir a por ella.
-¡Un momento! - dijo Natalia agarrando con fuerza el brazo de Alba -. No te voy a permitir que incumplas nuestro trato - dijo seria.
-¿Nuestro trato? En nuestro trato no entraba el hecho de que me besarías, que yo sepa.
-Ya, pero no quisiste firmar el contrato.
-¿Qué tiene que ver el contrato con que me hayas besado?
-El contrato decía que entre las dos no podría haber ningún tipo de acercamiento físico y que no tendrías que cumplir con ningunas obligaciones conyugales.
-¡Y no tengo por qué hacerlo!
-En realidad, ahora sí - dijo Natalia riéndose - digo, eres mi esposa, no quisiste firmar el contrato, por lo que... tienes ciertas obligaciones conmigo - no se cortó en mirar descaradamente los labios de la rubia mordiéndose los suyos propios.
A Alba le atraía mucho el hecho de que Natalia le mirase de esa manera. Le parecía muy sexy, pero no iba a permitir que la morena hiciera lo que quisiera con su vida.
-He perdido al amor de mi vida por tu culpa.
-Alba, si vas a hablar de amor que sea fuera de aquí, por favor. No has perdido a nadie por mi culpa, no tengo la culpa de que te hayas enganchado a mis labios - dijo chula.
-Ya supera de una vez que te abandonaron, Natalia - Alba estaba dispuesta a escupir fuego, las consecuencias no le importaban -. Te abandonaron, no eres ni la primera ni la última persona a la que le pasa algo así, deja que nosotros, los que sí creemos en el amor, disfrutemos de él.
La palabra abandonar hizo mella en la morena y comenzaron a bajar lágrimas de sus ojos. El que la rubia le hubiere recalcado que le abandonaron supuso un gran golpe para ella. No porque Sofía le había dejado plantada el día de su boda sino por un antecedente que ya había, Alba obviamente no lo sabía, por lo que, en ese sentido la disculpaba.
Fue revivir aquellas imágenes en su mente y venirse abajo.
Corrió escaleras arriba y se encerró en su cuarto. Alba no dio crédito a qué realmente había pasado, pero, fuere lo que fuere, Natalia Lacunza se lo tenía merecido. Se había atrevido a besarla delante de Julia.
-¡Julia! - se había olvidado por completo de la manera en que se fue Julia de ahí. Decidió que iría a buscarla, sus planes de quedar con sus amigos desde luego se vendrían abajo.
Subió las escaleras para ir a cambiarse en su cuarto y, pasando por delante de la puerta de Natalia, escuchó unos sollozos.
¿Realmente había provocado eso? ¿Que Natalia Lacunza llorase?
-Pfff - resopló y se fue a su cuarto.
Durante una hora estuvo sobre su cama debatiéndose la posibilidad de ir a buscar a Julia o quedarse con Natalia.
Natalia había provocado que la relación con Julia empeorase, y eso era imperdonable. No iba a quedarse con una persona que no valoraba los sentimientos de los demás.
Decidió ir a buscar a Julia, ya llamaría a Marta o a Famous para explicarles la situación de Natalia y que ellos, como buenos amigos, le hicieran la compañía que necesitaba en ese momento y que ella no pensaba hacerle.
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I'M BACK
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Recuperando La Ilusión
FanfictionTras la muerte de su abuela, en la lectura del testamento había una cláusula que estipulaba que Natalia no podía cobrar la herencia sin estar casada. Eso no supuso ningún problema para la presidenta de Lacunza Music, pues había encontrado al amor de...