La puerta de la pequeña habitación en la que se encontraba Alba se abrió y apareció Natalia. La rubia, que se había apoyado en la pared agachada, se levantó secándose las lágrimas al verla.
-No tengo nada con Sofía - dijo susurrando Natalia.
-La encontré con tu ropa puesta, Natalia.
-Te juro que eso tiene una explicación.
-Ya no, Natalia. No quiero ninguna explicación, estoy cansada de llorar por ti, no me lo pongas más dif...- la runia tomó el rumbo hacia la puerta, pero antes de que pudiera dar el tercer paso Natalia le agarró del brazo y en un movimiento rápido, atrayéndole a ella, la pegó contra su cuerpo.
-¿Qué tengo que hacer? Dime, Alba, ¿qué tengo que hacer para que me creas? ¿Qué tengo que hacer para que veas lo enferma de amor que me tienes? Dime, ¿qué quieres que haga para que dejes de derramar esas lágrimas? - Alba, que estaba sollozando, se detuvo y levantó la mirada hasta los ojos de Natalia -. Me he pasado un mes entero pensando en cómo decirte que estoy enferma de amor por ti, que te amo como nunca a nadie - Natalia juntó su frente con la de la rubia haciendo que sus narices llegaran a rozarse -. Alba yo te...
-Dilo - dijo la rubia cogiendo la cara de Natalia entre sus manos sin apartar la mirada de la suya.
-Te amo, te amo, Alba.
Como si esas palabras hubieran sido vitales para que la rubia recuperase la respiración, sintió que volvía a la vida. Tan sólo necesitaba oírlo, escuchar de los labios de Natalia un «te amo, Alba», y no como aquella primera vez que mencionó el nombre de la otra.
-Te am...- Alba no la dejó acabar la frase pues, juntó sus labios fundiéndose en un beso que ambas tanto habían deseado desde hacía un mes y una semana aproximadamente.
El beso era lento y suave. Las dos bocas encajaban a la perfección mientras que sus lenguas acariciaban cada rincón y se encontraban entre ellas mismas reconociéndose.
Poco a poco el beso fue tornando a uno más apasionado, con ganas de más. Los labios de la morena desviándose de la boca de Alba y dirigiéndose a su mejilla hasta quedar en su cuello fueron la prueba de ello.
Cuánto lo había deseado la rubia. Para ella era un auténtico sueño, osea, no eran solo esos momentos de pasión que tenía antes con la morena, ahora había algo más y era AMOR.
Natalia levantó del suelo a Alba haciendo que sus piernas rodeasen su cintura mientras que la rubia no apartaba sus manos del pelo azabache de la morena.
Los besos de Natalia cesaron para poder doblar las piernas y apoyar con cuidado a la rubia en el piso, quedándose sobre ella.
Alba gemía de placer al tiempo que Natalia iba desprendiéndose de las ropas de ambas y se encargaba de darle todo ese placer que había estado reprimiendo durante un largo mes.
Los gemidos de ambas eran tan sonoros que, de no estar insonorizada la sala en la que estaban, el productor de Alba que en ese momento entró en la sala de mezclas les habría escuchado. Gracias a Dios no fue así y al no encontrar a Alba y Natalia se fue de nuevo pensando en que ya las dos mujeres se habían ido.
-Estás loca - dijo Alba intentando recuperar el aire después de haber alcanzado tres orgasmos.
-¿Por qué? - preguntó Natalia.
-Mira que hacer el amor aquí en la empresa es de locos - sonrió recibiendo un tierno beso, por parte de la morena, en la frente.
-Tuve miedo - confesó Natalia y Alba se la quedó mirando.
-¿Miedo de? - preguntó.
-Miedo de que me hayas olvidado y ya no quieras saber nada de mí. Cuando te vi besándote con Julia yo...
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Recuperando La Ilusión
FanfictionTras la muerte de su abuela, en la lectura del testamento había una cláusula que estipulaba que Natalia no podía cobrar la herencia sin estar casada. Eso no supuso ningún problema para la presidenta de Lacunza Music, pues había encontrado al amor de...