Capítulo 17

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Fueron varias las veces que se miró al espejo sin poder creerse que aquella mujer a la que estaba viendo fuera ella. El vestido palabra de honor negro, con una abertura en la izquierda dejando a la vista su esbelta pierna, era el look perfecto para la ocasión.

El escote disimuladamente pronunciado resaltaba el collar de perlas que lucía la rubia en su cuello. «Cortesía de la casa», le había dicho Javi.

-Eres muy bella, mi reina. No sé cómo no puede verlo la tarada de Natalia - comentó el estilista poniéndole los zapatos a Alba. La rubia por su parte sonrió, si Javi supiera...

-¿Crees que a Natalia le guste? - preguntó Alba en cuanto se levantó y volvió a ponerse frente al espejo.

-No sólo eso, querida - se acercó a ella por detrás y se apoyó sobre sus hombros mirándole a través del espejo -. Si la tarántula siguiera teniendo un corazón se enamoraría de ti esta noche - ambos se sonrieron en el espejo.

Natalia como siempre estaba esperando abajo, ya el asistente de Javi había terminado con ella. Llevaba un elegante traje blanco con una camisa negra, bebiendo una copa de cualquier licor mientras esperaba a la rubia.

¿Cómo le quedaría aquel vestido que le mostró Javi por WhatsApp?, se preguntó.

En una conversación previa con el estilista, le había mostrado los outfits que se pondrían. Consideraba que la rubia en ese vestido se debería de ver divina, y el momento de descubrirlo parecía cada vez más lejano ya que la rubia no bajaba.

-¡Alba! - le llamó -. ¡Alba! - volvió a llamar.

-¿Qué son esos gritos, Natalia? - preguntó una radiante Alba desde arriba de las escaleras. La cara de Natalia no podía parecer más un cuadro.

Con sus ojos recorría cada rincón del cuerpo de la rubia mordiéndose el labio inferior.

Se preguntaba si era capaz de llegar a las instalaciones de la Televisión Española sin arrancarle aquel vestido a la rubia. La noche iba a ser muy larga.

-Definitivamente sí - susurró para sí misma.

-Uuyy, a alguien se le está cayendo la baba - dijo muy alegre, Javi, bajando las escaleras.

Alba por su parte, se quedó petrificada, Natalia se veía tan elegante con ese traje, tan guapa...

-Es mía - dijo para sí misma antes de bajar las escaleras. En cuanto llegó al pie de éstas, Natalia le ofreció la mano ayudándole a bajar del último escalón.

-Estás hermosa, Alba.

-Tú también estás muy guapa, Natalia.

A pesar de las miradas y los halagos, no hubo beso y emprendieron el camino hacia las instalaciones.

Una hora más tarde el chófer detuvo el coche delante de las instalaciones de Televisión Española, desde el coche se podía ver el montón de gente que estaba alrededor de la alfombra roja que había en el suelo para el paso de los invitados. Alba estaba muy nerviosa, pero la mano de Natalia sobre la suya le tranquilizó.

Cuando el chófer abrió la puerta, Natalia se disponía a salir y Alba la detuvo agarrando su mano.

-En nada voy a empezar un año nuevo a tu lado, no me defraudes - dijo la rubia y la respuesta de la morena fue un beso en la frente de Alba.

Natalia se bajó del coche y le dio la mano a Alba para ayudarle a bajar.

La gente coreaba el nombre de Natalia al tiempo que ella y Alba se paseaban por la alfombra roja.

Muchos pedían autógrafos y fotos y otros simplemente gritaban de la emoción, parecía una alfombra roja de Holliwood, pensó Alba.

Claro está que no todo el mundo tiene siempre buenas intenciones en sitios como esos, hay quienes van para fastidiar o buscar exclusivas. Ese fue el caso de un periodista que le preguntó a Natalia por Sofía.

-Natalia, ¿dónde está Sofía? ¿Es verdad eso de que te dejó plantada para irse con otro? - Natalia se veía enfadada y afectada, tanto que a punto estuvo de enfrentar al periodista.

-Vamos, mi amor, no le hagas caso...- la mano fortalecedora de Alba le dio el valor de llevarlo con normalidad.

-¿Quieres pararte en el photocall o pasamos de largo? - le preguntó mientras caminaban a la rubia.

-Claro que quiero, Natalia, nunca he estado en un lugar así - dicho eso ambas fueron a posar en el photocall.

La noche transcurría tranquila, Natalia había dejado sola a Alba por un momento ya que tenía que dar una entrevista y hablar con la presentadora. En cuanto acabó se puso a buscar a la rubia que ya le había perdido de vista.

Alba estaba hablando con otros invitados, socializando con gente de la alta sociedad. Estaba tan sumergida en la conversación que se le pasó el tiempo.

-Alba, mi amor, ven - oyó detrás de ella. Reconocía perfectamente la voz, la sonrisa en su cara era más grande que España. En su mirada había ilusión, victoria, emoción.

-Gracias - dijo para sí mirando el cielo antes de darse la vuelta.

-Ey, ¿estás llorando? - preguntó la morena al ver unas lágrimas en su cara.

-Sí, Natalia, estoy llorando de emoción...

-¿Por qué?

-Me has dicho mi amor. No sabes lo que significa para mí.

-Pues explícamelo - dijo cruzándose de brazos con una sonrisa.

-No hay tiempo para explicaciones, Natalia - dijo la rubia en cuanto vio los fuegos artificiales a punto de iluminar las calles de Pozuelo de Alarcón -. Te amo, Natalia - con esas últimas palabras de Alba y un posterior beso, dieron la bienvenida al año nuevo.

Madrid brillaba bajo las luces desprendidas por los fuegos artificiales y los adornos navideños luminosos que colgaban de las calles.

Alba y Natalia estaban regresando a la casa a eso de las tres de la madrugada cogidas de la mano por la calle. Le habían pedido al chófer que les dejara a unas cuantas calles para llegar caminando a casa. Ambas estaban un poco pasadas de copa, pero ninguna de más.

-Hola, casa, ¡Feliz año nuevo! - dijo Natalia en cuanto entraron y ambas se pusieron a reír.

-Estás tonta tú eh - dijo Alba tirando sus tacones en algún lugar del apartamento y sentándose en el sofá.

-Sí, me tienes tonta.

Natalia se sentó al lado suyo y la hizo sentarse a horcajadas sobre su regazo.

-¿Ahora me vas a explicar porqué has llorado de emoción cuando te he dicho mi amor?

-No lo sé, es que... pensé que no lograría enamorarte tan pronto.

-Ah...- la morena aguantó su barbilla entre sus dedos - ¿y... me has enamorado ya? - preguntó.

-Yo sé que sí - contestó la rubia dándole un beso - no me habrías llamado de esa manera - volvió a besar a la morena.

-Te llamé así porque es lo que querías, ¿recuerdas? - dijo sobre sus labios y Alba se enderezó.

-¿De qué hablas?

-Aquella vez en mi oficina dijiste que nos tratáramos con apelativos cariñosos en público.

-Sé que no es por eso, Natalia - tomó su cara entre sus manos para que ambas se miraran a los ojos -. Sé que estás empezando a quererme, lo veo en tus ojos...

-Feliz año nuevo, rubia.

-Feliz año nuevo, Nat...- la rubia no pudo acabar porque Natalia capturó sus labios con los suyos.

Natalia no había confirmado su enamoramiento, pero tampoco lo había desmentido. Las cosas marchaban bien de acuerdo al punto de vista de la rubia que, más que por la cabeza, estaba guiada por su corazón.

Recuperando La IlusiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora