Salón C-103

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Genial, voy malditamente tarde al instituto.

Apresuro el paso reprendiéndome mentalmente por haberme despertado tarde de nuevo. Es una costumbre que no me puedo quitar ya que soy de sueño pesado, pero juro que lo he intentado porque odio ser impuntual, aunque parece que ya esta en mi sangre ser así.

Al estar corriendo y distraída cruzo la calle sin mirar a los lados, las bocinas suenan y el miedo se apodera de mí. Cuando volteo veo a un carro venir a toda velocidad hacia a mí. Cierro los ojos fuertemente preparándome para sentir el impacto, pero no llega, en vez de eso siento como alguien sostiene mi cintura y luego soy alzada en el aire.

Abro los ojos viéndolo a él, quien me vuelve a dejar en el piso dedicándome una mirada que denota molestia. No le puedo ni agradecer ya que, así como apareció se fue, esfumándose como humo.

Me quedo parada mirando por donde desapareció.

Savior

El justiciero de la ciudad.

Los sonidos de la calle me despiertan de mi transe devolviéndome a la realidad por lo que vuelvo a apresurar el paso. Cuando llego a la puerta del instituto, Jaime, el portero me sonríe dulcemente como siempre antes de reír y negar con la cabeza.

─Señorita Ailén─ saluda─ tengo entendido que usted no tiene clases hoy hasta las nueve de la mañana─ abro los ojos de manera exagerada antes de maldecir en voz baja.

─No me digas que es...

─Martes, señorita ─ termina por mi.

─Creí que era miércoles.

─Eso explica porque llego a las siete ─ intenta reprimir una sonrisa ─ otra vez...

─Ni me digas ─formo un puchero con mis labios.

─Pase ─ abre la puerta para mi─ puede esperar en su salón como siempre.

─Gracias─ digo al pasar por su lado para dirigirme a las escaleras que me llevaran al tercer piso. No sé qué haría sin este señor de sesenta años que se apiada de lo distraída que soy.

El instituto Clever es de un alto nivel académico en donde las clases son avanzadas específicamente sobre tecnología, negocios, economía, análisis de datos, información, idiomas, entre otras. Esas clases son por las mañanas ya que luego de comer en la inmensa cafetería del campus tenemos clase de etiqueta social, repostería, baile, arte, canto, escritura entre otras. En conclusión, es un instituto prestigioso y costoso. Yo estoy en el gracias a una beca.

Termino de subir las escaleras arrepintiéndome de no haber tomado el elevador, pero ya ni que se le va a hacer, si ya estoy en el tercer piso. Localizo con la mirada la puerta de mi salón C­-103.

La abro lentamente intentando no hacer ruido ya que no quiero que regañen a Jaime por dejarme esperar en el salón cuando debería de hacerlo en la biblioteca o en una de las salas comunes.

La oscuridad predomina el lugar ya que aún es muy temprano por lo que el cielo sigue oscuro, a tientas busco el interruptor de la luz, cuando doy con el lo presiono sonriendo y...lo que veo me hace soltar un grito del susto.

Mi cuerpo tiembla mientras que mis ojos no se pueden despejar de eso, todos mis músculos se encuentran tensionados y un sudor frio me recorre la espina dorsal.

─Ay por Dios ─ avanzo hacia el cuerpo que sangra en el piso para ver si puedo ayudarlo, pero al darle la vuelta me topo con su mirada vacía ─ ¡ayuda!¡venga alguien por favor! ─ las lagrimas ruedan por mis mejillas al ver a mi compañero de clase sin vida.

Tear of my bloodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora