Descubierta

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No pude dormir nada. Creo que quedé traumada después de lo que viví ayer ya que mi cerebro no podía dejar de recordar aquel cuerpo sin vida.

Dios, hace dos días había visto a Estafan participando en clases energéticamente y de la nada ya no existe mas en este mundo. ¿Así de efímera es la vida? No quiero sobre pensarlo, pero es asombrosa la manera en que el tiempo funciona.

Llego a la Universidad a las siete am y esta vez si que me decido por el elevador. Cuando llego a la puerta del salón 103 en el tercer piso del edificio C tengo una especie de deja vu...justo esto hice ayer y mi vida cambio por completo.

Cuando me adentro en el lugar viendo a mis compañeros sentados como si nada me es imposible no suspirar. Me siento en mi lugar ignorando la sensación compresión en mi pecho que me quiere obligar a voltear a ese espacio en el piso en donde encontré a mi compañero así que cierro los ojos con fuerza tratando de ignorarlo.

La maestra llega saludándonos, pero en el momento que la veo pararse serie en frente de nosotros se lo que se avecina.

─Queridos alumnos─ inicia─ debo darles una noticia lamentable─ retengo el aire─ ayer su compañero Esteban sufrió un asalto en la calle que le costo la vida─ todos se quedan sorprendidos ante aquella confesión mientras que yo lo único que siento es repulsión.

Repulsión ante la manera tan fácil en que la institución se libro de culpas, chismes o escándalos negándole la verdad a las personas, una verdad que nos puede poner alerta porque no se sabe por cual motivo asesinaron a alguien dentro de este lugar.

─Es un hecho desafortunado que...─ continúa hablando, pero no escucho ya que mi mente me domina.

El charco de sangre, su cuerpo tendido boca abajo, sus ojos sin vida. Las imágenes bailan por mi cabeza erizándome la piel, descontrolándome así que termino poniéndome de pie de manera brusca y caminando fuera del salón.

─¡Señorita Ailén!─ exclama la maestra ante lo repentino de mis movimientos─ ¿Qué es este comportamiento tan inapropiado?.

─Yo...no se─ las manos tiemblan.

─Vaya a la dirección─ ordena─ ahora mismo.

Salgo de ahí prácticamente huyendo, avanzando hacia la oficina de la directora. Al llegar la secretaria me hace pasar y el ver a la directora frente a frente me hace sentir asqueada recordando la clase de persona que es.

─¿Crees que puedes alterarte así enfrente de todos?─ me reclama─ los vas a hacer sospechar.

─¡¿Cómo puede usted engañar así a todo el mundo?!─ la interrumpo─ Nos esta poniendo en riesgo ya que no sabe que paso en realidad.

─¿Y tu con quien crees que estas hablando?─ me calla─ A mi no me puedes venir a reclamar nada muchacha estúpida─ escupe sin pudor alguno─ que no se te olvide quien tiene el poder aquí ─la sangre me hierve al escucharla odiando esta sensación de inferioridad.

─Podrá tener poder, dinero o lo que usted quiera─ rebato con el mentón en alto─ pero eso no quita la clase de persona que es y en eso si le gano por mucho.

─ Soy la clase de persona que cubre tu beca y así como te la di te la puedo quitar─ me muerdo la lengua para no responder─ así que conmigo te mides que no tengo paciencia. Te comportas o te quedas sin título universitario, como quieras.

Asiento sintiéndome impotente y humillada. Salgo de ahí para regresar a continuar con las clases hasta que llega la hora del receso. Ubico la mesa de siempre en donde esta Clara con algunas de sus amigas, camino hacia ellas con mi desayuno en manos, pero el que Paula alce la mano llamándome en una mesa junto con Joshua me hace cambiar de dirección hacia ellos

Tear of my bloodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora