Pasados que formaron presentes

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Hace 16 años...

Roi Loughty

Observo a la niña hija de la nueva sirvienta mirar deseosa una manzana, llegó hace unos días, pero no tengo mucho tiempo libre por lo que no había podido acerarme a ella. La miro emocionado pues nunca e convivido con otros niños.

─ ¿La quieres? ─ pregunto y se asusta con mi voz ─ oh, ¡perdón! No quería asustarte.

─No me asustaste─ rebate levantando la barbilla.

─Toma─ le extiendo la manzana que acepta recelosa.

─ ¿Cómo te llamas?

─Ailén ¿y tú?

─Yo me llamo Roi─ sonrío─ ¿Cuántos años tienes?─ pregunto ahora.

─ Cinco─ forma el número con su manita.

─Yo nueve ─ respondo levantando la mano para tocar su cabello─ Es rojo como mi color favorito. Como el color de cars.

─ ¿Qué es cars?─ frunce su nariz.

─ ¡Como no vas a saber! Es una película.

─Pues yo nunca he visto una de esas ─ abro los ojos, impresionado.

─ ¿Como nunca has visto una película?

─No lo sé, ¿es cars tu película favorita?

─No, esa es Toy Story.

─ ¿La podría ver yo? ─estoy a punto de responder, pero antes de poder hacerlo lo escucho.

─¡Roi!─ la voz de mi padre me hace estremecerme del miedo ─ que haces perdiendo el tiempo con esta cuando deberías de estar en tus clases de francés─ me toma del brazo jalandome violentamente ─ solo me haces desperdiciar dinero niño inútil.

─Suéltalo─ la niña se acerca tomándome del otro brazo para ayudarme dejándome desconcertado por su valentía.

─ ¡No te metas mocosa! ─ me suelta acercándose a ella, pero soy más rápido poniéndome frente a ella como escudo. La veo tan pequeña, linda e inocente como para que se enfrente a él.

─Vete ─ le pido a la niña.

─Te hará daño─ murmura asustada, pero negándose a dejarme.

─No te preocupes yo puedo aguantar─ la aliento a irse para que no la toque ─ soy muy fuerte.

─Quítate─ me empuja mi padre tomándola del brazo, pero me levanto mareado y le muerdo el brazo obligándolo a soltarla.

─Escóndete─ le suplico y aunque se que no quiere dejarme sale despavorida corriendo.

─ ¡Hijo de puta! ─ me abofetea mandándome al piso, pero no se conforma y se agacha a tomarme del cuello─ desde pequeño ya defendiendo zorras─ sonríe malicioso─ ven que te enseño para lo único que sirven─ me arrastra por la casa hasta los cuartos de los empleados hasta que nos metemos a uno─ Luna─ llama a la mujer que estaba doblando ropa y se acerca inmediatamente, él la toma del mentón para después besarla con brusquedad─ Le vamos a enseñar a mi hijo para lo que sirven las mujeres─ comienza a desvestirla y ella a él siguiendo sus indicaciones, cierro los ojos sintiendo que es algo que no debo ver pero cuando estrella un puñetazo en mi mejilla los vuelvo a abrir

─ No quiero ver─ sollozo saboreando el sabor metálico en mi boca.

─Cierras los ojos y te dejo encerrado hasta que me dé la gana en el closet ─asustado los observo arrugando las cejas al verlos totalmente desnudos.

Tear of my bloodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora