Vulnerabilidad

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―Bien― la respuesta de Savior me descoloca― Pero déjala ir a ella. ―Nicolás vuelve a reír.

―Oh, no― se jacta de sus propios pensamientos― primero jugaremos un poco ― palmea la mejilla de Savior―Quiero que sufras tanto como yo, y por eso morirás sabiendo que ella sabe todo lo que le ocultas. Morirás sabiendo que ella te odia.

―No― susurra Savior logrando que el loco frente al el se regocije de felicidad.

―Si― Aplaude Nicolás con entusiasmo― Así que adivina adivinador, ¿Quién asesinó a Esteban? Oh no ya se, adivina adivinador ¿Quién es Savior bajo esa máscara, oh, espera tengo una mejor...― su voz se torna turbia― ¿Quién asesinó a tu madre?

Cierro los ojos con fuerza indispuesta a escuchar, no quiero saber, no me quiero enterar así. Alguien me toma por el mentón con brusquedad haciéndome abrir los ojos, un alivio me atraviesa ya que el guardia me quita la filosa hoja del cuello para que Nicolás se pose detrás de mí, pero no me dura ni cinco segundos esa sensación de alivio ya que él se encuentra de espaldas a mí, sosteniendo mi quijada con fuerza y con su boca en mi oído.

―Savior, Roi, su padre ― susurra antes de soltarme para pararse en medio de mi y de Savior quien niega con la cabeza alterado.

― ¡Cállate!― exige, pero Nicolás ni se inmuta. La actitud a la defensiva desata las lágrimas en mis ojos cuando me percato de que todo es verdad.

―Deja te lo resumo― ofrece Nicolas con falsa amabilidad― Lo conociste de niña, pero al parecer no lo recuerdas, tal vez si descubro su rostro― quita de un tirón el trozo de tela que cubre la mitad de la cara de Savior― ¿no? ¿ni así lo recuerdas? ― se tapa la boca con una mano― golpe bajo, que triste porque tu si la recuerdas ¿verdad? ― Savior mira hacia el piso con la respiración agitada― Bueno volviendo al tema el padre del hombre que te follas mató a tu madre― revela― Y Roi― apunta señalando a Savior―Roi mato a tu compañero de clase para reencontrarse contigo.

―No fue así― asegura Roi con los hombros caídos, sintiéndose derrotado y aunque ahora mismo siento que lo odio por tantas mentiras se que hay algo que falta por contar.

Mi estómago se revuelve ante tantas confesiones, muchos escenarios se forman en mi cabeza ¿Por qué Savior mató a Esteban? ¿De verdad lo hizo para acercarse a mí? ¿me metió en este desastre por puro egoísmo? Luego recuerdo la otra cosa que me oculto he inevitablemente un dolor inmenso se asienta en mi pecho, su padre mató a mi madre, no fue un accidente en las escaleras como creí toda la vida.

― ¡No llores! ― lo escucho mas no lo volteo a ver―Te lo explicare todo, cariño, te juro que no te engañe... no como tu crees, por favor, mírame― susurra esto último con tanta debilidad que me debilita.

― ¡Pero si no hay nada que explicar! ―interrumpe Nicolás recordándome su maldita existencia― ¡Deja de mentirle en la cara!

Lo miro disfrutando tanto de todo esto como si fuera el mayor entretenimiento que ve en años. Me doy cuenta de la satisfacción en su mirada al escuchar a Savior...Roi suplicarme derrotado y una ira irracional me invade. No le daré lo que quiere a este desgraciado.

―Te creo― afirmo mirando directamente a los ojos de Savior, le regalo una pequeña sonrisa que desaparece de mi rostro cuando me abofetea. La mejilla me escuece.

―¡Zorra estúpida!― escupe Nicolás a centímetros de mi rostro.

―¡Hijo de puta!― Savior le pega con los puños a cada uno de los hombre a lado de él en sus rodillas antes de ponerse de pie. Se acerca en dos grandes zancadas hacia el demente que me golpeó soltándole un puñetazo e iniciando una contienda, pero entonces la navaja se vuelve a posar en mi presionando ligeramente haciendo que una fina línea de sangre aparezca en mi cuello y aunque trato de no hacerlo un jadeo escapa de mi garganta distrayendo a Savior.

Los guardias a los que había derribado por unos minutos lo toman de los hombros volviéndolo a dominar y la culpa me invade, ya que si estuviera solo podría salir de esto, pero no lo hará, me utilizan para vencerlo.

―No debiste hacer eso― gruñe Nicolás girándose hacia mi amenazadoramente.

─ ¡No! Ella no tiene la culpa de nada─ súplica Savior─ escucha, está bien si me quieres culpar a mí, pero a ella déjala en paz, solo le harás lo mismo que a mi madre─ el hombre exhala, puedo ver claramente como un músculo de su cuello se tensiona ante la mención de la mujer que amo ─ por favor...

─Entonces tendrás que aguantar ─ sonríe malicioso─ porque si tú te derrumbas continuare con ella─ Savior asiente frenético una y otra vez.

─Está bien.

─No, no está bien─ sollozo logrando que su mirada conecte con la mía. Me mira decidido y con una pequeña sonrisa tratando de calmarme, pero no funciona.

Los tres hombres se acercan a él golpeándolo de forma brutal haciendo que me retuerza en la silla presa del susto, pido que lo dejen, lo suplico, pero no me escuchan.

─Cierra los ojos, Jessie─ pide sin aire mientras uno de ellos escupe su rostro─ ciérralos─ repite avergonzado y cuando lo empiezan a patear por turnos le hago caso porque no resisto más.

Las burlas de los hombres me molestan, pero los jadeos que él no puede contener me atormentan de una manera horrible.

─Creo que el chico ya no puede más─ se mofa Nicolás─ vayan a por ella.

─No─ articula adolorido y yo abro los ojos viendo cómo se pone de pie tembloroso y escupiendo sangre.

─Roi─ susurro su real nombre por primera vez como adulta en medio del llanto al verlo tan mal.

Le atizan un puñetazo que lo manda al piso y es entonces cuando los recuerdos llegaron a mi mente. Recuerdo a un niño pequeño defendiéndome de un su propio padre, recuerdo como aparecía con moretones y me pedía que los besara porque según él yo era mágica y lo curaba.

No sé cuántas horas pasan, solo sé que se sienten eternas y como si estuviéramos en el mismo infierno.

Lo muelen a golpes, lo humillan con palabras y quieren doblegar su valentía apuñalando una de sus piernas, pero incluso sangrando se pone de pie para evitar que me toquen.

Cuando deciden que fue suficiente, salen dejándonos solos. Él tirado en el piso comienza a arrastrarse hacia mí para tomar mi rostro y evaluar la herida de mi cuello, luego hace lo mismo con las de mis antebrazos. Sollozo viéndolo preocupado por mi cuando claramente él está mil veces peor que yo.

─Ven aquí─ pide una vez me suelta, mas no hago caso por miedo a herirlo─ está bien, te necesito.

Con mucho cuidado me hinco frente a él y lo abrazo sin fuerza llenándome de su aroma combinado con la sangre.

─Estoy bien, cariño─ miente.

─No hace falta que me mientas, ya no soy una niña ─ murmuré acariciando su rostro destrozado, recordando que me decía lo mismo cuando éramos niños.

─Siempre serás mi niña─ recuesta su cabeza en mi pecho respirando con dificultad─ mi niña que me da esperanzas, quien me llena de vida y me hace querer cuidarla incluso de mí.

─Y entonces tu siempre serás mi chico, el que me hace querer protegerlo, el que me vuelve loca y al que quiero cuidar. A quien quiero amar...

─Suena a que tenemos un trato ─ dicho esto se desmaya en mis brazos al no resistir más el dolor.

Tear of my bloodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora