Tear of my blood

Una buena noche

Me repase en el espejo por ultima vez. Un vestido blanco corto hasta las rodillas, flojo y con escote en forma de v cubre mi cuerpo. El cabello pelirrojo ondulado me caí como cortina por la espalda, por último, mi maquillaje consiste en un delineado, rímel y labial rosa, nunca he usado labial rojo ya que siento que luciría como una chica mala, una bobería.

Los nervios me carcomen y me replanteo lo que estoy a punto de hacer. Savior y yo acabamos de comenzar una rara relación que me brinda emociones gratas por lo que la idea de hacerlo enojar me desanima.

El celular vibra anunciando un mensaje del grupo al cual le han cambiado el nombre.

LMI descubriendo quien nos está pisando el culo y amenazando a nuestra pelirroja.

Joshua: ¿LMI?

Pau: Los más inteligentes, bobo.

Joshua: De verdad que me pregunto cómo termine juntándome con ustedes.

Pau: si vivimos será una buena historia para contar.

Joshua: ¿todo bien Ailén?

Yo: si, estoy lista.

Joshua: lo preguntare una última vez, ¿estas segura?

Yo: hagámoslo.

Pau: bien, entonces empecemos.

Tomo mi bolso, toco los aretes en donde se encuentra el chip y micrófono oculto que monitorea Josh, amarro la cuerda al pie de la cama que esta pegada a la cama y lanzo el resto por la ventana, tiro de ella para asegurarme de que aguantara mi peso y luego de suspirar saco mi cuerpo por aquel recuadro aferrando mis manos en la cuerda.

Bajo la más rápido que puedo, ignorando el ardor que causa la fricción entre el material y mi piel. Mierda, debí usar guantes. Cuanto toco el piso me agacho comenzando a rodear la enorme mansión.

Me ubico detrás de una pared, saco un poco la cabeza y observo al chofer que esta en la entrada como un guardaespaldas frente a la puerta. Me vuelvo a esconder sacando el móvil y marcando su número.

─Bueno─ responde de inmediato.

─Hola, oye necesito ayuda acá arriba, ¿podrías subir? ─ guarda silencio unos segundos.

─ ¿Es urgente, señorita Percy?

─Si ─ miento y el suspira.

─Ya voy.

Con vía libre en la entrada corro por el jardín hasta llegar al inmenso portón que ya esta abierto gracias a Paula. Subimos a su auto apuradas y partimos rumbo a nuestro destino. El móvil me vibra anunciando una llamada del chofer, pero lo ignoro poniéndolo en silencio.

─Que nos perdone Dios─ bromea mi amiga nerviosa.

El camino lo pasamos hablando sobre el plan, intercambiando mensajes con el rubio e intentando calmarnos. Cuando por fin llegamos el ajetreo para entrar al antro esta en todo su fulgor.

Paula se estaciona, bajamos con nuestros brazos entrelazados y nos brincamos la enorme fila.

─John─ saluda paula coqueta al de la entrada quien al verla sonríe.

─Hace mucho no venias, bonita─ aparta la cinta permitiéndonos pasar y ganado algunos reproches.

─Tengo que mantener mi fachada de niña buena─ acaricia su brazo─ pero hoy no─ susurra seductora.

─Te busco en un rato─ comenta el con voz ronca. Paula vuelve a mi lado y nos adentramos al lugar compartiendo sonrisas cómplices.

Parecemos lo que deberíamos ser y es dos muchachas de veintiún años despreocupadas que salen de fiesta cada fin de semana para conocer chicos, embriagarse y divertirse.