Recuerdo la mirada confusa de Maddie en aquel momento, no se esperaba algo así, supongo. Hubo un silencio de varios segundos, se levantó y cogió una manzana del bol de frutas. Una vez volvió a la silla que estaba frente a mí, le pegó un bocado, tragó y por fin dijo algo.
- ¿Tienes una hermana? – Demasiado misterio para lo que dijo finalmente.
- Ah... Sí. Verónica. es más mayor que yo.
- ¿Cuántos años os lleváis?
- 6 años.
- Y... ¿Qué problema hay con ella?
- Bueno, no tengo contacto.
- Me imagino que pasó algo hace tiempo, y que ya no habláis por eso.
- Sí... Aunque soy yo el que no habla con ella, bueno, ni con mi familia en general.
- Anda... Entonces es algo más general – Le dio otro mordisco a la manzana.
- Todo empezó con mis padres en realidad. Ellos... Bueno, digamos que nos criaron de manera distinta.
- ¿Distinta?
- Sí, es muy sencillo; A ella la adoraban desde pequeña, yo en cambio, fui un despojo al que nunca han tenido ningún aprecio. Verónica siempre ha sido el foco de atención, ha tenido una buena infancia, una buena vida. Colegio privado, clases de violín, fiestas de cumpleaños enormes, regalos de navidad... Su aprecio y aprobación...
- ¿Contigo no fueron así? – Sus cejas bajaron un poco, me miró con pena.
- Para nada. A mí me mandaron a un internado, lleno de niños con muy malos humos, me daban palizas casi cada día, ¿sabes? Nunca se plantearon la escuela pública siquiera. Mis cumpleaños no existían prácticamente, me dejaban una magdalena rancia en la cocina con una vela usada de años anteriores. Para Navidad recuerdo que un año recibí un maldito sacapuntas. Todo a Verónica, absolutamente todo.
- Eso es muy desagradable de oír... ¿Por qué se comportaban así?
- Quizá querían criar de dos formas distintas a sus hijos. Siempre les ha gustado hacer experimentos de esa clase con nosotros. Con dibujos, con juguetes, incluso a la hora de escoger una puñetera película para ver en casa. Verónica y yo siempre competíamos, por ver quién era el mejor hijo para ellos, tener sus elogios y piropos. Obviamente ellos siempre se posicionaron en una dirección, lo que hizo que mi hermana se creciera muchísimo. Todo se le daba bien, siempre tenía una profundidad para hablar y transmitir... Me da asco.
- Con razón no tienes contacto con ellos... Aunque parecía que ella sí quería hablar contigo.
- ¿Para qué? Ya lo hizo unas pocas veces hace años, diciéndome que yo era un egoísta, que no respetaba a nuestros padres, que todo lo hacía para molestarles. Nunca me dijeron "oye, ¿estás bien?" Es fácil ser Verónica, lo tienes todo a tu alcance. ¿Qué necesitas sacarte el carné de conducir? Toma, te pagamos todo y te comparamos un coche. ¿Vas a comprarte una casa? ¡No, no! Te la compramos nosotros, es un regalo para ti. ¿Y para mí? "Samuel, ya eres mayorcito para pagarte tus cosas. Tus estudios tampoco te los vamos a pagar, búscate la vida".
- Y entonces...
- Hubo un día en que no pude más. Les dije de todo, pateé una silla, cogí la maleta y metí todo lo que pude, luego terminé... A-aquí – Dije, mirando a mi alrededor. - ¿Quieres saber qué me dijeron ellos? "No te queremos aquí, no sabes valorar la vida que tienes. Podrías aprender de tu hermana Verónica". Aquello fue el colmo... Crucé la puerta y no volví nunca.

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Maddie
RomanceSamuel siempre creyó que tendría una vida plana, sin muchas emociones, aunque eso cambió tras conocer a Maddie. Apareció un día en aquel pub, charlaron un rato, se cayeron bien. Pero al oírla cantar, su corazón dio un vuelco, se enamoró de ella, ni...