Poco a poco, fui despertando. Me enderecé, oía la voz de Maddie en el exterior. Algo iba mal, algo había ocurrido. Salí de aquella vieja cabaña, siguiendo su voz. Estaba gritando, llamando a Liv. ¿Qué había ocurrido?
- ¡LIIIV! – Continuaba gritando. Finalmente di con ella.
- ¡Eh, eh! ¿Qué pasa? ¿Dónde está Liv?
- N-no la encuentro...
- ¿Cómo que no la encuentras? – Entonces me fijé en que había algo de luz... ¿Cuánto tiempo llevaba dormido?
- Salió un segundo y... No volvió.
- ¿Cuánto tiempo hace de eso?
- N-no lo sé, unas horas. Me he quedado dormida y...
- Joder...
- Samuel...
- ¡Joder, Maddie...! – Comencé a andar en círculos.
- Voy a ir a por ella... Te lo prometo, tú quédate y...
- No, no pienso quedarme aquí. Que ese psicópata de la cara, como le haya pasado algo... ¡¡LIIIV!! – Caminé hacia cualquier dirección.
- ¡Samuel, no! No quiero que nos encuentre y te haga algo – Se puso en mi camino.
- ¿No lo entiendes? Si tiene a Liv, me importa una mierda lo que me haga, se lo haré pagar.
- Tienes mucha fiebre, estás blanco...
- Primero encontramos a Liv, luego... - Suspiré – Luego ya pensaremos en algo. No puede haber ido muy lejos... Mira – Señalé al suelo. – Por aquí veo huellas, son las botas de Liv.
Seguimos las pisadas, en silencio, sabía que Maddie estaba preocupadísima, pero, de nada servía intentar calmarnos el uno al otro, ya no. Liv era la gota que colmaba el vaso, si le había ocurrido algo, jamás me lo perdonaría.
El bosque poco a poco iba teniendo más luz, se filtraban los rayos del sol a través de los árboles. Hacía mucho frío, me encontraba como si me hubiese pasado un camión por encima, pero antes de desmayarme, necesitaba saber que mi amiga estaba a salvo. Podía estar oculta en alguna parte, o haberse perdido volviendo... Era eso, tenía que ser eso...
A medio kilómetro, encontramos una especie de granero. Estaba a medio caer, parecía tener muchos años... Al lado había unas ruinas, quizá alguna vez aquello había sido una granja, pero la casa no aguantó el paso del tiempo. Aparcado, se encontraba el coche de Markus, sin duda... Lo que ocurriera a partir de aquel momento, cambiaría todo.
- No deberíamos entrar... - Dijo Maddie, asustada.
- ¿Y qué propones que hagamos?
- Podemos...
- ¿Huir? No, ya ha demostrado que sabe encontrarte, de una forma u otra... Esto tiene que acabar – Abrí las puertas.
La luz del sol penetraba entre los huecos de los tablones de madera, incluso había un agujero en una de las paredes... Dentro, Markus y Charlotte estaban esperando. Ella estaba de pie, asqueando los bloques de paja, mientras que él, permanecía sentado sobre uno de ellos.
- Vaya... No pensé que llegarais tan deprisa – Dijo, alzando la voz, sonriente. - Charlotte decía que os esperásemos dentro del coche, con la calefacción a tope, pero yo quería vivir el momento... Ya sabes, puedes pasarlo un poco mal, pero luego... Luego merece la pena, y lo valoras mucho más.
- ¿Y no puedo irme yo al coche? Este abrigo no es el adecuado para este clima – La irritante voz de la chica me hacía fruncir el ceño.
- No. Tú te quedas, querida.

ESTÁS LEYENDO
Maddie
RomanceSamuel siempre creyó que tendría una vida plana, sin muchas emociones, aunque eso cambió tras conocer a Maddie. Apareció un día en aquel pub, charlaron un rato, se cayeron bien. Pero al oírla cantar, su corazón dio un vuelco, se enamoró de ella, ni...