[28] ♡Traiciones Dolorosas♡

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Mi cabeza da vueltas, mi cráneo duele y me remuevo sobre algo suave. Empiezo a abrir los ojos y la luz de la mañana me hace fruncir el ceño. Diviso paredes blancas, pero no las reconozco. Me doy vuelta en la cama y me encuentro con un techo desgastado.

Esta definitivamente no es mi habitación.

Me siento en la cama y miro mi piel descubierta confundida. Estaba en ropa interior.

¿Qué demonios pasaba?

Un olor extraño inundaba la habitación y mis ojos visitan cada rincón del lugar que estaba desordenado.

Veo mi uniforme en una esquina y me pongo de pie para ponérmelo.

Lo único que recuerdo de ayer fue que peleé con los chicos, bebí y bebí demasiado y.... Mi beso con Dylan.

Salgo de la habitación mareada y viendo con confusión el pasillo agrietado y con gemidos resonando por todos lados. Bajo las escaleras de madera y me encuentro con un hombre detrás de un mostrador hablando por teléfono. Me acerco a él y el sujeto me mira desde su puesto de malas ganas.

—Disculpe, pero ¿Sabe cómo llegué a aquí?—pregunto con una sonrisa tensa.

—¿Me ves cara de adivino, niña?—espeta comiéndose una fritura.

Hago una mueca y me doy vuelta sobre mi eje antes de salir y darme cuenta de que afuera había un gran cartel brillante con una flecha en donde decía motel.

Arrugo la boca y por suerte reconozco las calles y me dirijo a mi instituto, ya que es muy tarde. Me voy a pie aprovechando que queda cerca del sitio en donde desperté y aún no comprendo como llegué ahí.

Me muerdo las uñas al pasar las rejas de la escuela y siento un ambiente raro al entrar. Los ojos de todos están puestos sobre mí y camino incómoda hasta el edificio principal. Igual al entrar, todos me miraban, pero no como siempre, sino de forma más crítica, llena de burla.

Me aferro a mi mochila y me detengo abruptamente al llegar a mi casillero y ver un montón de notas pegadas a él. Todos decían zorra, puta, perra, y di un paso hacia atrás estupefacta chocando contra el pecho de alguien que me sostiene de los hombros. Me giro y me topo con un chico que me sonríe de forma retorcida.

—Pero si es Kya Wilson, ¿Cuánto debo pagarte por una sesión?—consulta tratando de tocar mi cintura y lo aparto de mí de un solo golpe.

Todos me juzgan con los ojos y avanzo a paso rápido por el pasillo, pero mi boca se abre por completo impactada mientras que mis ojos se enrojecen y arden.

Dylan está junto a Melody bajo una gran pantalla que mostraba un vídeo que ni siquiera sé cuando fue que se grabó. Éramos Dylan y yo teniendo relaciones en la misma cama en la que desperté y en todo el centro la palabra zorra estaba escrita.

Y una vez al caer la primera lágrima, ya no pude parar. Sentía una horrible angustia en mi interior. Ese detestable dolor en mi pecho regresa. Sabía que así me vería más débil, pero no podía detener el llanto. Lloré en silencio, despacio, con suaves pausas.

La escuela me mira con negación y las lágrimas descienden por mis mejillas al observar a Dylan y a Melody, quienes se reían disfrutando de mi expresión. Me llevo las manos a la boca conteniendo un sollozo y veo a Flynn en una esquina con los ojos clavados en el suelo y a Cassie cerrando su casillero.

Todos se empezaban a reír de mí, muchos comenzaron a decirme cosas horribles y obscenas, pero mi rota mirada estaba puesta en el dúo que me acechaba con burla.

—Ahora ya el interés de la trilogía perfecta no es lo que todos creíamos que era—habla Melody besando la mejilla de Dylan que le devuelve la acción ahora sobre sus labios.

Una Trilogía Perfecta #1 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora