Una Trilogía Perfecta #1

♡Epílogo♡

El aire fresco acariciaba mi rostro dejándome llenar del aire puro, el campo abierto estaba repleto de estudiantes que tenían las caras sumergidas en sus libros. Ya nadie tenía tiempo para una vida social, para salir o disfrutar. Los últimos días del primer semestre tenían abarcado todos nuestros itinerarios. Faltaría poco para los exámenes finales y estudiar medicina en una de las mejores universidades significa el doble de presión, el doble de trabajo y el doble de esfuerzo.

Decidí tomarme un break cuando mi móvil sonó y era una llamada de Kiara. Había salido a estudiar, pero agradezco que ella me haya llamado para así tener una excusa de descanso.

—¡Hola, hola!—exclama al otro lado de la línea.

—¿Qué tal todo?—contesto cerrando el libro de anatomía humana que yace sobre mis piernas.

—Cansada—dice dramáticamente.

—¿Del año sabático?—enarco una ceja.

—No hacer nada cansa ¿sabes?—masculla indignada.

—Ya veo, ya veo.

—¿Supiste lo que pasó? Los padres de Dylan quedaron en la quiebra luego de que tu padre ganó la demanda—chilla victoriosa.

—Espera, ¿mi padre ganó la demanda?—suelto impresionada.

—Sí, me lo contó tu tía Christa hace unos minutos.

—¿Hablas con mi tía Christa?—parpadeo sorprendida.

—Es una buena amiga de cotilleo.

—Después hablaré con mi padre, esto es..... Creo que debería sentirme mal porque el único hijo de los Mitchell los hizo quebrar, pero realmente me siento bien de que ese imbécil haya recibido su merecido—sonrío con orgullo.

—Esa es mi amiga señores—vociferó emocionada.

—¡Kiara! Se acabaron las cajas de condones—grita Dany al final de la línea y suelto una risita imaginándome la cara roja de mi amiga.

—¿Quién te manda a no dejarme quieta toda esta semana? Por tu culpa tengo que poner una almohada bajo mi trasero para poder sentarme—espeta la peli negra.

—Tú eres la que me provoca.

—Pero tú lo haces más al ponerte esos pantalones—contraataca y una fuerte risa resuena en el campo al escapar de mis labios.

—Mejor los dejo, consigan una caja de condones antes de que me vuelva tía—bromeo y puedo ver desde aquí como me fulmina con la mirada.

—Valeeee, hablamos—cuelga la llamada.

Suspiro ruidosamente volviendo a abrir mi libro, pero de pronto, unas grandes manos cubren mis ojos desde atrás.

—¿Adivina quién soy?—se ríen a mis espaldas y hago una mueca pensativa.

—Jayden—sonrío divertida.

—Negativo, soy un gigante alienígena de baba azul con siete brazos—me suelta y da un salto sobre el banco antes de sentarse a mi lado.

Le doy un casto beso en los labios y él sonríe bajando la mirada al libro que está en mis piernas.

—¿Qué lees?—pregunta ladeando la cabeza.

—Estaba estudiando para el examen de hoy—vuelvo a abrir la enciclopedia.

—¿Tenemos examen?—indaga confundido y lo miro anonadada.

—Sí.

—Genial—se inclina hacia atrás observando como todos se matan estudiando.

—¿Y tú ni siquiera repasarás?—averiguo acostumbrada a este tipo de actitudes.