[22] ♡Club Del Desastre♡

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—Me despidieron.

Las palabras de mi padre me dejan atónita y me aferro al porta manos del sofá, viéndolo con los ojos muy abiertos.

Me había pedido que viniera a su habitación porque deseaba decirme algo importante, pero jamás pensé que sería para algo como esto.

Mi tía Christa nos observa triste desde una esquina del frío cuarto con los brazos cruzados y paso saliva tratando de procesar las palabras de mi ascendiente.

—¿Qué? ¿Pero por qué?—espete realmente confundida.

—No pueden esperar para mi recuperación, necesitan a su gerente urgente y en este estado yo no puedo hacer nada—explica y percato su tono un poco entristecido.

—Pero eso es injusto, no fue tu culpa terminar así—me indigne—trabajaste muy duro para conseguir ese ascenso y simplemente te despiden sin más—mi cara está roja de la furia.

—Son cosas que se nos escapan de las manos, cariño—murmura y aprieto mis labios tomando mi mochila del suelo.

—Esto es una estupidez. Al igual que lo tuyo también se escapó de nuestras manos y ellos no toman en cuenta eso—bramo poniéndome pie—me iré a la escuela—mascullo colérica y salgo de la habitación cerrando fuertemente la puerta.

Mi camino hacia el instituto estaba lleno de una nube negra de pensamientos con rayos que me hacían conectarme a la cruda realidad.

Son unos imbéciles.

¿Cómo le podían hacer eso a la persona que trabajó para ellos durante casi diez años?

Llego a la escuela y entro al lugar sin prestarle la más mínima atención a nadie.

Avanzo por el pasillo y los murmuros del alumnado me hace fruncir el ceño. Todos observan a un mismo punto y sigo los ojos de las personas para terminar con la boca tan abierta que podría llegar al suelo.

Melody y Flynn Grey estaban apoyados en unos casilleros hablando con un grupo de estudiantes. Todos tenían las miradas puestas sobre aquellos hermanos muy atrayentes.

Suspire pesadamente tratando de calmar la ira que sigue mermando por mi cuerpo y les paso de un lado intentando que no me vean. Pero termina siendo muy tarde.

—Wilson.

La voz de Melody me obliga a detenerme abruptamente y permaneciendo de espaldas a ellos, respiro hondo. Me doy vuelta sobre mis talones y encaro a ambos chicos con los brazos cruzados.

—¿Se te ofrece algo?—indago con hastío.

—Entonces en serio estudias en este lugar—sonríe con grandeza.

—¿Qué hacen aquí?—mascullo solo para nosotros tres.

—Yo quería verte, aún la propuesta de ayer sigue en pie—Flynn me observa coqueto.

—Hablo en serio—miro a Melody.

—Me encargaré de que no vuelvas a acercarte a ellos—dice regañadientes y ya comprendo a lo que se refiere.

—¿Te inscribiste en nuestro instituto a final de curso solo por celos? La gente adinerada si que es extraña—suelto una risa irónica.

—Yo no vine por ellos, yo vine por ti—el hermano de la azabache se encogió de hombros y ruedo los ojos.

—Buena suerte con lo que intenten hacer, solo déjenme en paz—me doy vuelta, pero termino chocando contra alguien fuertemente.

Me tambaleo hacia atrás y Flynn me sostiene antes de que caiga de espaldas. Me muestra su sonrisa más seductora y suspiro afligida ahora viendo a la persona con la que choque. Mi rostro se descompone al divisar a Dylan y maldigo este día como ochenta veces al notar que todos empiezan a detallar nuestra escena como buenos chismosos.

Una Trilogía Perfecta #1 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora