Capítulo dedicado a CeceCarolina
Gracias por el apoyo y por los comentarios que me regalas ♥️Milena
Me había quedado hasta tarde sumida en mi investigación. La verdad es que nunca creí que la floricultura resultara ser un tema tan interesante. Pero ahí estaba yo, pasadas las ocho de la noche, aún sentada en la cómoda silla de mi oficina, con un montón de pestañas abiertas en el buscador de mi computadora y mi tercera taza de café a medio tomar.
Me enderecé en mi lugar y estiré mis músculos, antes de ponerme en pie y recoger mis cosas. Mierda. Debía comenzar a prestar atención a mi postura, o de lo contrario, iba a terminar peor que Quasimodo.
Le dí un último sorbo a mi taza de café y salí de ahí. La hora de salida habitual había sido un par de horas antes, así que la avenida se encontraba tranquila y mi taxi no tardó en llegar, así como tampoco tardé en encontrarme fuera de mi edificio, o tal vez no noté el camino porque mi mente sólo pensaba en ellos. Kendrick y Tessa.
¡Carajo!
Iba a terminar con las neuronas fritas si seguía así.
Entré al edificio y saludé a Hans, el vigilante, quien se encontraba detrás de la recepción, alternando su vista entre las pantallas de las cámaras de seguridad y su serie en Netflix.
Hans era un hombre de unos cincuenta años, alto y un poco subido de peso, quien, por lo poco que había platicado con él, no tenía conocimiento sobre seguridad privada ni nada por el estilo. Nunca iba a terminar de comprender las bases que tenían las agencias de empleo para asignar a los trabajadores en ciertos puestos.
Aunque, a decir verdad, la zona siempre había sido bastante tranquila, no era como que necesitaramos un expolicía como velador del edificio, o por lo menos eso era lo que había pensado, hasta esa noche.
Entré al elevador y pulsé el botón hasta mi piso, en el camino estuve tentada a bajar dos pisos antes y buscar a Norah. Sentía que si continuaba reteniendo todo aquello, me iba a terminar ahogando en mi propia tristeza. Pero ya era tarde y conociéndola, probablemente ya estaría descansando o hablando por teléfono con su hijo, poniéndose al día sobre su vida universitaria, así que dejé que el elevador siguiera su marcha.
Cuando este se abrió, mis ojos tardaron en acostumbrarse a la escasa luz que había en el pasillo, al parecer algunas de las luces estaban fundidas. Buena parte del pasillo que llevaba a la puerta del departamento vecino, se encontraba, digamos...Decentemente iluminado; en cambio, en el mío sólo una lámpara servía, dejando el resto del pasillo iluminado únicamente con las inservibles luces de emergencia.
Suspiré.
Joder. Incluso mi casa era reflejo de mi estado anímico.
Comencé a andar por el pasillo, todo parecía "Normal" hasta que sentí y escuché algo crujir bajo mis tacones. Le eché un vistazo a aquello, notando las pequeñas partículas que reflejaban la escasa luz. Era vidrio.
¿Vidrio?... Pero de don... ¡Oh, mierda!
De manera automática llevé la vista al techo. Efectivamente. Eran trozos de una de las lámparas. No se habían fundido, estaban rotas.
¿Qué carajos?
En ese mismo instante un frío horrible recorrió mi cuerpo. Aquello tenía que ser una casualidad ¿No? Llevaba semanas sin sentirme observada, no había vuelto a saber nada de André y me estaba manteniendo lo más alejada posible de quien se suponía era el peligro.
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El mentor © #PGP2023
Random¿Quién dijo que "la curiosidad mató al gato"? A mí, la curiosidad, me ha llevado a vivir las experiencias más excitantes... Mi nombre es Milena, y de la mano de mi imponente y experimentado "mentor sexual", Kendrick Colleman, descubrí la lujuria, la...