XXXIII (18+)

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Hello, people!

¿Qué dijeron, esta mendiga ya nos dejó a medias hasta la próxima semana, no?

Pues... Surprise!!!

Los amos un millón ♥️♥️
Disfruten el capítulo y luego me cuentan qué les pareció 😈

***

Capítulo dedicado a DaniAngels 
Tus comentarios me alientan mucho. Gracias por el apoyo.

Milena

Mi patético número de molestía e indignación se vino abajo. En realidad lo había hecho desde el primer roce que tuvieron sus labios contra mi piel, pero, en ese instante, en lo único en lo que podía pensar era en todas las representaciones de la palabra "Castigo".

¿En serio podía creer esa mierda de que nada iba a ser doloroso?

Hasta ese momento, nada lo había sido, pero, el montón de objetos sobre la mesita me hacía dudar en que pudiera cumplir con la promesa.

Comenzó a desnudarme con esa lentitud que tanto me gustaba. Cada roce, por más sutil que fuera, enviaba fuertes corrientes eléctricas que se concentraban en mi parte más sensible.

Ok. Estábamos empezando bien, bastante bien a decir verdad.

Liberó mis manos únicamente para poder sacar mi camisa y mi sostén, en cuanto lo hizo, sustituyó la tela por un par de esposas, las cuales estaban unidas a una especie de correa de cuero anclada en algún punto de la cabecera de la cama.

La correa tenía el largo suficiente para permitir que me mantuviera sentada a los pies de la cama, con el pequeño detalle de que debía conservar mis brazos por encima de la cabeza para no dañar mis muñecas.

Kendrick terminó de deshacerse de mis pantalones, lo único que me permitió llevar puesta fue la pequeña y sexy prenda de encaje que cubría mi intimidad.

Sus preciosos y oscurecidos ojos repasaron detenidamente cada parte de mi cuerpo, como deleitándose con la imagen que le proporcionaba el tenerme en esa posición.

Ese hombre tenía una habilidad impresionante para hacerme sentir la jodida dueña del mundo, reina del sexo.

Fruncí el ceño en cuanto caí en cuenta de la desventaja que llevaba y es que él estaba deleitándose con mi cuerpo desnudo, mientras que yo llenaba mi cabeza de recuerdos de él sin ropa.

Imitó mi gesto —¿Por qué esa cara?

—Aún estás vestido —dije de manera acusatoria y, probablemente, ridícula. De haber podido, me habría cruzado de brazos como niña chiquita haciendo un berrinche. 

Sonrió de lado. 

¡Y qué puta sonrisa tan más divina! 

—Me temo que no está en posición de reclamar nada, señorita Rochester. —Su sonrisa se amplió, mostrando esos perfectos dientes que poseía. Ok, estaba muerta. Ese hombre acababa de dejarme sin aliento como por...vigésimo tercera vez en lo que iba de la noche.

¿Acaso se podía estar más nerviosa y excitada que yo en ese momento? 

No lo creo.

Un grito ahogado se escapó de mí cuando tiró de mis muslos, haciéndome perder el equilibrio y caer medio recostada en la cama, y digo "medio" porque mi culo practicante quedó suspendido en el aire. De no ser porque sus manos sujetaban firmemente mis pantorrillas, habría azotado de nalgas contra el suelo.

El mentor © #PGP2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora