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Suspiro cansado

El corazón me tembló gracias al terror que me produjo el haber sido descubiertos. Había pensado que podríamos escapar de todo, pero me sentía muy ingenua al querer regresar al lugar del que había querido escapar. Si tan solo Jungkook no se hubiera enfermado... Podríamos haber ido muy lejos, tan lejos que nadie nos conocería o sabría algo sobre nosotros. Me gustaba pensar eso, pero la realidad se veía muy distinta a lo que pensaba en mi cabeza llena de ingenuidad. Nada aseguraba que podríamos ir a alguna parte, para empezar ni siquiera sabía en dónde estábamos.

—¿Qué pensabas hacer, Sunbin? —su voz me hizo sentir algo de miedo. Su tono parecía carente de sentimientos, aunque su rostro decía lo contrario.

La confusión de la situación me tenía mal. Terminé por salir de mi pobre escondite, con las manos temblando y un gran nudo en la garganta. Quería llorar hasta que se me desgarrara el pecho, no soportaba que las cosas no estuvieran saliendo como quería. Lo poco que tenía parecía derrumbarse, y resistir ese peso estaba siendo difícil. Por desear algo de felicidad la persona que más quería estaba al interior del tronco de árbol respirando con dificultad y con una temperatura bastante elevada. El tiempo no ayudaba y temía que en cualquier momento se pudiera poner peor.

—No importa lo que quería o quiero hacer. Solo ayúdame con Jungkook, por favor —le rogué, sintiendo mi pecho todavía más apretado—. No quiero que le pase nada malo, ayúdame para que se ponga bien.

Joohyuk me observó con lástima, y su expresión pareció suavizarse un poco. Aunque notaba que estaba enojado, y cómo no, si me había dicho que no podía irme y había hecho todo lo contrario. Sin siquiera despedirme, le había dejado ahí entre esas paredes blancas que escondían un mundo lleno de niños que no sabían que había algo más; algo que era totalmente desconocido y producía curiosidad a la misma vez que temor. Era egoísta, y por mucho que no fuéramos tan cercanos, había algo que nos unía y de mi parte solo había actuado por mi propio interés sin importarme dejarlo ahí.

—¿Quieres llevarlo de regreso?

—Sí. Padre no dejaría que le pase nada. Por mucho que Jungkook le pueda haber desobedecido, él no sería capaz de que le pase algo malo. Estoy segura de eso, é-él puede hacer algo.

Y aunque no quería, volví a llorar. Esconder los sollozos no fue tan fácil como la vez anterior. No podía controlarme. Con cada sollozo tan solo quería romper todavía más en llanto. Estaba siendo muy difícil, no quería molestar a Jungkook con mi berrinche de niña. Joohyuk notó que estaba mal, y por mucho que no fuera alguien demostrativo de afecto, se me acercó cuando vio que poner mis manos en mi boca no estaba siendo de ayuda para acabar con todo ese dolor que se estaba escapando de mi interior. Me rodeó con sus brazos con delicadeza al principio, pero luego incrementó la fuerza cuando mi rostro quedó a la altura de su hombro.

Estaba frío, mojado y no dijo ni una sola palabra, pero comprendí que esa era su forma de intentar consolar mi llanto. No era perfecto, sin embargo, en su tacto lejano, pero tranquilizador pude hallar algo de serenidad. Una de sus manos se deslizó hasta mi espalda, y tras unas pequeñas caricias mis sollozos fueron disminuyendo. De a poco mi cuerpo dejó de sacudirse y las lágrimas se fueron secando en mi mejilla, al menos las que no fueron a parar a su fina camisa.

—Eres tonta, Sunbin, pero tienes un gran corazón —no quise verle su cara. No por lo menos cuando sentía mis ojos hinchados y tenía que estar hecha un desastre de lágrimas secas y mocos que no podía limpiarme tan rápido—. Jungkook debe estar muy agradecido de tenerte.

❥Faldas blancas y ojos tapados ⁀⋱‿ ♡▕Jυɲʛƙơơƙ▏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora