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Mariposa de libertad

—Vamos, Sun, toma mi mano. No te quedes atrapada. No dejes que te encuentre. Te lo ruego por lo que más quieras, sal de ahí antes de que sea muy tarde.

Me desperté todavía sintiendo rastros de la calidez de aquella mano que había tomado la mía en medio de una espesa niebla que había ocupado cada lugar al que había observado. Tan solo había sido un sueño, pero mi corazón seguía intranquilo, incluso cuando me senté de a poco observando que a mi lado descansaba una figura conocida en la que ya me podía apoyar cada vez que era necesario.

—¿Cómo estás? Pareciera que ni siendo tu cumpleaños esa cabeza tuya deja de pensar, eh. Pensé que estabas llorando y me desperté.

—Lo lamento. Otra vez tuve ese sueño que no me ha dejado tranquila. Me gustaría saber de quién se trata, pero pareciera que la niebla es cada vez más densa y es imposible ver.

Al igual que yo se sentó en la cama. Ya estaba siendo verano y el sol cada vez pegaba más fuerte. Lo bueno era que en la casita del bosque parecía que el tiempo estaba a nuestro favor, por lo que los árboles eran de gran ayuda para combatir con las altas temperaturas. De todas formas, entre el mal sueño y el calor, podía apostar cualquier cosa a qué estaba sudada como si hace un momento hubiera estado corriendo. Y él no se quedaba atrás, podía ver cómo algunos mechones de su cabello parecían querer pegarse a su frente.

—Olvida eso por un momento. Te tengo un regalo.

—¿No es Jungkook o sí? —una sonrisa ingenua se coló en mi rostro.

Ya había pasado bastante tiempo desde que Jungkook se había marchado, probablemente casi tres años, pero algo en mi interior todavía tenía la esperanza de volver a verlo. ¿Cómo estaría? Si yo ya había cumplido los diecisiete, él ya tenía que estar llegando a los once.

—Todavía no logro dar con su paradero, pero he recolectado más información y creo que cada vez falta menos para saber algo de él —se puso de pie y empezó a caminar hacia uno de los muebles del lugar—. Lo siento por demorar, en verdad tenía la esperanza de que no sería tan complejo.

No odiaba a Joohyuk por todo lo bueno que había hecho por mí, pero tenía que admitir que al principio había tenido un gran resentimiento hacia su persona. El día que Jungkook se marchó me dio unas pastillas que me dieron mucho sueño y me quedé dormida el tiempo suficiente para que mi chico pequeño ya no estuviera en el lugar. Incluso llegué a pensar que había muerto, ya que tras caer enfermo parecía nunca mejorar, pero con el tiempo y una buena discusión, terminó confesando que la familia se lo había llevado y solo había querido que dejara de sufrir y que no fuera tras él.

Me enojé por su actuar por varios días. No lograba comprender cómo había podido jugar con mi dolor de esa forma, pero comprendí... Qué alguna parte de sus acciones tenía cierto sentido si pensaba en cómo había reaccionado en cada oportunidad que Jungkook estaba por irse. No lo había podido soltar y su mejor manera de hacer que lo dejara ir había sido realmente nefasta y fatalista, pero vaya que lo había logrado. Esos días en medio de mi habitación solo había recordado cada lindo momento, pensando en que todo eso definitivamente había llegado a su fin más allá de una barrera de distancia.

—Cierra tus ojos un momento. Aquí no hay muchas maneras de dar una sorpresa.

—Está bien —asentí cerrando mis ojos.

El año anterior había recibido de regalo una carta que Jungkook me había dejado, así que mantuve la esperanza de que tal vez podría ser otra. Ese chico era pequeño, pero realmente se había preocupado por mí hasta con detalles que ni siquiera a mí siendo más grande se me habían ocurrido. Había sido tan minucioso... Era imposible olvidarlo aunque el tiempo siguiera pasando.

❥Faldas blancas y ojos tapados ⁀⋱‿ ♡▕Jυɲʛƙơơƙ▏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora