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Rayos de luz

A la mañana siguiente partimos hacia la estación de tren. Había bastante gente, pero Jungkook se encargó de tenerme cerca para que no estuviera tan nerviosa. Sirvió un poco y su mano tomando la mía realmente lograron tranquilizarme bastante. Compramos los boletos y esperamos que llegara al andén para poder abordar.

Mientras tanto, me dediqué a observar el ambiente del lugar. La gente se despedía de sus familiares con emoción. Padres dejando a sus hijos, mujeres despidiendo a sus maridos... Y luego estábamos nosotros, que íbamos hacia el mar para cambiar un poco el aire que últimamente nos había estado rodeando.

Nos sentamos uno al lado del otro. Quedando él hacia el pasillo y yo hacia la ventana. Había bastante bullicio en el vagón que nos tocó, pero no lo suficiente para que fuera insoportable. Observé el paisaje por la ventana, dandome cuenta que de a poco íbamos dejando atrás el pueblo. Las casitas fueron sustituidas por naturaleza, habiendo un montón de árboles y arbustos que antes no había visto, al menos no de esa perspectiva. Por un momento deseé que el pequeño Jungkook hubiera estado con nosotros, él siempre había anhelado ver la naturaleza y seguramente aquel paisaje hubiera enamorado sus ojos.

—Vas muy pensativa. ¿Hay algo que te inquiete?

—No, solo estaba pensando un poco en Jungkook. Él siempre quería ver cómo era fuera del hogar y por eso nos subíamos a ver qué hasta donde sé alcanzaba a divisar —di un ligero suspiro—. Espero que esté bien. Sé que hace bastante que no hablamos de estos temas, pero a veces me vienen a la mente sin querer.

—Está bien. Tampoco es que los tengamos que olvidar. Estamos intentando seguir con nuestras vidas, pero eso no significa que absolutamente debemos dejar todo nuestro pasado de lado, ¿no crees?

—Sí, tienes razón. Aunque espero llegar al mar para desconectarme un poco.

Guardó silencio y, al igual que yo, se dedicó a mirar el paisaje. Me pregunté cuántas personas viajarían diariamente viendo lo que yo mía estaba viendo con mis ojos. La naturaleza era hermosa y los árboles parecían mágicos. Estar entre ellos definitivamente daba un poco de miedo, pero en ese momento sentí que eran unas de las cosas más preciosas que había visto en mi vida.

Me sumergí tanto en observar hacia afuera que no fui consciente de cuánto demoraba el viaje. Mis ojos viajaban por todos los detalles que era capaz de ver. Casitas en medio de la nada, plantaciones e incluso animales. Fue increíble ver cómo algo que parecía tan lejano, a la vez estaba tan cerca. Jungkook a mi lado, también parecía estar sumergido observando el paisaje.

Nuestros ojos no estaban obligados a solo ver blancas paredes. Había todo un mundo lleno de colores a nuestra disposición.

Sin querer, me terminé quedando dormida. De forma extraña aquel bullicio y vista de lugar, lograron relajarme un poco. Y lo último que sentí, fue como Jungkook acomodó mi cabeza en su hombro para que no fuera chocando contra el cristal.

Fue cómodo y me sentí segura, pero no lo mencioné en voz alta.

Para cuándo me desperté ya era nuestra parada y había soñado algo, aunque no logré recordar de qué trataba ya que la idea se fue desvaneciendo apenas fui consciente de que nos teníamos que levantar de los asientos para poder bajar. Jungkook llevamos el pequeño equipaje que llevamos con nosotros, y tomando mi mano fue que salimos del grupo de gente que se había acumulado.

El cielo estaba algo gris y los colores vivos y fuertes ya no predominaban tanto, pero el ambiente seguía siendo agradable. Por sobre nuestras cabezas pasaron unas cuantas aves y Jungkook me indicó que iban hacia el mar. Estábamos bastante cerca, así que solo hacia falta que caminaramos para poder llegar.

❥Faldas blancas y ojos tapados ⁀⋱‿ ♡▕Jυɲʛƙơơƙ▏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora