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Viaje al ayer

Mi corazón estaba latiendo más fuerte que nunca. Es más, ni siquiera se parecían a los latidos de cuando había entregado mis labios. PUM, PUM, PUM... Mientras corría cada vez eran más fuertes y los podía sentir en mis oídos.

A mi lado derecho iba el mayor de los chicos, y a mi lado izquierdo el más pequeño. No podía creer lo estaba sucediendo, era una situación surreal. Si bien el lugar no me había dado una buena sensación, no creí que la noche terminaría en todos escapando, incluso con el pequeño Jungkook que ya estaba asumido que había cambiado.

Aquella mujer de dulce sonrisa, al parecer en el fondo tenía un corazón dañado y podrido. Ella había golpeado a Jungkook pequeño, no lo había visto con mis propios ojos, pero las marcas en el cuerpo del más pequeño me habían dejado en claro que algo raro había sucedido. Cuando se coló en la habitación que me estaba quedando en primera instancia pensé que se podría tratar de un sueño, pero cuando me rogó por ayuda... Simplemente dejó de importarme si era una mentira de mi mente.

Su tono desesperado, sus manos temblando en busca de las mías... Me puse de pie colocándome los zapatos y tomando mi bolso para ir en busca del chico más grande. No pudimos explicar mucho, menos cuando el menor de todos parecía tan nervioso. Aquella mujer que lo cuidaba siempre tomaba un vaso de agua antes de dormir, y de alguna forma él había logrado echarle algo para que durmiera profundamente.

Es mi última oportunidad”. Nos repitió una y otra vez.

Mi corazón agitado por todo lo que había pasado en el último tiempo, no dudó en guiarme a que saliéramos de ahí sin pensarlo ni un segundo más.

—Sun, dame el bolso —el mayor de los chicos tomó el objeto de tela y lo colgó en su hombro.

No dije nada al respecto. Por la adrenalina de salir de aquel lugar no me había percatado de lo cansada que estaba.

La noche estaba más fría de lo esperada, aunque no siquiera estaba segura de la hora que era. Nos escabullimos por las estrechas calles, probablemente sin saber muy bien hacia donde íbamos. No teníamos un plan, simplemente habíamos actuado de forma precipitada. Tal vez había sido un error actuar de esa forma, pero por lo menos en mis planes no estaba el esperar a que aquella mujer se despertara para saber si lo que decía el pequeño Jungkook era real o no.

—Descansemos un momento —pedí deteniendo mi andar—. Tenemos que hablar, chicos. No sacamos nada con correr sin rumbo.

Ambos me hicieron caso y terminamos por detenernos en un callejón más oscuro de lo que me habría gustado. El pequeño Jungkook tomó asiento en el piso, agarrando su cabeza mientras hacía lo posible por regular su respiración. Mientras tanto, el más grande siguió a mi lado, solo dejando el bolso en el suelo.

—Y-yo lo siento. No quiero meterlos en problemas, pero es ma primera vez que llegó tan lejos —su voz estaba temblando, su cuerpo en general estaba de la misma forma.

—Está bien, está bien. Ahora que ya estamos algo lejos, puedes hablar tranquilo, no te sientas culpable.

Me puse a su lado, sentándome también en el piso que se encontraba frío. Si bien la confianza entre nosotros había cambiado tras todo el tiempo que habíamos pasado lejos, en el fondo todavía podía sentir algo de rastro de esos momentos en los que habíamos estado sentados uno al lado del otro compartiendo lo que estaba en nuestras mentes.

❥Faldas blancas y ojos tapados ⁀⋱‿ ♡▕Jυɲʛƙơơƙ▏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora