❝Explosión del corazón❞
El ruido del mar me despertó varias veces en medio de la noche. Las olas chocando contra las rocas producía un ruedo muy fuerte, pero no me dio miedo. Mi compañero de aventuras me sostuvo la mano por el mayor tiempo posible, incluso estando dormido, me buscaba para sentirme. Era increíble pensar que podía estar tan cerca de él.
El funcionamiento de la mente era muy complejo.
Una parte de mí seguía temiendo. Era un chico y su tacto y actuar en ocasiones podía ser brusco. Sin embargo, estaba siendo muy cuidadoso en la forma en que sostenía mi mano, me atrevía a pensar que incluso lo podía llamar como algo dulce.
Lo observé dormir, con su rostro pareciendo como si estuviera enojado. Su mano seguía sosteniendo la mía y, aunque hice el intento de soltarme, él no lo permitió. El tiempo estaba fresco, al parecer las partes costeras amanecían un poco más heladas de lo común, al menos a lo que estaba acostumbrada. Me acurruqué un poco a su cuerpo y enseguida sentí la calidez que emanaba. Por otra parte, nos habíamos cubierto bajo parte de un techo y con unas cuantas ropas. La humedad en ambiente se sentía, pero el lugar donde estábamos nos protegía un poco de ello.
—¿Tengo algo en la cara? —su voz, ronca y adormilada a no más poder, se coló en mis oídos.
Me alejé un poco ante la sorpresa de que se hubiera despertado.
—No, no tienes nada.
Una sonrisa se formó en su rostro.
—Es que como me mirabas tanto... Pensé que tenía que tener algo para que me observaras de esa forma.
La vergüenza me invadió a un nivel rapidísimo. Ni siquiera la brisa fresca aportó a que el calor de mis mejillas disminuyera un poco. ¿Por qué lo había estado observando con tanto detalle? Probablemente lo había incomodado, pensé que en su lugar me habías sentido de esa forma.
Otra vez vez intenté alejarme un poco, pero su mano que sostenía la mía, no me lo permitió. Sentí su mirada, ya no tenía sus ojos cerrados ni estaba durmiendo. ¿Era consciente de lo que estaba haciendo? El corazón se me aceleró, era una sensación incómoda, pero a la vez me emocionaba un poco.
—Has sostenido mi mano durante toda la noche.
—Hacía y hace frío.
—Te cubrí con algunas telas.
—No es lo mismo que el calor humano.
Guardamos silencio, sosteniendo nuestras miradas. De repente, él soltó mi mano, se enderezó más y se acercó hacia mí. El corazón me comenzó a ir más rápido, por mi mente pasaron miles de pensamientos, pero el que predominó fue que me iba a besar. Mi vista bajó hacia sus labios y tuve que pasar saliva. No recordaba haber visto con tanto detenimiento esa parte de su cuerpo.
—¿Qué haces?
—Sun, cierra tus ojos, por favor... —su voz fue suave y baja.
No repliqué, tampoco me alejé más. Cerré mis ojos como él pidió, y quedé expectante a lo que pasaría. ¿Iba a tener mi primer beso? ¿Aquel chico, que hace unos años me había dicho que mi falda estaba manchada, me iba a besar? A pesar del sonido de las olas, sentí que mi corazón sonaba más fuerte.
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❥Faldas blancas y ojos tapados ⁀⋱‿ ♡▕Jυɲʛƙơơƙ▏
أدب الهواة"Y entonces... al cumplir los dieciocho años las chicas teníamos que ingresar a la habitación de «Padre» y elevar nuestras faldas blancas mientras nuestros ojos permanecían tapados". *** Sunbin ha teni...