14 de marzo. Amaneció como siempre, pero el anochecer parecerá el último. Acaban de terminar las clases, toda la gente está en el pasillo. Martin me espera en una esquina.
Martin— Ahora si quieres podrías venir a mi casa
Yo— De acuerdo
—En mi bicicleta creo que cabemos los dos. Ah, y también si quieres puedes quedarte a dormir.
Veo a Aron pasando, le agarro del hombro
Yo— Dile a papá que hoy no voy a casa, que me quedo en una fiesta de pijamas de Martin.
Aron afirma con la cabeza y se va buscando a Piotr. Nosotros dos también salimos. Vamos al aparcamiento de bicicletas. Hay varias personas, entre ellas el hermano de Martin de quince años, Jim.
Martin— Oye Jim, tenemos que pasar por la farmacia para comprar pastillas para el resfriado.
Jim— ¿Quién está enfermo?
Martin— No, es porque está viniendo la temporada, así que para que no falten en casa. Por cierto, Tim viene hoy conmigo. Ayúdame a sacarle las púas de nieve. Tu ponte con la de atrás.
Yo— Ah... No, creo que hagan falta las pastillas. Quiero decir, luego si se pasan y no las usáis se estropean.
Martin— Pero es que seguramente las vayamos a usar
Yo— No sé, si eso ya compraréis lo que haga falta
Martin— Bueno, vale, si tampoco creo que sea un problema. Jim, ¿Estás? ¿Quieres que te ayude con la otra?
Jim— Puedo hacerlo solo
Me subí en la parte de atrás de la bicicleta, con cuidado de no caerme y no clavarme los pinchos. Yo nunca he montado en bicicleta en invierno, solo en verano, cuando no hay que sacarle los pinchos para que se calven en la nieve. Martin y Jim parecen muy acostumbrados y consiguen ir bastante deprisa. Yo estoy asustado. Si no se clavan bien las púas podemos resbalarnos, además los coches patinan sobre la nieve y estamos saliendo de Födelse por una autovía porque Martin vive en una urbanización cara bastante alejada de la ciudad.
Mientras tanto, Martin y yo vamos hablando. De vez en cuando se gira para hablarme y yo me pongo aún más nervioso.
Martin tiene dos hermanos. Gabriel es el más pequeño, aún va a secundaria. Luego está Jim, de terciaria. Y Martin es el más mayor, en segundo cuaternaria, que es mi mismo nivel, solo que él va por arte y yo por ciencias sociales. Su padre se llama Allan Dahlin, le llaman Señor Dahlin, lleva una pequeña panadería industrial y tiene campos de trigo. Su madre es Tina Linder, trabaja con Dahlin.
En cuanto llegamos a su casa, se ve una casa amplia. Dejamos las bicicletas en el jardín. Me lleva a su habitación y seguimos charlando.
De repente oigo un sonido, es grave y me recuerda a alguna canción que no identifico. Le pregunto a Martin, él me coge de la mano y me lleva a través de la casa. Pasamos por delante del salón, ahí está su padre. Me saluda con la mano. Llegamos a una especie de garage, con un montón de cosas de música: guitarra eléctrica, sintetizador, batería... Hay de todo. Jim está tocando algo con el bajo, creo que improvisando.
Martin - ¿Alguna vez has visto algo así?
Yo - Solo en televisión, pero esto debe costar una fortuna
Jim - Una fortuna es lo que cuesta un barco
Martin - Ah, sí, no te he dicho que el domingo nos compramos un barco
Yo - ¿En serio?
Jim - No sé para que quieren un barco
Martin - Supongo que es divertido
Jim - Pero si a nada que lo probamos estábamos todos mareados
Yo - Dice que te acostumbras
Martin - Bueno, ¿Cuál quieres tocar?
Yo - No he tocado nunca nada de esto, pero creo que la batería
Martin - ¿Sabes mas o menos cómo funciona?
Yo - No
Martin me enseña lentamente, me va diciendo un ritmo y yo más o menos lo hago.
Martin - ¡Genial! Esto que estás tocando es una base de rock, con esto nos sirve, tú, Jim, intenta hacer algo que no suene horrible
Jim - La 5ª sinfonía de Mozzart o qué
Martin - Pues lo que sea que toque un bajo
Jim - Como siempre, pensando que el bajo no sirve de nada
Martin - No es como si se escuchase
Jim - Ah, pues que tal si me voy, a ver cómo sonáis
Martin - Como quieras
Jim suelta el bajo y se va de la habitación.
Martin - Ahora que ya estamos solos, tengo algo que enseñarte
Yo - ¿Qué es?
Martin - Tú dale a la batería como te he enseñado
Martin comienza a tocar la guitarra eléctrica, se gira hacia mí, me pide que golpee más suave y comienza a cantar más o menos bien.
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Hornos Y Revolución - Onda Brödugnar
General FictionBrödtland es un país al norte de Escandinavia que a partir de 1984 desapareció. Los hornos de pan mágicos de todo el país se sentían traicionados debido al progreso tecnológico que les desplazaba de su puesto tradicional. Este sentimiento les lleva...